sábado, noviembre 12, 2011

Sobre el cuerpo I

Hay certezas que provienen del músculo, el hueso, las uniones pegadas a fuerza de sangre y nervio, verdades que confiesa la envoltura. En ese momento sabes que el cuerpo habla lo que el otro que lo habita calla. Es ahí que se revela el delirio que susurra y confiesa: el cuerpo vive en el dolor y duele en el vivir.

Entonces parafraseando las imagenes de Jaime Saenz, habría que concluir que sería mejor no decir nada y recorrer esta distancia esperando el dia en que las tripas se revuelvan y las vertebras se compriman hasta sacarte tus jugos y fluidos y dejarte hecho despojo de despojos en un viejo catre. Habría que saber de una vez por todas que el que habla lo hace desde un lugar que no termina ni empieza en la envoltura y que la palabra es sin carne y sin embargo a su vez es verbo del cuerpo.

Mientras tanto en la espera miro mi mesa en la que están: el borrador de un texto que escribi por encargo sobre la muerte de una mujer que no conocí,un viejo ejemplar de la revista ECO el año 1968 (con algunas cartas de Pavese) y mi ejemplar de Rayuela escoltado por una botella de Coca Cola (vaya a saber porque le dio la gana de salir hoy). En esa escena me pregunto por lo que pasa al medio, en la silla que me sostiene, debajo de mi gluteo izquierdo, donde presiona como dedo de torturador e irradia como trueno el dolor del nervio, aquel que dice lato en ti porque me da la gana y te jodo porque puedo hacerlo, porque me otorgas el espacio para recordarte que en ti habito, porque soy cuerpo vivo en palabra muerta y tu no podrás hacer nada.

Si hoy sería mejor no decir nada y seguir escribiendo mientras el coctail de pastillas analgésicas que tomé vaya haciendo efecto, engañando al nervio al disco que no suena pero que comprime.Si hoy el hablar del cuerpo (con su persistencia china de gota de agua en la frente) se irá desvaneciendo, por unas horas,por unos minutos y mientras tanto es justo y necesario:

Entregar desde la nada de la palabra herida en la palabra, mi dolor adormecido a la Maga añeja y ausente de Cortazar para quue haga algo con este dolor de mierda y lo lanze al Sena.