lunes, abril 11, 2016

Extracto cuento inédito Oxigeno

I, I will be king and you, you will be queen. Though nothing will drive them away. We can beat them, just for one day. We can be heroes, just for one day. Te curaría la rodilla, me lanzaría al mar contigo, no me importa que no tenga salvavidas debajo el asiento, me las jugaría en un desesperado acto de confianza, en una caída libre al pacífico, como en los vuelos de la muerte, y nos volveríamos con el tiempo brillantes huesos decorados de coral, dos cráneos amantes en un beso largo.

Te contaría mi estúpida historia, que un presidiario me espera en la cárcel para ajustar cuentas, te hablaría del alto costo que estoy pagando por la ficción y de las ganas que tengo de llegar al desierto de tu mano, los dos con un “cuerno de chivo” con treinta balas. Luego llamar al Roca ese y vaciarle juntos los dos cargadores. Tú Mallory yo Mickey, héroes solo por un día. Héroes de quien, para quien, no importa. Robaríamos un auto y nos escaparíamos hasta el sur, hasta la pinche Antártida. Llegaríamos a una vieja cabaña y nos besaríamos donde ya nadie se besa, nos morderíamos donde nadie se atreve. Nos curaríamos las rodillas, los codos, las manos, las cicatrices que no se ven, esas que las palabras traicioneras producen, que los arañazos llenos de amor dejan. Si héroes solo por un día, vos y yo mujer de rodillas magulladas. Juntos, porque sé que me miras, lo siento cuando le pides a la vieja de al lado su vaso y su cajita vacía de comida, sé que detienes tus ojos en los míos y te llama la atención mi tatuaje en latín, ese pretencioso “Alea iacta est” en mi antebrazo derecho. Sé también que me ignoras y lo tuyo es más simple que mis líos mentales, que las elucubraciones de mi cerebro químicamente acelerado que no para de fantasear. Por eso, como estoy condenado a muerte, imagino un escape brillante con vos, una heroica venganza o una caída en picada al mar, no importa pero a tu lado. Fui lejos sin saberlo, jodí a la madre de un narco en un cuento que encima fue premiado y solo quiero que este avión se sumerja en el pacífico, agarrar la mano de la vieja sentada a mi lado, decirle que rece a su dios algo por mí, por mi familia, por mis hijos, luego salir de este asiento y correr a buscarte y pedirte ser agua, solo agua, porque lo merecemos, porque sé que estamos hartos y queremos por igual que la sal sane nuestras magulladuras.

Basta, todo tiene un límite, sola, cansada, aburrida de que me toquen los timbrecitos de que me digan que los audífonos no funcionan, de que me pidan algodones, de los críos llorando, de los pelados vomitando, de los viejos babeando. Hastiada pero clara, porque no soy ninguna opa y sé que el imbécil me mira con ganas de llevarme de nuevo a un hotelucho, esta vez en Santiago, porque me sonríe. Yo no soy estúpida, en esa estúpida cocinita pegada a la cabina se escucha todo, como le dice a su mujer que no hay nadie y le pide perdón y le jura por sus hijos, que solo fue una noche de debilidad la que tuvo y reconoce que pago una puta, así claringo lo escucho una puta en Madrid y fue ella la que manchó la camisa, pero fue un desliz y que el amor que los une es otra cosa, es eterno, es de por vida, es un juramento que perdona el pecado y la arrechura otra cosa un desliz con alguien sin importante y que ella tiene que entender que es hombre y tiene sus debilidades y que una puta es una puta y punto.

Me imagino arrodillada entrando a la cabina, sangrando como la virgen de los aires, llorando y reclamando como pudo referirse a mí de esa manera, donde estaban las palabras de las sábanas, donde estaba yo que a él no le cobré, que a él le di esa cosa que no sabes cómo se define pero haría que te cortes las venas para que no te dejen, que ¡carajo me enamoré! del tipo de imbéciles que le gustaba a mamá, pero no hago nada, respiro, preparo café, pongo colirio en mis ojos y salgo a servir el almuerzo. Al final de cuentas esto duele, arde cien veces más que mi rodilla pegada a la media nylon que los moretones en mi brazo. Pero no señor, yo no soy la cosa de nadie “soy una mula” yo me muevo cuando quiero, yo hago cuando quiero y todo está casi listo en tres años financié el alquiler y ya tengo para la casa. Termino de servir el almuerzo, vuelvo a despertar al del 4 C y le lanzo la bandeja en sus piernas. Entro a la cabina, alegre, sonriente, una diva, invitó café al copiloto, luego al imbécil. Me hago la sonsa, me tropiezo, lanzo las tazas y el café caliente se derrama en el panel de control, pido perdón. Lloró. Aprieto el botón, ese que todos los pilotos saben que nunca se toca. Estamos a siete mil metros, faltan dos horas más de vuelo, me encanta el azul oscuro del pacífico. No me arrepiento y vuelvo a tocar el botón que nadie debe tocar, me gritan y salgo llorando, pidiendo perdón, los veo a los dos con la cara de pelotudos, queriendo llamar a la torre de control, decir algo, hacer algo. Me limpio los ojos, cierro la puerta de la cabina por fuera. Aprieto el otro botón el que hace que caigan las máscaras y veo las caras de la gente asustada que no se acuerda ni mierda de lo que les dije en las instrucciones de despegue. Tienen quince minutos de oxígeno y no lo saben, los que con los nervios se acaban antes.

El avión se sacude y pierdo el hilo cuando terminaba de hilar la opción D de mi encuentro en Chile, caen las máscaras y la vieja del lado grita, el oficinista se enreda con las pitas, el gordo de enfrente transpira y se la pone. Yo busco la canción exacta, nunca pude vivir los momentos claves sin banda sonora, lo reconozco, la delgada línea entre escribir y vivir para mí no existe, todo es una historia que merece ser narrada y nada de lo narrado jamás será una buena historia. No importa, me pongo la máscara, me acuerdo de la frase de Tyler y respiro para sentir que todo se ponga tranquilo  I can't explain you would not understand, This is not how I am. I have become comfortably numb. Pero no pasa nada, solo se me secan las manos, me mareo, mi corazón se acelera. Lo real nunca es como en los cuentos, lo real nunca es como en tus pelis favoritas, esto es un avión no la alfombra que se tragaba a Mark en Trainspotting. No, esta cosa se está sacudiendo y nadie dice nada. Anticipo el final D, Roca esperándome con ganas de partirme la cabeza, irritado por mi ausencia, haciendo la llamada a los tipos de Santa Cruz que luego secuestraran a mi familia y decapitaran a mi mujer (lo menos duro) y a mis hijos el horror más grande.

No hay comentarios.: