viernes, marzo 25, 2016

Pesa nervios


I

La espalda duele y comprime el lugar exacto que retuerce la pierna izquierda, la rodilla izquierda, el hormigueo del dedo izquierdo. Músculos, tejidos, y nervios duelen, pero no es el dolor lo que importa, es el saber hacer con el pulso constante del dolor que se duele, respetándolo en silencio. He ahí la ofrenda, el sentido de los ayes, de los atataus, de los uyes que valen ya solo por el verdadero acto de dolerse.
Esto no se trata del hacer con el síntoma que se muestra desde el cuello como piano mal tesado, del ojo que tiembla y no llora, del cráneo que late, de la pierna herida por el nervio en forma de pierna. Ser más allá del dolor que duele sin quejarse de la causa y aceptando el efecto. Viernes de dolores invisibles, de alma desgarrada, ese viernes que te pregunta o que no te dice nada.

II
Hay certezas que provienen del músculo, del hueso, de las uniones pegadas a fuerza de sangre y nervio, verdades físicas que confiesan la envoltura y hacen que el cuerpo hable lo que el otro calla. Es ahí entonces que se revela la sombra del delirio que aún no delira y se entiende que todavía debe dolerse el otro lado del cuerpo para estar cerca acaso de lo que nombraba el poeta.
En el hacerse cargo del cuerpo, cargarlo al hombro como cruz llena de entrañas y fluidos se encuentra el acto de escribir, como una impostura, un hablar desde otro lugar, poniendo la palabra dolida en la palabra como vendaje simbólico a lo real del cuerpo, paliando la espera hasta el día en que las tripas se revuelvan y las vértebras se compriman exprimiendo jugos y fluidos, dejando despojos en un viejo catre, pero junto a la palabra exacta y real, esa que saldrá en el estertor de una mandíbula rígida y una lengua seca. Antes sin embargo, habrá que transitar lo que queda escuchando al que habla, desde aquel lugar que no termina ni empieza en la envoltura, la palabra sin carne, verbo sin cuerpo.
Mientras me sostengo en la escritura, miro la mesa y me pregunto por lo que pasa al medio, en ese espacio que se forma, entre la silla que me sostiene y mi glúteo izquierdo, por la palabra que podría caber, donde presiona, como dedo de torturador e irradia como trueno el dolor del nervio y mi nalga se ríe, mi dedo se ríe. Calla la lengua, cesa la palabra y vuelvo a la cama recordando a Artaud: “Nada de obras, nada de lengua, nada de palabra, nada de espíritu, nada. Nada, sino un bello Pesa Nervios”

martes, marzo 08, 2016

Amo a mi mujer


"Hoy tengo que despertar temprano, comprar un pastel (es algo así como un cumpleaños femenino) asegurarme que las flores encargadas lleguen a tiempo (365 rosas como le gusta), que el oso escogido en la juguetería sea el más grande y suave, para su cara, para sus huesos y que no se destiña, porque esta llora de todo.

Hoy hay que decir lo que se dice, pedir disculpas por los otros 364 días, contener la impaciencia, aguantar los celos, no levantar la voz, no gritar, no decirle puta, porque tú y yo sabemos que lo es, basta ver como se viste cuando insiste en salir a la calle conmigo, se pone esos pantalones, esas faldas, ese escote, para provocar a otros hombres para que más va a ser pues, para provocar, para hacerme enojar. Por eso la he tenido que dejar vigilada y solo sale cuando yo digo y con el chofer, para que quiere la calle si acá en la casa tiene todo, tres empleadas, tele plasma de 52 pulgadas para ver sus novelas, gimnasio para que se ponga buena, cuando vamos los sábados a las fiestas en la hacienda de los Nushker y la miren con envidia mis amigos. Para que quiere salir sola, solo para hacer algo malo pues, no soy tonto, soy hombre y se cómo jodemos los hombres.

Hoy es el día en que uno tiene que mostrar, ser bueno, con esta mal agradecida que vive a mi lado, que solo sabe mentirme, por eso de tiempo en tiempo merece un par de puñetes, además le gusta, yo sé que le gusta, porque los espera callada y luego se excita y me besa, pero ya me está cansando, que no me agarre con unos tragos y con la Glock cerca, porque no respondo.

Es que es una mal agradecida hermano, hoy no merecería nada, hasta ahora no aprende a ser más fuerte, no entiende como son las cosas en esta casa “si se porta bien todo, si jode nada” pero no entiende, siempre tiene que arruinar la vida, por eso se hace pegar y después como si fuera mi culpa llora de todo, haciéndome quedar mal frente a mi hijo, enseñándole a ser teatrera a mi hija. Nunca supervisa bien lo que cocinan las sonsas de las empleadas, perdón “trabajadoras del hogar se dice” ahora (encima piden doble aguinaldo). Cuando va al tenis en la mañana aprovecha para mostrarse así en short por los cafés de San Miguel y luego llega a la casa hecha la inocente, pero yo sé pues el chófer me cuenta todo, como ríe, como habla con sus amigas. Es una mal agradecida que no ve todo lo que le doy, trabajo doce horas al día en este lugar por ella, para que no le falte nada y eso no cuenta, se queja de nada, hace lio de todo, por eso merece un par de lapos. Pero hoy hay que abrazarla como cuando me enamoré de ella, era la más rica del curso y yo el más pendejo y pintudo, se la volé al Guillermo, la quería, de verdad que la quería, pero luego se volvió una zorra, una coqueta, usando mi plata para salir a mirar a otros tipos. Como decía mi padre “la confianza es buena pero mejor es el control” y yo ya no confío en ella, pero si no la felicito hoy día se mandará un escándalo, delante de mi hija, poniendo a mi hijo en mi contra. Por eso hay que decirle lo que quiere escuchar, darle todos los regalos que quiera, así la tengo controladita, calmadita. Y me dirá que me ama la mentirosa, porque es una manipuladora. Me olvidaba, encima hoy hay que besar a mi secre, esa rica de veinticinco, si no fuera por ese “mi cuerito” no aguantaría tanto estrés en el banco, en la casa. Además a ella le gusto y sé que me tiene ganas, al final sabe que si no se deja “de un carajazo patitas en la calle”.

Hoy ordené organizar una salteñada, en la sala de reuniones. Hablaré bonito a todo el personal, incluso se verá bien que use mi camisa de seda con corbata rozada. Daré el discurso a todos los empleados, le he pedido que me preparen unas estadísticas sobre eso de la violencia y las mujeres muertas y después dejaré que todas salgan media hora antes, felices se van a ir corriendo con “su pasito ridículo de secre”. Ya ordené a Recursos Humanos comprar cuatrocientas rosas, yo daré unas cuantas tal vez las primeras veinte, solo a las más buenas, a las que me respetan, a las que se dejan prender en las fiestas, las otras las feas, las sonsas e ineficientes que se jodan.

Hoy hay que decir lo correcto, hablar de la violencia, de que en esta empresa somos socialmente responsables, de que promovemos la equidad de género, por eso puse a una mujer a cargo de Recursos Humanos, por eso y porque calladita me hace caso y aunque parió tres hijos todavía anda buena. Luego hay que ir al medio día a mi departamento de joda con la secre “esa con unas rosas estará feliz” y después al final del día volar a casa, ir a cenar al Jardín de Asia, con los cuates y sus mujeres. Estar tranquilo, tomarme solo un par de copas de vino. Hoy no se puede poner orden, hay que aguantar, después se quejará, luego irá a la policía, luego le creerán todo y yo soy un hombre muy público, el Presidente de una gran compañía y hay que cuidar la imagen Eso sí, siempre alerta hoy hay que mirar todo, registrar todo, no dejar pasar nada, ni como habla, ni como mira, ni como chatea en su celular, si va al baño con sus amigas, todo, todo, porque después hay que poner las cosas en claro. Al final es una sonsa nunca supo mentir, nada de esas cosas de que me tiene miedo, de que está amenazada y que la violencia psicológica la tiene atrapada, esas son pavadas inventadas por las feminazis de sus amigas, pero la estoy alejando, por eso construí nuestra casa en la punta del cerro.
Al final la cosa es más simple respetos guardan respetos, me trata bien y tiene todo, se porta mal, se pone orden, así no más es la vida, yo pago yo mando, pero esta no entiende. Cuando peleamos, por su culpa, porque me hace enojar le doy unos golpes obvio es mi mujer, pero donde no se note y si se me va la mano y le pego en la cara o le agarro fuerte los brazos, sabe que tiene que decir que los moretes son producto de las gradas, de las sillas, de un accidente en el gimnasio, hay que diga otra cosa ya sabe lo que pasa.

Es una pena hermano, ella nunca supo cómo tratar un hombre, mi suegra por ejemplo es una santa y le dice hija una buena mujer “no ve, no habla, no escucha, solo hace caso” Esas eran mujeres 50 años casada con mi suegro, una dama. Esta salió terca con eso de querer estudiar psicología y leer libros que le llenaron de pajas la cabeza, que use pues su psicología para educar a mis hijos. Al final cree que sabe cómo funcionan las cosas pero no tiene idea de nada, el mundo es de los hombres y así seguirá siendo y punto, a ratos me da pena y hasta ternura lo ingenua que es.

No importa, de todas maneras la amo y hoy día la voy a sorprender y pensándolo bien todas son unas perras menos ella, hoy recibirá el oso más grande, cenará lo que quiera, reirá con esa voz que me enamoró, será la reina como fue el primer día antes de empezar a portarse mal y que tuve que enseñarle a palos, encerrándola en la casa para que no haga sonseras, porque todas hacen macanas, menos mi hija, ella será diferente, menos mi mamá y mi hermana ellas son unas santas.
Hoy con mi hijo, que ya es bien macho y saca la mierda a quien lo joda, como su padre, la despertaremos temprano, saltaremos en la cama, le daremos besos y flores, y el oso grande, y lloraremos diciéndole que es la mejor y luego al oído le diré “perdón mi amor si a veces no te trato bien” (eso siempre funciona). Le diré nunca más, porque de verdad quiero que sea diferente, que funcione de una vez, que deje de ser terca, que ponga de su parte para que todo esté bien. No se da cuenta con tanta mujer que anda muriendo y tantas leyes que ahora las protegen que las cosas tienen que ser diferentes. Es su día y hay que mostrarse buen tipo, hoy hay una tregua, mañana que no joda, mañana que haga las cosas bien, que entienda que las flores, el oso y las palabras lindas no son gratis, que aprenda de una vez quien manda y dejé de andar con esas lesbianas feministas que le meten mierda en la cabeza. Si mañana es otro día y si no entiende cómo funcionan las cosas, el viernes en la noche saco la Glock y punto".