lunes, noviembre 23, 2009

Tu Sangre

(Texto elaborado para la canción Tu Sangre de Andrea Figueroa "La Negra Rockera")

¿Cómo mierda se hace para sacar una mujer de la sangre, cuando trepa dando mordiscos por tus venas y arterias? Siempre creí que no había respuesta, sólo el eco de tus palabras rebotando en mi techo. –Es más liviano jugar a fluir con la música- decías, midiendo el tacto, pulsando en cada acorde el blues de tus besos. -No te enrolles conmigo o gano o mato- sentenciabas.

Pensé mucho Negra en como hacer más liviana tu ausencia, limpiando tu sabor de mis venas pero no lo logré, al menos hasta hoy. Reconozco que fue absurdo preguntarte ¿el detergente oara sábanas servirá para blanquear mis venas? Era un rollo sólo mío y tú fuiste clara ¿o no? además como decías ¿qué podría resultar de un quenista y una blusera más allá de un arrítmico encuentro?

No tengo idea de como limpiar tu sabor, es lógico si yo mismo decidí abrir la piel a la tinta de tu canto, dejando que mi sábana sea lienzo, que mi boca frasco vacío. Si, hasta hoy tu sangre navega en la mía por un acto de simple voluntad y entrega, por que me empeciné que así fuera, por que construí una muralla coagulada en que retenga tu canto más allá de tu ausencia.

Al final de nada valió tanto acto, tanta metáfora “draculesca” como dirías. Tú te has ido, claro si nunca estuviste, si lo habías anticipado cuando dijiste que mis manos no rasgarían tus alas, aunque contradictoria como siempre también pediste que usara aquel viejo cuchillo de cocina para dibujar en tu espalda la forma del beso que me preservará en tu huida.

Negra ¿Sabes como se hace, para que vuelvas a la alfombra, para que desaparezcas de mis músculos, de mi piel, del cerebro y de mis viejos riñones?, Sería más fácil si al menos aparecieras con una botella vacía, reclamando con soberbia que te devuelva lo tuyo, que tú sólo querías un juego sincopado con mi piel y nada más, que tu sangre es tuya con tus olores y sabores y que no te daba la gana de entregarla a nadie, menos a un quenista frustrado.

Si Negra odiaba que me repitieras eso de” el amor no es para el que más haya rezado”, por que al final yo rezaba, como idiota pero rezaba, pidiendo que seamos una sola sangre.

Me acuerdo, yo queriendo volver metáfora el charco en mis sábanas y tú confesando con un blues de Sopocachi que no creías ni en las cruces ni en los rezos, que detestabas la barroca mirada de aquel Cristo tallado en madera, que desde la pared de mi cuarto celebraba tus ojos y bendecía tus pechos trepando por mis costillas.

Si Negra como no recordarte escupiendo en mi piel, pidiendo aire luego de tocar mi quena, ahí matándote de risa confesando que estar conmigo era como, como... violarse a un cura. Debí entender que no querías darme tu sangre, al final fuiste clara cuando dijiste que había ciertas cosas que te daban asco, que no sería buena idea jugar a ser guitarra sobre mi barriga de tambor hueco, por que sonaría mal, por que tu piel desafinaría con la mía.

Sin embargo cuando menos lo pensaba me diste tu guitarra, me pediste que salga del lugar y que te espere en casa. Te obedecí, planché las sábanas, lave el aire con el viento de mi quena y esperé. Llegaste, callaste mi garganta con tu cabello crespo, trepaste como pitón por mi cuello hasta vendar mis ojos, hasta decir en mi oído que sólo me prestarías tu sangre.

Esa noche había una cosa que no sabías Negra, los quenistas aprendimos a sentir la palabra del viento, por más sutil que sea, por lo que escuché los silbidos sutiles que produjeron tus cabellos enredados. Tu ni te enteraste, no tenías la culpa no estabas acostumbrada al viento, sólo al temblor de tus cuerdas, por eso no supiste el verdadero pedido; pintar mis labios con tu sangre, recorrer el camino de tu ombligo a tu vientre, mojando el aire, secandote.

Me acuerdo Negra la forma que tenías de repetir eso de “no sabes , no quieres, no entiendes que me gustas mucho” como confesándome que hasta ahí nomás llegarías conmigo y yo todo idiota pensando que tu canción era una declaración, confesándote nuevamente esa idiotez de que por el juego rojo de las sábanas tu navegabas en mi sangre y que éramos uno en las venas y no sé que tantas pajas más.

Es que para mi nuestro encuentro fue la manera fetichista de sostener un pacto, algo único contigo, de filtrarme por tu boca de que te cueles por mi cuerpo y que reposes en mis venas. Para ti una noche y punto. Por eso hoy vine para devolverte lo tuyo, tomé mucha agua antes de venir para descontaminarme lo más que pueda.

Traje el cuchillo, ese con el que te gustaba cortar el tomate, para los fideos con los que acompañabas tus canciones en mi cuarto. Negra, está bien afilado, no te preocupes, no lo usaré contigo, sería una falta de gusto arruinar tu canción con algo tan grotesco.

Ya sé como se arranca una mujer de la sangre, dejándola salir de a poco, abriéndole la puerta, permitiendo que se lleve con ella los restos de su huésped, haciendo que vuelva gota a gota a las sábanas donde se cometió el primer crimen.

¿Negra podrías cantar de nuevo eso de que te gusto mucho, mientras pongo con cuidado las sábanas blancas en mis piernas y espero tu primer acorde?

Cantá mirando al público, yo escucharé en silencio apoyado en la pared. Me hice un tajo en la panza, no quedaba otra. Decidí secarme en esta sábana mientras cantas y devolver tu snagre enredadad con la mia en mitad de tu acto.

Cantá esta noche fuerte, con todo mientras este cuerpo se seca, así algo de tu voz irá entrando en mi carne desafinada, algo de tu música me devolverá tu sabor en la partida.

viernes, noviembre 20, 2009

Cronicas de un burocrata 2

Esta es la hora perfecta en la que actualizas el blog a solas, antes de las 8 am, cuando el único sonido que se escucha es el de una aspiradora arrastrada por una señora que pesa lo mismo que el aparato aspirador. La señora de limpiez lleva un uniforme que le queda grande, nada femenino por cierto. La señora vive gracias a este subempleo y aprovecha esta hora para limpiar los escritorios de los burocratas que todavía no llegaron. Debe hacerlo rapido asi evita encontrarse con las miradas de arrogancia y los sutilies empujones de oficinistas, otras fichas del sistema, prescindibles engranajes de esta ruedas que se mueve y genera dinero a un gordo que toma whisky y nadie ha visto nunca la cara.

Un burocrata mira a la señora que limpia desde su silla con rueditas jugando a que es el trono desde el que pregunta al "lustra" si tiene cambio de 20 para luego decirle el lunes te pago. El lustra piensa pobre pelotudo y acepta el prestamo sólo por que creció limpiando la caca de sus zapatos y necesita la plata. El burocrata se tapa la nariz, cuando la señora que carga la aspiradora recoje la basura en su papelero, luego se queja al Jefe de servicios generales que su olor a cebolla no le permite leer el mensaje de cumpleaños que le mandó su madre desde Londres. Madre que escribe luego de su receso de almuerzo, tomando prestada la maquina de un oficinista inglés, luego de limpiar su papelero y aspirar su escritorio.

El burocrata grado 2-6, a las 8:45 tocará timidamente la puerta de su Jefe, un burocrata grado 6-3. Se sentará frente a su trono, con la mano derecha temblorosa le extenderá un formulario de vacación para el lunes, día en que la hija del oficinista cumplirá años. El Jefe lo mirará en silencio y le dira--la vacación se programa con al menos 48 horas- y botará el formulario en el cesto de basura que está debajo su silla.

A las 7 de la noche la señora de limpieza recogera el formulario, renegando lo separará de una cascara de mandarina y una papel higiénico lleno de mocos laborales y pensará -estos señores para que inventaran esa sonsera del reciclaje si igual no cumplen.

martes, noviembre 17, 2009

Confesiones de un Burocrata 1



Este espacio me recuerda a la lápida de mi tía abuela, tiene una bonita virgen postmoderna hecha en base a triangulos al lado izquierdo de un florero de metal al que le crecieron raices por que no bastó con jalar su cadena y ponerle flores una vez al año, ahora por más que quieras no sale, por más que trates se quedó trancado, se aferró al vacío y la crecio la yerba.

Dicen que los blogs están agonizando, dijeron lo mismo de la radio cuando apareció la tele, del cine cuando apareció el DVD, de los carteros cuando apareció el correo electrónico. La verdad existen dos posibilidades que la blogosfera sea una constelación de ciber basura o un lugar que sobreviva y de tiempo en tiempo, de guerra en guerra hable con más serenidad y palabra pausada que Twitter o el Facebook.

De momento por si quedan dudas, escribo este post que es muy probable que nadie lea en las próximas semanas, al final ¿a quién le interesan los divagues de un proyecto de escritor, las pajas de un burocrata estancado en su escritorio?...

Hoy empezaré una serie que veremos cuanto dura, retomando aquel estílo que gustaba a mis amigas.

14.09

Almorzé un asado seco con yuca y ensalada, decidí hacer dieta ya que paso en promedio 9 horas al día sentado sin moverme frente de esta pantalla y estoy con sobrepeso por que al salir de acá sólo tengo ganas de echarme en mi cama a ver Two and a Half Men y si tengo suerte escrbir una pagina de mi libro.

En 6 meses cumplo 40 años los cuales ya pesan en mi espalda y paso la mayor parte del tiempo soportando a Dona Summer en la maquina de mi colega y el bombardeo de correos electrónicos que diariamente sobrepasan los 300, de los cuales leo con detenimiento 10 y tomo acción inmediata sobre máximo 3.

Bienvenidos al cubículo de un burocrata al que le duele hace semanas el dedo gordo del pie derecho (puede ser gota o articulaciones desgastadas)quien sabe, al lugar dónde un típico oficinista pasa 45 horas a la semana, esta con su hija 15 horas a la semana y se emborracha 10 horas a la semana. El resto del tiempo se la pasa entre comer, dormir, leer y escribir, de esas actividades la que más tiempo le consume es sin duda dormir.

Escribo este texto mientras me pirateo el último disco de Sabina (ya bajó el 45%). D Disfruto esta media hora de silencio antes de que la Oficina se llene de gente.
Tengo dos dilemas para este día.

El primero: ¿Cómo hago para tapar con la mayor cantidad de tierra un error que cometí hace 12 meses por no manejar la presión y que está a punto de costarle dinero a la oficina? Me acuerdo una escena de alguna película que ví en algún sábado de resaca. Cinco empleados trituran papel de noche en una oficina día antes de que llegue una auditoria ¿es posible triturar las evidencias de un crimen? al final siempre hay un cabo suelto que queda por ahí y como díria Raskolnifof ¿tanto lío por dar un hachazo a una vieja?.

El Segundo: ¿Cómo hago para terminar de relacionar los personajes de un cuento que tengo a medias? Espero poder sentarme en la maquina de la casa al menos una hora esta noche y poner en el papel todo el enredo que tengo en la cabeza, enredo que va surgiendo mientras muevo papeles de canasta a canasta, leo mensajes de correo, firmo carta, sello sobres.

En 15 minutos se abrirá la puerta, en 15 minutos empezará el ruido de este lugar en el que estoy estancado hace 7 años 9 meses. No puedo saltar sin red, ya no soy trapecista, tengo una hija que es más que el público que mira la obra es la razón de ser de este circo quien al menos los próximos 15 años me necesita vivo. Ahí radica la perversa broma de trabajar en un lugar que te paga un buen sueldo pero que detestas, si es una mamada, la plata no compra y nunca comprará la felicidad. No me gusta este trabajo, es más lo detesto al igual que a tod@s los que comparten conmigo este espacio. Tengo un Jefe que más parece refrigerador que persona y del cual nunca sabes que humor trae a la oficina, tengo unas ganas de mandar todo a la mierda y dedicarme sólo a escribir, la pregunta es ¿me pagaría tanto la literatura como la burocracia? Mi consuelo es que Cortazar fue también uno de estos.

¿Cuántos habrá allá afuera como yo que quieren dejar un trabajo luego de 12 años y 9 meses de ser burocratas, cuantos que no se animan?