martes, noviembre 29, 2005

Crónica de un libro liberado



Me enteré que volverá a ocurrir, esta vez dicen que será el 7 de diciembre, cuando todo el mundo ande pensando en las elecciones. Parece que nuevamente uno que otro raro intentará, nuevamente, llenar la ciudad de libros.

Recuerdo claramente cuando salí de casa hace más de un mes, me dolió cada página, me rompí hasta la última letra, después que confiado me lancé a volar ese 23 de Octubre y sólo recibí un duro porrazo en una banca de El Prado.

Salí temprano de mi caliente estante, listo a conocer otros ojos, mirar otros cuerpos, dar mis caricias, tal vez a una soñadora o una caminante paceña. Recuerdo bien que me pasé toda la noche pintando mis letras de un negro vivo, peinando con paciencia cada capítulo, bañándome en la poesía, de otros libros y recogiendo todos los mensajes que pude para llevarlos a volar en libertad por la ciudad y salir libre a recorrer el mundo.

Hoy luego de más de un mes, me hace frío, los versos de la calle no son dulces, estoy rodeado de poemas secos, negros y rojos, mis hojas agarraron un amarillo de invierno. En un mes tengo la piel partida y mis letras se acostumbraron al humo de la yerba y el aroma a thiner.

Tengo hambre, no sabía lo que era eso en casa, tengo ganas de charlar con una novela de aventuras, de reír con las tiras completas de Mafalda, pero estoy en esta caja, lejos del tufo del Sáenz, las miradas de La Maga, de mi Diablo Guardián, del loco del Girondo, de todos ellos y más, lejos hoy e impregnado de betún.

Esto de volar no era cierto, por lo menos no como pensaba, estoy lejos y aunque paso gran parte del día en un cajón de madera, estoy libre. Me gusta, sobre todo el sol del mediodía en la plaza, cuando me abren y el betún calienta con dulzura mis páginas.

A él le cuesta todavía caminar por mis letras, piensa que son espinas y se avergüenza, entonces mi poesía trata de decirle que se quite el gorro, que vuele a otros vientos, pero él solo me mira con esos ojitos secos, mientras mis letras soplan su llanto para que no nos manche, pero acabé como siempre manchado.

Con él vivo ahora, compartiendo sus horas, buscando zapatos para lustrar y cuando ya todos se han ido y quedamos solos, jugamos juntos a encontrar poesías. Fue difícil volar en libertad, pero era necesario correr el riesgo y dar a otro lo que soy, sin esperar nada.

Mi anterior dueño pensó bien este destino, no sé si querré irme a otras manos el 7, pero si me encuentras tócame sin miedo, que el betún en mis páginas es hoy mi esencia. Mientras tanto pasa la voz a quien veas que mas libros quieren inundar la ciudad, llenar cada cajón de zapatos, cada mochila de voceador, cada plaza, cada calle. Pintar de libertad la poesía gris de nuestras ciudades y poder sentir otra vez la libertad.

Este 7 de diciembre, esperamos otra vez tu apoyo, tus ganas de dejar volar un libro, de ser parte de esta locura liberadora.

LIBRO LIBRE BOLIVIA

"Paceñas, Fricachos & Blogs"


Buena iniciativa del Rocko http://rocko.blogia.com/, habrá que ir, conocernos la cara entre todos los que jugamos a la catarsis en la bloggosfera.
Estan todos invitados yo estaré, no se si con todas mis luces o con los efectos de la fiesta de la noche anterior, pero ahí me tendrán con ganas de una chelita fría y un rico fricacho. Me robo la foto con la invitación hecha por Rocko..

Saludos a todos y ahi nos vemos!!

lunes, noviembre 28, 2005

Camaleón Paceño en Sábado ( y III)

Calle Sagárnaga 14:30. Me encuentro en un lugar de nombre “Angelo Colonial”, un café restaurante, pasando un patio interno, huele a desván amarillo y es excesivamente barroco mestizo cargado de muebles viejos y chucherías apiladas sin orden aparente.Un panel con dos llaveros con dibujos a lo “belle epoque”, uno dice femme, el otro man, indican que son para el baño. Fósforos de varios países a la entrada, máscaras de moreno, aguayos, armas viejas en las paredes, un mapa de Bolivia de antes de la Guerra del Chaco y dos arañas, de ésas de palacete republicano en el techo, configuran la escena.

Lágrimas de vidrio cuelgan y lloran el aroma de mil historias, regalándome luz en la cara. La mesa es amplia, familiar y se encuentra frente a una ventana que tiene vista a un balcón de una casona púrpura con tiendas en la planta baja y la parte alta abandonada.La mesera sonríe a unos gringos, la llamo, una, dos veces, me mira displicente y me habla cortante, no hay almuerzo, sólo platos, me dice. Pido una sopa, vuelve al bar, sonríe al gringo y le trae diligente un cenicero. Sigo pidiendo mi limonada y mi llajwa, soy turista en mi ciudad.

Miro de frente a la alemana que almuerza con el gringo, treinta candados abiertos, de ésos de baúl de fraile, miran altaneros a tres vinilos colgados de la pared, un vitral decora toda esta escena.

El olor tiene historia y su mixtura criolla me marea, mientras Los Panchos y Eddie Gorme suenan, espero mi sopa. Vereda tropical en los parlantes y mi sopa caliente y sin sabor se salva por la llajwa. Miro a mi vecina de mesa, la escucho, la palpo con los ojos, definitivamente el idioma alemán no es sensual.

Escucho el increíble entuerto de mil voces paceñas en la calle, tan ajenas y tan mías. Me grita la ciudad que me acoge con ojos ajenos y neutrales, con miradas que describen lugares fríos e historia añeja.

Me siento forastero en mis calles, con un inevitable aire burgués en mi rostro, destilo sin duda esencias urbanas, mientras al otro lado de la mesa otra alemana escribe una postal. Tiene doble papada y fea letra, la vi al volver del baño ¿Qué tiene esta ciudad deliberadamente caótica para los alemanes?.

Cada letra en mi libreta pinta recuerdos de unas horas en mi ciudad, de estos aires criollos, de este montaje caótico para turistas, de la escenografía que huele a circo para forasteros. No hablo hebreo, no soy rubio, no soy inglés y menos japonés, soy un paceño en una ciudad que lo desconoce pero siente suya. Más tarde bajaré al El Prado, dejando que la noche me reciba, me sentaré en una banca y miraré a la gente que pasa, pienso en ir al cine y luego dormir.

La mesera displicente me dice ¿algo más? Me devuelve a este lugar y me da el claro mensaje de que soy mestizo, que no pertenezco a su restaurante reservado para gringos. Mi pluma está cansada y quiere gritar mil versos, pero mi mano endurecida sólo le deja escribir esta crónica, me levanto y pago los 45 bolivianos del almuerzo con bronca. Eso sí, no me voy sin pedir mi factura.

jueves, noviembre 24, 2005

¿Qué Puedo Hacer?

En estos tiempos de maniqueismo y demagogía de blanco o negro, de polarizarnos la opinión, el pensar y el sentido, encontré a Sabines por ahí, a mirar yo añadiría, escribir y escribir..
¿Que putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombres sino poesía?
¿Qué puedo entre poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué entre vendedores o políticos o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer , Tarumba,
si no soy santo, ni héroe , ni bandido,
ni adorador del arte,ni boticario,ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

Jaime Sabines

¡Buri!...


Toco por que me gusta la música, el color de los globos no me importa, el discurso de antes o después menos. Ni el candidato, ni la novia, ni el alcalde, ni el prefecto mientras paguen y bailen. Eso sí, no me vengan con que Evo o Tuto, el apellido del que contrata no importa si hay chelita. Al final todos en la fiesta bailan al ritmo que le ponen ¿o no?.

miércoles, noviembre 23, 2005

Café Croacia

Desperté esta mañana con un sabor seco de tactos en la piel, con las ganas rojas de mear cada rincón de la maqueta en que por conveniencia tengo mi morada. Me levanté con ganas de dejar un coche bomba en mitad de la Montenegro y sentarme con un pucho en la acera para ver el vuelo, como lentejuelas rojas, de ombligos y celulares por el aire.

Miré la calle en detalle antes y me dirigí a un café de esos que hay en San Miguel, me ubiqué en la mesa del fondo y sentí el aroma pestilente a empresario en la mesa del lado. Comí un lomo con pimienta, soportando la charla regionalista de aquel seudo croata, burda, plagada de adjetivos despectivos a la piel mestiza y a las minifaldas de las azafatas de Aerosur.

Volvieron las ganas de jugar a la fuente que tenía de niño y pararme en mitad del lugar, lanzando un gran chorro amarillo en sus corbatas y reír mientras mis victimas dudan entre salvar su corbata o emprenderme a golpes.

Aguanté y dejé de lado el mal trago, bebí el sol paceño y caminé, pensando en aquella que anoche volvió en sueños. Recordé la forma de su espalda, la presión de su cadera, las gotas reptantes de sal en su espina, la forma de uva en sus pechos miel. Me bañé del sol de medio día por unas cuadras, pensando en los misiles chinos, en que no quiero ser jurado electoral, en por que Evo no se levanta el cerquillo y de golpe se esfumó su vientre entre las nubes y me quedé congelado mirando un triciclo rosa, “pink” como dice mi princesa. Pensando en su risa, se calmó el terrorista urbano, el erotismo se tiño de blanco, la sed cesó por un momento y el sentido se instaló en nuestro pacto.

Si, hoy desperté con hambre de los besos canela de aquella que no moja más el colchón y con inmensas ganas de no volver a esta silla desde la que escribo y con la desesperación de volar el gatillo y hacer ¡bum!. Pero volví como siempre, más duro y más curtido a la paja neuronal y al hastío de miércoles, firme en el sentido de su inocencia en mi vida, volví a caminar por el sur de esta ciudad, como tantos mediodías y me reí de la maquetita burda de San Miguel.

Salí de comer, me paré en mitad de la calle, escapando de los ojos de la mujer inmensa de traje verde que toma Coca Cola con bombilla y pasa mensajitos “Coelho”. Me di vuelta, me situé en mitad de la calle mirando que café hacer volar primero y de golpe ella, la señora de Potosí, se acercó por una moneda y perdí el detonador.

Mientras escribo, recuerdo su sonrisa levantando grietas en su rostro, el rojo tierra de su manto, su sombrero, mi moneda, el triciclo rosa y las ganas de que llueva para que se moje tanto ombligo y los seudo croatas se resfríen. Entonces Dafna me habla desde un lugarque acabo de visitar hoy y mi café sabe a risas y caramelo.

martes, noviembre 22, 2005

No pudimos flaca...(De Memorias de Un Croto)

Como jode viejo, re jode la ausencia. Acá estás y no se ni quien sos. Mirá que en este tiempo deje de mirarme el ombligo y ver tus ojos en los míos. No es fácil flaca cuando te jode el alma, empieza de a poquito como un ritual de pequeñas ausencias que se agolpan y luego caen bruscas al vacío.

Si flaca, todo se trata de empezar de nuevo, aunque casi siempre acabo perdiendo el cómo en unos ojos duros.

Así son mis días rectos y cansados, cada día lanzo algo de arena a tu fantasma, lo ahuyento con rituales y mujeres de piel mercancía y ya ves, aún no cambio. Tu dirías –es fácil si querés hacer algo lo hacés si no querés no, no hay que hacerse rollos- ¿viste? Acá me tenés enrollado hasta las patas.

Alguien dice que hay que seguir, aunque no sabes dónde putas estas yendo. Mira, anoche conocí una mujer y jugamos a la locura. Así como cuando juntos y enredados, le dábamos la espalda a la luna y luego lanzábamos promesas a las sábanas. ¿Te acordas? Los juramentos de orgasmo, tan livianos y como pesan luego, cuando ya no sos la figura cómplice en aquel colchón en el que escribo.

Ya no vienes, no me interesa de verdad que ya no estés, sólo queda un sabor rancio de historia amarilla en mis páginas. ¿Sabes? doliste tanto las últimas cien noches, ahora me da igual que seas vos o cualquiera, porque pienso soportar las próximas vidas en diferentes espaldas y rutas dérmicas.

Mira flaca, entendí que el tacto sin nombre es más fácil que verte a los ojos cada noche en el mismo colchón gastado. Solo necesito unos labios escénicos que canten en mi saliva y listo flaca, ves así té iras esfumando en húmedos paseos. Así cada noche iré sepultando la nostalgia en ríos de sal y lava.

Así lo hice este tiempo y cuando estuve con ella, la sin nombre, la de mil rostros y gemidos falsos. Riendo de mi propia incoherencia fui sepultándote en sus piernas. Inténtalo es fácil aunque después jode, re jode no pensar en algo que decirle luego, lastima el saber que el tiempo a su lado es mercancía y no hay tiempo para charlar.

Fueron varias las noches desde tu última lágrima, que me mande al Carajo. Pensé muchas veces cerca de la madrugada, en el fracaso compartido de no verte, pero los fantasmas ceden con la sal y tu miel se fue quemando poco a poco en el sudor de otros poros. Tu risa se desgastó de a poco y hoy tus velas ya no arden, la cera se encargó de dejar bien selladas las compuertas del llanto.

Seguiré aquí flaca, sabes donde estoy, aunque no se si luego decida no abrirte la puerta como te dije que siga creyendo en eso de que el silencio es mejor que la soledad gritada.

Me tuviste mudo todo este tiempo y ahora me quedo en la nausea de tu vientre y no pregunto, no perdono, por que no existís ni en la más remota ausencia.

Después de todo no hay problema, no corriste el riesgo, te measte flaca, era jodido caer del puente, ¿viste que el orgasmo no basta? ¿Qué no solo es querer enamorarse de uno mismo en los ojos del otro?, si no hay alma, no hay sangre, solo piel y pajas mentales.

¿Viste?, te lo dije, ahora somos páginas gastadas y olvidadas, ahora nos quedamos ciegos de no vernos, vagando en antiguos recuerdos duele flaca, duele pero no pudimos, no pudimos.

miércoles, noviembre 16, 2005

A la flaca (de Memorias de un Croto)

¿Y que tal si nos vamos a la mierda? si soltamos todo y largamos un grito de impaciencia al cielo. Como que hace tiempo no se construye nada que dure más que la película o el libro de moda. ¿No creés que es hora de que nos mandemos un loco sueño juntos? ¿Qué ya es tiempo de descansar de tanta rutina?, sin necesidad de decirnos nada, solo balancear miradas con un buen porrito y una botella de vino.

Hace tanto que no me miraba en algunos ojos como los tuyos, ¿qué sos? a que santo invocás, mientras conjurás a tus demonios con un poco de maquillaje en el baño. Hola Natalia, Camila, Ramona, Andrea, al final que carajo importan las letras en las que te escondes. Si igual eres eso, mujer de viento o de lluvia que detesto y añoro con el cuerpo y con el alma.

Vamos, te invito a caminar, solo eso y luego de un poco de poesía y dolor, podemos incluso mirar juntos el techo desde aquel tu viejo sofá. Así es como se da todo, de esta forma empieza el juego de seducción y el ritual genital. Una mirada, un disco y que los pétalos se vayan deshojando solos al contacto de mis versos. Tu savia, antídoto de mi veneno, tu tacto esencia que disuelve la mugre de mi alma.

Vamos, mujer, si los dos sabemos que no tenés alas, que no sos la musa perfecta y yo mucho menos el amante de tus sueños de quinceañera. Vamos, entrégate a esta danza de minutos y sostén con fuerza mi esperanza,. Jugá con mis labios, hasta caer tendido luego del instante perfecto de muerte. Solo una cosa es importante que en el camino no dejes caer un suspiro, que esas cosas roban luego lo poco de cordura que aún me queda.

Como pesan ahora tus párpados en mis labios, con cada palabra que precede al acto. Te miro y me doy lastima, me río de tu cursilería romántica. Tu cabeza asfixia mi cuerpo y tus pies fríos no hacen juego con mis poros. Salí, déjame pero por favor no te lleves tu recuerdo, no despertes la silueta de sudor que aún respira en mis sabanas.

Cállate, y vete descalza, para no despertar a tus cabellos y a tu alma. Yo te esperare, despierto por si vuelves, por si empieza otra vez a gritar el deseo. Esperaré mudo, por si la lámpara hace livianos tus párpados y empezamos a cantar otra vez, riendo de la incoherencia necesaria del amor, antes del sexo.

¿Viste?, igual te fuiste y me quedó la resaca amarga de caminar desnudo por el jardín de tu espalda. Ya me canse de vagar por el parque y tu cuerpo, de mearme de miedo en cada falta, en cada ausencia. Se que al final me bancaré la gris mirada en tus ojos contemplando la luz en tus pupilas rotas.

¿Qué tal si nos desnudamos de alma? Anímate, es fácil, vamos de lado, de frente, de día y de frió. Seamos ese tango dulce de dos ramas en el viento.

No temás si te nombro, si caemos en este encierro, mostráme tu lado amargo, tu mirada amable, date la posibilidad de amar, hasta odiar tu reflejo en mi rostro.

¿Té animás a lanzarte del puente así juntos, con papel higiénico anudado a los tobillos, para luego confundirnos en el espiral loco del descenso?. Reír al estallar nuestra sangre en el asfalto, amándonos para el recuerdo amarillista en una burda instantánea de paparazzo. En la sonrisa cómplice y mortuoria que nos vestirá luego, para así ser una mirada burda, grotesca, simple, nuestra.

Si no querés, entonces ¿qué tal si te miro como el péndulo desierto en tus ojos?, ¿que tal si lloramos de rabia y miedo?. Empecemos escondiéndonos en el portal del viejo templo hasta que la noche nos pesque mudos, mojados, cómplices de un mambo común.

Mira que podemos hacer eso y más, solo si querés podemos violar la fama de la historia con un baile de sirenas en pie. Es solo cuestión de huevos, de lo que té falta por genética de lo que me sobra por boludo y por amante.

Pero, me meo en las preguntas..¿y sino me creés? ¿y si te matás de risa de este loco urbano, de este piantado que retrata fantasmas en graffittis mudos?, matando su coraje en mil miedos. Si luego de contarte mis sueños explotás en una carcajada al ver como me banco las derrotas en cócteles de anestesia. ¿Me veras acá mudo, reprimiendo sonrisas en la inyección letal de dejarse amar?, o simplemente dejaras que tu espalda anuncie el despertar de mil demonios, dejándome la maldita estela que queda en toda ausencia. Dime flaca, el guión de tu juego, que sabes lo fácil que es vomitar la miel cuando te espesa la sangre.

Flaca creo que somos solo dos rocas en el mar, ahí meándonos de miedo y espantando a la vida con un matamoscas retorcido y verde. Somos algo así como dos notas tratando de encontrar el pulso exacto, dos manchas de café en tazas distintas.

Tu te estás, te quedás en silencios, en tus falsas alas blancas con las que querés iniciar algún vuelo, algún retorno. Yo me balanceo en la nostalgia, con mi tijera gastada, ejercitando mi fracaso cada vez que te corto una pluma, pero tus alas crecen, me comen y me espantan, con bofetadas de oscuro realismo.

Siempre es lo mismo, luego de todo empiezan los clichés que tanto espero --lo que pasa es que sos un tipo genial, gracias por todo pero no se...o tal vez las pelotudas pruebas de fe...si recorres mis entrañas, no se te ocurra salir de golpe que luego la sangre brota sin control. Sepárate de a poco, para que así vayas secándote gota a gota, hasta que caiga dormida y no me acuerde el momento que partiste. Por último ¡no me dejes carajo, que tengo miedo y no se como decirlo!.

Si, creo que es mejor. Si ándate, déjame en mi boludo silencio, en mi lagrima, en la caída sin red a tu vacío, pero se que no lo harás, por que preferís jugar conmigo.

No me preguntés entonces ¿querés divertirte a mi lado?,
¿Querés ser mi amante?. No se te ocurra pensar en tus recetas de cocina y en prepararme la ropa o despertarme con un beso las próximas 1000 noches de mi vida.

Sabés que no podemos ni escondernos de la luna, que la mierda del tal para cual, solo existe en tus historias de telenovela. Por mas que quisiéramos, no podemos intentar nada sin apartar su mirada fija que todo lo sabe. Que esté jodido, rejodido huir de la omnipotencia letal y necesaria de aquel otro, por eso es mejor no fingir y parar la espiral de ironía.

Ahora me canse y volveré tal vez mañana, descargando algo de savia en un cuerpo ajeno, en uno de esos escondites que solo sirven para bucearlos y luego gritarse la culpa de no amarla. En uno de esos puertos de paso, en los que alquilas la miel a cambio de tus bolsillos rotos.

Disculpa flaca, solo quería decirte eso, no te rayes. Pese a todo, volverás a ser mi amante de luna, la canabilica ruta al sol. Pero es necesario que sepás que puedo morir y vos ni té enterás, que podes ser mi tristeza en dos segundos y yo tu verdugo en un flash si lo quisiera.

Que basta apagar la risa y te vas, sin culpa ni pena. Que puedo ponerte luego en un altar como mi mándala de carne, hasta conjurar miedos o simplemente cansarme y dejarte en un cajón, para que poco a poco tu fantasma se esfume.

No te hagás entonces la femme fatal. No me llevés a tu cama a gozar tu histeria para que luego me canse en tus gemidos de niña boba, mientras pienso como hago luego para aumentar el volumen de la radio. No vengás a decirme luego que perdonás mi locura, por que no te creo, no deseo creerte, no me interesa, dar pie a nuevos fracasos. Sabés que puedo ser tu máxima gloria en una hora y luego fumarme un porro, mirándote aburrida, rutinaria y gastada, ahí creyéndote una diosa del Olimpo.

Estoy hastiado de la altanería de tu sexo, del triangulo imperfecto que forman tus senos y la lámpara. Sin embargo te miro y me río de mi pena, gritando con mis uñas no te vayas que me partes, no vueles que me asfixio de tanto recuerdo.

¿Viste? la cosa es así de fácil y burda, siempre acabo pensando al final del encuentro "y ahora de que carajo le hablo" y ella se ríe deprisa, viendo de reojo el reloj pensando "el sexo y la poesía como que no encajan, Baudelaire, nosotros, la cagada este asunto".

Entonces cuando te dirijas a la ducha, y me dejes envuelto en tu aroma agridulce, sentiré ese pequeño dejo de hastío que me empieza a envolver y pensaré: la próxima vez será mejor y si no lo es me cago y le hundo el cuchillo hasta el fondo y que le duela.

Vivo en una pecera

Desde el lunes, soy parte del experimento denominado "homo burocratus", mi oficina se convirtió en una insoportable pecera de vidrio al ingreso del piso. Cuatro vidrios de 2 por 1.30 separados por maderitas pintadas de azul, son el telon donde se proyectan mis avatares administrativos y los de mi asistente.
Perdí la vista de mis cerros rojos y las laderas caprichosas con ladrillos antigravedad que me otorgaba el otro boliche. Perdí el calor insoportable y mi independencia a cambio de luz artificial y falta de oxigeno.
Diligente, ella la que grita a voces en el teléfono y escucha funk de los setenta, llenó el lugar de plantitas, dizque para dar vida, yo me encargue de delimitar claramante la frontera con mi mitad y de que no toque mis libros y las cosas de mi lado.
Hoy todos me miran al ingresar, al caminar por el pasillo, al recoger papeles de la impresora común. Algunos me sonrien, otros ponen una estúpida cara de pescado, los más me ignoran, suelo ser un tipo bastante insoportable cuando me lo propongo y eso ocurre la mayor parte del tiempo, aunque si quiero también puedo fingir ser agrabable y asistir a cuanta salteñada de cumpleaños se organiza cada semana.
El hombre que copia, me mira desde fuera, siempre dispuesto a una conversación, absorbe disciplinadamente la poesía que le paso de contrabando y disfruta al igual que yo del acto terrorista de usar papel oficial en literatura personal. Me recuerda a mí hace diez años, es chango, con muchos sueños. Uno que otro fin de semana, cuando archivo al burocrata, nos encontramos en algún bar under, todo ebrios nos tomamos una jarra de metanol y escuchamos a Fito, luego en la semana el otra vez a sus papeles y sus ganas de ser igual a mi, yo a ordenar a la burocracia. Dizque me admira, ja! , pobre men, no sabe que solo ve la imágen del circo y solo añora estar del otro lado de la pecera.
En fín, mi realidad es que vivo en esta pecera y solo por hoy, ignoraré a la gente, me aseguraré que los vidrios estén bien limpios y volveré a pegar el cartel de "no alimente a los peces" por el resto del día. Al final de cuentas son solo ocho horas de circo, luego volveré a las palabras y la música. Ah me olvidaba, vayan a ver Días de Futbol en el festival de cine europeo, cagarán de risa.

lunes, noviembre 14, 2005

Camaleón Paceño en Sábado (II)

Pérez Velasco 12:30. El olor a pis es real, la calle Comercio con vendedores de inciensos y chalinas queda atrás. Sentado en la acera, frente a la piedra de la plaza de los Héroes, escribo. Una abarca de goma me acompaña y la uña amarilla me sonríe desde un pie con aromas salados. Pie blanco, alemán, no es de estos lares.

El telón de fondo me trae bocinas, minibuses y dos ancianos conversando sobre un juicio, uno todavía cree y explica las fases del proceso, el otro escucha mirando a unas adolescentes de reojo, ya perdió la confianza en el sistema. El cielo gris, “¿tú ya tienes tu VIVA?”, me miran unos jóvenes en camisas modernas y dos chicas con ombligos al aire, desde un cartel antiestético.

El olor es real, la lluvia vuelve a mojar, los alemanes se van, queda un heladero.Estoy en la Pérez, lugar de mil luchas y peleas, las voces que me siguen son crudas, el color de flores, libros, zapatos y nylon es mío, en mixtura pero mío. El nombre de la rosa, Umberto Eco, La Reliquia de Queiros, y más, disciplinadamente “juntuchados” me miran, me ríen, como mascotas en perrera, esperan ser llevados.Banzer, el destino de un soldado se vende en treinta lucas, Marcelo Quiroga y Los deshabitados en 7,50.

Un señor de tez morena y ojos secos me mira, le pregunto, ¿por qué vende a Banzer en treinta? Se ríe, de manera tímida y cómplice. Me voy pensando en la oferta y la demanda y los homenajes póstumos en un puesto de libros.La gente no me mira como a uno de ellos, tampoco como turista, tengo mochila y media barba mestiza, pero no me mira, parezco intuir el olor que me atribuyen, ése a vientos del sur. Ajeno en mi ciudad, no recibo las sonrisas del gringo que regatea hábilmente a Nietsche en veinte lucas. Vuelvo, compro dos ejemplares de Hesse y uno de San Agustín, me sobran veinte, tengo hambre y bajo a San Francisco.

Entro al templo, un aire moderno me recibe en el museo. Las piedras se contagiaron de minimalismo, aquéllas que levantaron la historia con sangre y evangelizaciones forzadas, me invitan a pasar.Retengo imágenes de mi paso por el museo, más allá de lo barroco me quedo con algunas escenas.

El coro, con aquel libro inmenso en latín, una cueva minúscula al subir al campanario por un oscuro y angosto pasillo. Una terraza junto a la torre permite ver mi ciudad colorida y caótica, contrasta con aquello que dijeron los franciscanos hace cuatro siglos: “El sitio es de lo más sano de la ciudad, nos asentamos a orillas de un río junto al lindo puente que construimos, la gente es mansa y tranquila”.

Entre cuadros anónimos del barroco mestizo, aspiro el aroma a vino en viejos barriles y la madera de una cama en la celda de un fraile, que huele a muchos muertos. La cripta, donde no puedo dejar de oír llantos, me lleva a la imagen de algún fraile en la dictadura ocultando compañeros. Abaroa y Murillo están firmes en sus urnas, el olor en este lugar es fuerte.

El altar huele a guiso, el almuerzo está por servirse en sábado, caminarlo se me está vedado, dos monjas me reprenden por mirar de cerca el retablo.Hace frío, termina la visita, en la puerta un hombre de labios púrpura me escupe el trayecto.

Al otro lado de la calle un gringo discute con su mujer y le dice que no comprará recuerditos para nadie. Una inglesa pata pila torea minibuses y refresca sus pies en orines paceños, mientras la vendedora de la esquina se ríe.

viernes, noviembre 11, 2005

Meme... Música y algo más

Siguiendo a Mariana http://mardesierto.blogspot.com/
El Forastero http://www.elforastero.blogalia.com/, Alejandra http://flacazul.blogspot.com/
hago el mío también....divertido ejercicio

A: Andrés Calamaro, Alfonsina Stormi
b: Beatles, BB King, Bjork, Bukowsky
c: Caetano Veloso, Chabela Vargas, Cortazar
d: Bob Dylan, Damien Rice
e: Eric clapton, Ella Fitzgerald,
f: Fito Paez, Frida Kahlo
g: García Charly, Gogo Blues
h: Hendrix,
i: Iggy Pop,
j: Jaimes Sabines, Joaquin Sabina, Janis Joplin
k: Keane, Kalil Gibran
l: Llegas, Lou Reed
m:Matilde Cazazola, Manu Chao, Mozart
n: Nina Simone,
o: Oasis
p: Pink Floyd, Pedro Almodovar, Pedro Guerra
q: Queen
r: Radio Head
s: Saénz Jaime, Silvio Rodriguez, Seru Giran
t: Truman Capote, Trakl George, Dylan Thomas
u: U2,
v: Vicentico, Vicent Van Gogh
w: Wagner, Withman, Warhol
y:
z: Zweig Stefan, Zola, Emile

En estos días



Por estos días el beso se pierde, las pieles se esconden, en estos días, son solo miradas que vuelan gastadas por pieles sin nombre.

Por estos días, las veo felices, me miran con furía, riendo en su historia, celebrando con sorna mi cruel memoria.

Por estos días, camino gastado desnudo de amores, de tactos de rimas..

jueves, noviembre 10, 2005

De cumbres y contracumbres

Parafraseando a Galeano ¿para que sirve la utopia, si cada vez que me acerco se aleja más?, pués para eso para caminar hacia ella.

Ya con la resaca de vino y música de la contra cumbre lejana, encontré en el blogg de una amiga esta nota que invita otra vez a soñar con una américa mejor, lejos de la maniqueista arrogancia de Bush que dijo luego de la cumbre "...ustedes deciden entre la oscuridad o la verdadera democracia.. ¿Democracia en tus términos, bajo tus reglas? ¡Minga! Tenemos derecho a la autodeterminación, a elegir nuestro destino y creo que la gente en Mar del Plata, mostró que sabe perfectamente que Bush es un facista.
Más allá de la demagogía de Chavez, que manda a la mierda a los gringos y por debajo de la mesa les acaricia las bolas vendiendoles petroleo, más alla del Evo electoralista. Algo supe después de Mar del Plata que la utopía no ha muerto que estamos cabreados y que queremos algo más que esta aculturización global

Gracias inconclusa por las fotos y la nota. Dejo el link para quien quiera visitarlo:

http://inconclusa.blogspot.com/2005/11/mdq-contracumbres-y-antpodas.html#links

miércoles, noviembre 09, 2005

Me duele verde, el cuerpo

Un grito verde se aloja en la garganta y la pluma no lo toca, intuye mirarlo, hacerlo viento en este invierno húmedo, pero no lo toca
Los huesos, armazón de esponja que luego serán tiempo, sostienen los versos mal labrados que hoy escupo, los llevan pero no los tocan.
Me detengo con firmeza a mirar la basura en tus pasillos y consciente de tu furia te celebro muda, ajena y dura.
Ciudad de grises brumas, bocanadas inmensas de nube asfixian mi mirada, taladran con dardos finos mi mañana y mi cordura.

El grito, es hoy espuma roja y vuelca mis palabras,
la lluvia se contiene, peregrina, roja, pura.

Poeta
Anti poeta
Culto

Anticulto
Animal metafísico cargado de congojas
Animal espontáneo directo sangrando sus problemas
Solitario como una paradoja
(Vicente Huidobro, Altazor Fragmento)

martes, noviembre 08, 2005

8.11.03



Dos vueltas a la rueda, las púpilas ya no miran con sangre
Atrás el sabor a hierro en los labios, el ruido seco de tu pómulo en mi puño
Atrás, nuestros llantos, gritos y mentiras
Dos vueltas a la rueda y tu risa falsa aún escupe el asfalto
Empieza la tercera vuelta hoy a las 8:55

sábado, noviembre 05, 2005

Ácido verde


Acido carcomiendo los canales del cerebro
Cuerpo seco como hoja al viento
Mirada inyectada de violeta, venas que laten con fuerza
Sienes palpitantes, ideas empujando por salir
Espera hecha vómito, incoherencia silenciosa, piel cansada

Cada rincón de este lugar en miradas secas
Olor inevitablemente rancio, como rancia la esperanza
Manos temblorosas en cada caricia al panel negro
Sólo la angustia hecha fé en su risa salva del tajo

Verde es hoy el licor en intestinos húmedos
verde el humo que inhalan los pulmones
Verde la mirada de aquella que bebe mis versos
y el ácido verde carcomiendo tuberias rojas
El

miércoles, noviembre 02, 2005

Todos Santos

Dicen que hace dos horas las almas se han ido tal vez por eso ya no las pude ver al llegar al cementerio, eso sí, con atención pude ver como la gente recogía sus mesas y se daba un banquete de comida y cerveza en honor al difunto.
Vuelvo desde el Cementerio General de La Paz, luego de beber los llantos de difunto, escuchar esos bailecitos y huaynos llenos de melancolía y ver dos entierros de muertos diligentes y con puntería ¿lo habrán hecho para facilitar la vida a los deudos? , ¿para ponerle color al ritual de Todos Santos? no lo sé, solo se fueron.
Vale la pena sentir este día, en silencio y soledad e imaginar como vuelan apuradas las almas a sus nichos, entre fugaces besos y abrazos de despedida, se escondén como cenicientas del más alla antes de las 12:oo. Los más chicos, se llevan un dulce y aprovechan para jalarle el velo a la tía Encarna que llora en silencio, los mayores, toman un sorbito de cerveza tibia para el camino y los más se llevan el aroma de los suyos y les dejan un poquito de muerte para que recuerden su destino.
No se si los míos vinieron, no los ví, pero cerrando los ojos los evoqué en silencio. A mi abuelo en su caballo con su sable en alto, a mi abuela, sonriente en la cocina cocinando ese tallarín que solo ella sabía, a mi tía abuela entre libros y llenandomé de deliciosos buñuelos en Oruro, a mi primo, con su risa y su forma de disfrutar la vida a sus 23 y al poeta, aquel sangre de mi sangre, que cantaba como Elvis y disfrutaba los domingos en radio cuando el Bolivar ganaba, a él en su soledad y su catre viejo, lleno de libros y versos lo recordé.
Si evoqué a todos y no se si ellos me vieron, pero quiero creer que estuvieron a mi lado hoy ¿de eso se trata no? de creer y alimentar su presencia en el pecho.
¿Sabés? si te concentras y solo te quedas en silencio ante su nicho, con respeto, algo se siente en el estomago y no es hambre eso lo sé.

Termino con una canción que se canta en Todos Santos a las Almas de los niños y las niñas (angelitos) que los amigos de Atajo incluyeron en su ultimo disco (gracias Clarex por compartirla). Es tan musical el aymara y me da tanta bronca no entender estas palabras, pero se las dejo para que junto a mi sientan.


FLORAR PARA ANGELITOS

Cielo Yangela, Gloria Yangela
Cielo Yangela, Gloria Yangela

Kimza Calvario Purit´Ucaja
Portata Ucaja, Rest´Asitawa, Koit´Asitawa
Cielo Yangela, Gloria Yangela
Quitis Aukima Quitis Taykama
Saraquiristan Hichu Auquiwa
Hichut´Aycawa
Sasinau Sata Angelito

Cielo Yangela Gloria Yangela
Quitis Quitantam Saraquirista
Dolores Mama San Jose Tata
Sasinau Sata Angelito

Cunarus Jut´A Kauquirus Jut´A
Saraquirista Sasinau Sata Angelito

Kori Pankara Qulque Pankara
Ayruri Jut´A Chajchuri Jut´A
Sasinau Sata Angelito

martes, noviembre 01, 2005

Tantawawas y Jaloguines



A que hora bajará pues tu marido a comer sus tantawawas...........a la misma que el tuyo baje a oler sus flores, señora.....

Ahí estas, jugando con la humedad y los gusanos, sin sentirlo, por que no existes. Acá estoy creando un puente mágico, divino. Tocando la puerta de mármol, para sembrar eco en la tierra.

Acá estas, donde te nombro y evoco en la conciencia. En el acto de negar tu partida de creer saberte con vida. Aquí permaneces y renaces, al pronunciar las silabas en silencio y entonar oraciones comunes, algunas con cantos de esperanza.

“A veces bajan” dice alguien, “la mayor de las veces esperan al silencio”. “Los míos bajan por pan, los tuyos por flores”. Ambos están inertes en polvo y ambos vuelven, siempre vuelven en la memoria. Vuelven en evocaciones intimas, para compartir un poco de este mundo para darnos señales de su entierro.

“Ellos no se marchan” y tu sabes que es necesario, aguantar cada paso del ritual, soportar el chirrido del metal en tu descenso, es necesario, pronunciar las palabras sin llanto. Al final la vida nos regala símbolos fechas, puentes, así es más fácil la espera.

Hoy te regalo mi recuerdo en un rostro de arcilla, en una mirada de jengibre. Luego me voy corriendo, por que tengo miedo que la vida devoré mis racimos y migajas de fe. Mañana volveré al presente, mañana permanecerás ausente del tiempo y mi espacio, hasta un próximo encuentro, hasta el próximo Todos Santos.

Mientras vuelvo cansino y derrotado a mis días rectos y vacíos, ellos llegan, pájaros, perros y gusanos. Se asomarán felices a comer el cuerpo de yeso, cuando todos nos vayamos, cuando los cantos cesen.

Después de todo ambos sabemos que es cierto nunca bajaras a beber el agua, ni menos a oler las flores. ¿Acaso importa?, ¿acaso cambia que la magia no funcione lejos del circo?.

Los dos sabemos la verdad, jamás alcanzarás a compartir mi cena, sin embargo no te fuiste, por que tu espacio no es humano, porque tu cuerpo abandono el yeso. ¿Acaso importa, que tu esencia, se desprenda de las ofrendas?, ¿acaso tiene sentido la verdad?. Si ambos sabemos que estás presente y te encantan los claveles rojos y el pan dulce.

Después de todo, bajaste a oler las flores, comiste el pan dulce, envuelta en llanto, tu alma fue una vez más ave y llevo por los aires los restos de recuerdo de los tuyos, hasta el próximo encuentro, hasta el próximo Todos Santos.