martes, octubre 31, 2006

domingo, octubre 29, 2006

Tu aquelarre

Este getto de ladrillos mal pintados, de antenas de estacas mata vampiros en los techos, brazos de alambre, espantapajaros sonrientes, manos de tijera huecas. Esta humedad de fines de Octubre, tu voz de raspadillo en etanol, me escuece en la oreja y vuelves en un flash con el ajo en tus miradas.

Tus ojos muerde orejas sumergidos en Martini, yo jugando con tus huesos, con tus mandibulas de furia y el idiota aquel con pinta de Hobbit, cuidando tu espalda. Juntos en la barra del boliche jailon ese y tu sol que brilla borracho en tu hombro, embriaga mi silencio, con su lunar de vacuna en el cachete manda besos.

Te recuerdo en otra piel en otro cuerpo, mientras sostengo sus huesos para que no caigan al inodoro del boliche, sus piernas de alambre en X me gritan tu absurda impaciencia en la licoreria, en el cerro bebiendo el vino blanco de a luca en mi bragueta.

Hoy sólo mil latidos en la frente y mi sed que no te encuentra y esta pared de cemento desgastado que escupe el llanto del vecino de arriba, los gritos de la mujer sorda lustra pisos y la cascada de la vegija incontinente que me despierta a las cinco cada día; este escenario, este montaje nocturno me trae el eco de tu aquellarre.

Pese a todo te retengo, mezcla de presente y olvido, buscando en los ojos huecos de alguna anoréxica alcoholizada un resquicio de tu aroma. Entonces de pronto te balanceas en la madera crujiente de esta cama y me queman nuevamente tus ojos de aceituna humedecidos en Martini y mi mano de zancudo picando tu ombligo. Tu llorando, yo mordiendo tu tatuaje caliente, todavía te detesto con odio rasga espaldas y despacio en noche tibia tu sollozo muerde la almohada.

Si, las paredes de este getto sudan el llanto de la tarde, el domingo inevitable, pesado y de tumba , en que tu nombre se ríe a carcajadas de mi encierro. Ya tienes 27 flaca y tu voz de raspadillo todavía me da chaqui, tu risa temblorosa todavía muerde y erisa el pecho, si, ganaste una vez más en la memoria, Feliz Cumpleaños.

martes, octubre 24, 2006

Crónicas de a Pie (Cementerio III del encuentro con la noche)

“Cabeza flor del cuerpo, misteriosa flor que apagó la muerte, su aroma fué el pensar, ahora cabeza fría, ahí está inmóvil, el último pensamiento convertido en niebla” (Poema en la tumba de Enrique Finot). Me introduce al mausoleo de los notables, que dan su nombre a las calles que hoy transito, alineados: Belisario Salinas, Rosendo Gutiérrez, Villalobos, Riosiño y otros, esos que pocos saben lo que hicieron, esos que todos caminan a diario por su espalda de asfalto.

Más allá el Compadre Palenque a la vuelta, debajo un árbol, mármol blanco sobre mármol negro, lleno de flores y mensajes. El Caminante, Pepe, lo espera para seguir cantando. Hay un afíche en el árbol, así con su perfil RTP y micrófono. Alguien ha roto su vidrio de un piedrazo vengador, será que no se compra más pomadas. El Padre Espinal, está en las alturas, como queriendo elevarse a la cordillera, con silla lees de cerca lo de mártir de la democracia y si no hablas escucharas como a quemarropa te taladran sus oraciones mata conformismos.

Tres de la tarde, se nubla la escenografía del lugar y un nuevo encuentro con la muerte me conmueve. El féretro sale de la capilla, en hombros de primos y sobrinos. El tío Enrique, solterón y músico de banda ha muerto el viernes, con hueso de pollo clavado en la garganta, pesa más que la tuba que apretaba su espalda. El sol sale con fuerza, los vivos, bien en traje negro, hacen planes para el platito de las cuatro, para la cerveza fría, listos para bailar en vida el recuerdo de su muerte. Cuentas chistes de esos de Pepito, se juntan detrás de la sobrina de falda campana y de reojo le charlan a sus piernas. Las deudas lloran, fieles a su guión con una mano en la boca y la otra sonriente por que no lavará más calzones.

Jaime, nadie te conoce che, los niños, que se hacen llamar guías se ríen al oír tu nombre. Por radio te trata de ubicar el guardia. Le digo al gringo que moras al lado del Gilberto Rojas y que clarito verá el árbol grande, no entiende. Me voy caminando a tu encuentro a teñir mi tinta en tu tiniebla. Los más viejitos se quedan de noche, me cuenta el sereno, son dos porteros antiguos, conocen bien a sus muertitos. No hay caso de pestañear, grave te jalan la pata y sordo te vuelves con sus ruido, me dice.

Jaime piedra en piedra rota del Choqueyapu, gravado tu nombre en tinta negra. Descanso al caminar y buscarte, camino al descansar y encontrarte, la roca cubre tu noche, tu distancia recorrida. Hoy crecen hojas de Eva desde la pared de adobe que da sombra a tus jarrones llenos de lilas. Una pluma reposa en la greda de tu tumba, varias piedritas de esas con cuarcitos negros, forman el contorno de tu cuerpo en la tierra. Los niños no conocen tu nombre, las señoras que hablan de sus maridos muertos, me miran sentadas desde la fuente seca, no entienden mi silueta apoyada en tu árbol. Me piden una punta bola, rompen el silencio de mis palabras a tu noche, anotan una dirección. El tío Alberto, está por allá, en el cuartel nuevo dicen.
El Felipe con viento ha empujado el vaso con claveles y el agua ha mojado unas plumas de pollo que quien sabe que hacen ahí. Flores secas abundan, hay un jarrón negro, otro de greda con motivos mexicanos. Caigo en la osadía de robarte la pluma y tu tierrita, para tenerte en casa y luego reposo de este andar en tu morada. Las palabras no vienen, se niegan a decirte algo, tu tumba se está, ahí de espaldas al Illimani. Tus restos contemplan laderas serpenteadas y acogen mi silencio, cosa vana elevarte una plegaria, cosa extraña mirarme en tu nada.

Nota: Esta vez sólo para el blog, parece que La Prensa con su revista Domingo, decidió cambiar el estílo y parecerse más a otro medio. En ese nuevo esquema está columna, al menos de momento, ya no encaja en la nueva línea editorial, por lo que aparentemente le dieron un descanso

miércoles, octubre 18, 2006

A la orilla de la chimenea

Se que no visitas este blog por que ahora eres gerente y eso de la literatura no cuadra con tus
balances. Se que estás más flaca que antes, que todavía usas lágrimas artificiales, que tus manos siguen siendo igual de flacas y frías como me gustan y que nada te emociona tanto como escuchar The Cure en tu cama.

Se tambien que tus labios adoran todavía el mentisan y se vuelven una ventosa sensual cuando hablas. Tus cejas gruesas sirven de sombrilla aún a esas ojeras tan cafés, a esos ojos tan persas espiando detrás de tu Burka llena de culpas, esa invisible que sólo tus santos miran.

Ya pasaste los treinta y aún vives con los viejos, adoras tu perro, juegas tenis y todavía me río de ese poema lleno de insultos que te escribi alguna vez.

Hoy me acordé de tí, así por culpa del Shuffle este de la computadora, por esos avatares cósmicos que tiene el Windows, de pronto mi estrés de sandwich en marraqueta se quedo seco al escuchar al Joaquin con esta canción.

Entonces fué inevitable no pensarte, no recordar como jugabamos a las escondidas en los pasillos de la U, como me perdía en tus ojos y solo quería mirarte sin palabras. La ansiedad pudo más ¿te acuerdas? acabamos encontrándonos en esa fiesta y subimos a tu casa en el auto blanco de tu viejo; luego ahí enredados en la alfombra, escuchamos ese tema de REM que tanto te gustaba y yo le puse tu apellido a la canción esa de Sabina que ahora escucho, mientras tus besos de anguila llenaban mi paladar con el aroma de tus papilas secas.

Tu con 19 años, con besos de pre puber, aplastando tus carnosos labios en los míos como en escena de telenovela mexicana. Yo jugando al preambulo, mientras mi espalda recibía los arañazos de las pelusas del piso y el aroma tan añejo de las fotos de tu madre

Ya ves, me acordé de tí , curiosas piruetas te da la memoria, te ví clara hoy a las dos de la tarde
entre papeles y contratos. Otra vez así chiquita con tu voz ronca, con tus ojos secando el dolor de
mis versos, con tu calma y tu risa, así a orillas de la chimenea como aquel septiembre....

Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños.

Puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo,
tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.

Y si quieres también
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu Dios, tu asesino...

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama.

Puedo ponerme digno y decir -
"Toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos de un rato... me llamas."

Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adios y tu "ven",
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío...

O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja, abrazada a una duda
en mitad de la calle y desnuda.

Y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe,
tu noche y tu día,
tu rencor, tu por qué, tu agonía...
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Joaquín Sabina

martes, octubre 17, 2006

De Octubres...

16 de Octubre de 1946, nace mi padre, en la misma fecha es condenado a la horca Goering en el juicio de Nuremberg, él en su orgullo nazi prefiere suicidarse con una cápsula de cianuro antes que arrepentirse de algo. Mi padre a la fecha sigue sin cuestionar los prejuicios heredados de mi bis abuelo y continua odiando a los judíos.

Por mi parte, tengo varios amigos israelitas, aunque Sharon en definitiva me cae mal y si viviera en la franja de Gaza sin duda lanzaría piedras antes que balas. Pero esa es otra historia y no tiene que ver en nada con la solución final que fue una mierda total. Aunque los amigos de Israel no aprenden y fieles a su antiguo testamento siguen practicando el ojo por ojo solo que quitándoles las corneas a musulmanes igualitos de cara a ellos y que no tuvieron nada que ver con el señor Goering.

16 de Octubre del 2003, El mismo día mi hijita con 5 meses de vida, inocente de todos los despelotes que voltearon al gringo, sólo reclamaba leche, sin entender que nacía a una nueva Bolivia. Ese día, al ver los tanques en la calle, volvieron las imágenes de los setenta, cuando de niño miraba con asombro y temor los tanques en la UMSA. Esta vez sin embargo lo hacía con bronca y volvía nuevamente el miedo a las balas de los días que dormía en el suelo con colchones en las ventanas y mi madre me decía si mi padre no llegaba a dormir era por que seguro ya estaba en la morgue, cuando en realidad andaba chupando en casa de algún cuate.

17 de Octubre del 2003, se hace pepa el Goni a tomar sol a Miami, luego de que dió la orden de meter bala. Se fué gritando desde la ventana Indios de Mierda y tomando Whisky con el Berzaín acabaron concluyendo luego de tres Old Parr, igual que el Goering antes de morir, que habían hecho todo por el progreso y por defender la nación.

Ese día de forma diferente, esta vez siendo padre, entendí los errores de los prejuicios racistas y contradictorios de familia clase media que me formaron y algo termino de cambiar en mi.

15 de Octubre del 2004, muere la Blanca Wiethuchter poeta paceña, biógrafa de Jaime Sáenz que a diferencia de algunos antecesores decidió, voluntariamente ser cremada y perderse en el viento de cordillera del lago Titikaka.

Recordando antiguas guerras, intolerancias tan vigentes y la sangre paceña de carne de cañón de los de siempre, me quedo en las palabras de uno de sus poemas:

Me he muerto a mí misma y eso me conmueve sobremanera.
volver a preparar mi desaparición me consuela y me desgasta
pero puedo seguir la curva de mi brazo,
lo que da la medida de mi soledad
y puedo morderme el vientre de nuevo
lo que enciende el sumidero en el que temo caer para siempre.

Amo este mi cuerpo árido sin solicitud, con avaricia
mi negro hombro infantil que se desplaza según el cielo
que diseña todo el invierno.

jueves, octubre 12, 2006

"9eme Jour" 2


....Tu mirada ahí belle epoque con aires de gata siamés resplandece en cinema machine. Esas cerecitas, rojo chillón, acariciadas con pincel me hacen un guiño y no me dejan ver el fondo de tu rodilla. Apago la luz y busco el colirio, fisgonear con un solo ojo da migraña. Si recién llegaste o estás lista a partir, es una cuestión de perspectiva y el vuelo..."

Foto: Sol Mateo, Exposición 9eme Jour, Alianza Francesa, 2006

Quiero seguir creyendo....


¿Será que hay que fumarse un porro para entenderte?

martes, octubre 10, 2006

“9ème jour”


Ayer te he visto en las paredes del subsuelo de la Alianza Francesa y me he acordado de tí, de tus piernas de alambre y tu cabello largo molestando al viento, de tus dedos de uñas rosadas y frías, pinchando la pelota de la otra niña. Ayer he vuelto a tus diez años y buscando en tu mirada he sentido otra vez esa furía contestaría con que envolvías a tus Barbies en velos negros.

He jugado con tu imágen, congelado en la forma de tu rodilla izquierda y en tu lunar de uva he recordado, tus risas en los juegos de cartas, tus bromas tan naif, tu cansancio en ese jardín paceño, en esa casa en la que te tenían a fuerza.

Ya me habían contado que volaste, y sí, ayer te he encontrado, libre, con tus alas extendidas, con ese perfil tan "belle epoque" en el sepia del Sol Mateo. En este mi jour de merd, con pesada espalda de camisa de alambres, el aleteo de tu libertad me has contagiado.

Foto Sol Mateo, exposición 9eme jour, Alianza Francesa, 2006

lunes, octubre 09, 2006

Crónicas de a pie (Cementerio II de Héroes y Anónimos)

“Vivir sin hacer daño, morirse de repente, son la envidiable vida y la envidiable muerte”, dice un cartel verde grande a mano derecha. Con este verso de Gregorio Reynolds, la Alcaldía mercadea la muerte, para recordar a los vivos que no se están portando bien.
Mausoleo a los Héroes del Chaco, en el nicho 47 yace quien murió un 7 de marzo. Entre sus huesos, como cenizas metálicas, esparcidas las esquirlas de metralla de pila. Me doy vuelta, el lugar forma una exacta línea paralela con el maestro rezador del puesto 7. Es que el más allá tiene sus códigos, la muerte sus mensajes, hoy es 17.
El héroe ya no habla, me deja sentir el sol que muerde mi nuca, el dolor en mis piernas, la sed de dos de la tarde, me regala este instante para recordar su guerra en mis huesos. Mi arrogancia, me asombra, me duelen las rodillas y pienso: Cuidado que me roben la gorra. Le hablo de su bisnieta y le muestro foto, le cuento de esa fuerza que me anda faltando este domingo; de su sable que ahora está lustrado en mi casa. Enojado le cuento de cómo el otro día el Nelson lo usó para perseguir a la Naira y tuve que botarlos de la casa.
Estás ahí, última fila, en la humildad, soportando, como decía, sonseras y pistolas de esos compañeros de caballería con que despotricabas en la Plaza Murillo. ¿Te acuerdas?, comías después un rico sándwich de chorizo en el Merland y la abuela te reñía por que no almorzabas. Ahí en esos huecos chiquitos y oscuros, recuerdan el infierno verde, sus carreras de pulgas en la trinchera, sus secos con orín de cantimplora, cual si fuera yungueñito; una que otra patada le dan al nicho, renegando por las sonseras que hacen ahora en nombre del gas. A ti estas palabras como memorial, como homenaje, frente a la morada que hoy te guarda.
Bajando las gradas, en línea recta hacía el cuartel 40 una mujer de buzo y lentes de sol chinos perfuma el pasillo y empaña nichos con su tufo. Le paga a una señora para que rece a su muertito. Ella anda cortando los claveles, siempre fiel en lo práctico, no tiene tiempo para rituales y rezos. Viene, no sabe por qué, a reñirlo tal vez, desde que se fue le falta plata, a reñirlo porque le había dicho tantas veces que no chupe y no hizo caso. Paga con desprecio 1,50, recibe una letanía monótona de Padre Nuestro memorizado a medias y dos Ave María, matizados con rezos aymaras. Acullico en verso, manta gastada, piernas de alambre es una rezadora. Camina buscando deudos y repite monótonamente algo que no entiende a muertos que no siente. Son espectros del cementerio, diría alguno. Una más de las formas de subempleo, diría otro por ahí.
Caminando hacia la derecha, cerca del Mausoleo del Pacífico, se me acerca de la nada, piel tibia, mira con ojos de pasa y me extiende la mano, busco y tengo los bolsillos vacíos, le digo que disculpe. Me mira, sonrisa silente, sin dientes, vuelco a verla, ya no está. Es que la muerte tiene su lenguaje, sus emisarios y hay que saber entender sus señales.De pronto el silencio se tiñe de risas, de helados de canela y bebés sonrientes. Una madre con pantalón camuflado y look gótico, entre risas distrae a su wawa con su piercing en la lengua. El abuelo, parece militar, deja rosas en una tumba de cerca negra y pasto sintético. Lanza un grito de impotencia a su hija de 16, para que alce al nieto. Ella coquetea con los ojos al que escribe.
De vez en cuando es necesario darse un baño de muerte, que te muestre la fragilidad e incoherencia de estar en pie. Dicen que en las cárceles se reproducen las sociedades en miniatura, parece que en los cementerios es igual. Hay muertos de penthouse de mármol, otros de tumba perpetua, unos en tumba de alquiler con aviso de moroso, otros desalojados luego de tres advertencias. Sí, acá también se reproducen diferencias, también las flores de plástico están secas y para los que no acatan, igual la muerte mata; hay un crematorio, funciona miércoles y viernes a las 11.

La Prensa, 8 de Octubre, 2006 ....Día del Che

domingo, octubre 08, 2006

39 años


Carta de Julio Cortázar a Roberto Fernández Retamar sobre la muerte del Che

París, 29 de octubre de 1967

Roberto, Adelaida, mis muy queridos:

Anoche volví a París desde Argel. Solo ahora, en mi casa, soy capaz de escribirles coherentemente; allá, metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo, dejé irse los días como en una pesadilla,comprando periódico tras periódico, sin querer convencerme, mirandoesas fotos que todos hemos mirado, leyendo los mismos cables y entrando hora a hora en la más dura de las aceptaciones. Entonces me llegó telefónicamente tu mensaje, Roberto, y entregué ese texto que debiste recibir y que vuelvo a enviarte aquí por si hay tiempo de que lo veas otra vez antes de que se imprima, pues sé lo que son los mecanismos del télex y lo que pasa con las palabras y las frases.
Quiero decirte esto: no sé escribir cuando algo me duele tanto, no soy, no seré nunca el escritor profesional listo a producir lo que seespera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto,me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, dedisimulo casi, la sustitución de lo insustituible.
El Che ha muerto ya mí no me queda más que silencio, hasta quién sabe cuándo; si te envié este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sécuánto querías al Che y lo que él significaba para ti. Aquí en Parísencontré un cable de Lisandro Otero pidiéndome ciento cincuentapalabras para Cuba. Así, ciento cincuenta palabras, como sin uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo quepueda escribirlas, estoy vacío y seco, y caería en la retórica. Y eso no, sobre todo eso no. Lisandro me perdonará mi silencio, o lo entenderá mal, no me importa; en todo caso tu sabrás lo que siento.
Mira, allá en Argel, rodeado de imbéciles burócratas, en una oficinadonde se seguía con la rutina de siempre, me encerré una y otra vez en el baño para llorar; había que estar en un baño, comprendes, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglasdel buen vivir en una organización internacional. Y todo esto que te cuento también me averguenza porque hablo de mí, la eterna primerapersona del singular, y en cambio me siento incapaz de decir nada de él. Me callo entonces. Recibiste, espero, el cable que te envié antesde tu mensaje. Era mi única manera de abrazarte, a ti y a Adelaida, atodos los amigos de la Casa. Y para ti también es esto, lo único quefui capaz de hacer en esas primeras horas, esto que nació como un poema y que quiero que tengas y que guardes para que estemos más juntos.

No nos vimos nunca pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz libre como el agua,
caminé de a ratos cerca de su sombra.

No nos vimos nunca pero no importaba,
mi hermano despierto mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome detrás de la noche su estrella elegida.

Ya nos escribiremos. Abraza mucho a Adelaida. Hasta siempre, Julio

Lei esta carta hace tiempo, cuando aún contaba con revolucionarios 19 años y salía a bloquear la Avenida Villazón, esa que no tenía nudo. Estudiaba sociología, creía con firmeza en los ideales de cambiar el mundo, como muchos de mi generación, que crecimos en dictadura y fuimos testigos de la lucha de los nuestros por conquistar la democracia. Hoy por hoy, los de 19 saben del CHE por que aparece en camisetas Benneton y los que tiene plata para una, no tienen idea de luchas por que nunca les costó nada, tuvieron todo dado por sus papis bien (bien ladrones). Aunque no tengo en mi despacho un trozo del muro de Berlin, como diría Sabina, sigo sosteniendo que el Che antepuso el romantico Quijote al práctico estratégico y de ahí su muerte. Mucho se puede debatir sobre el tema, sobre lo justo de empezar su guerrilla en un país que no lo reclamaba, todavía tenía esperanzas luego del 52; mucho sobre los bolivianos que murieron en Yancahuazu y ahora viven olvidados sin pensión, mucho sobre como quedo abandonado por el partido comunista de Bolivia, por el propio Fidel que luego lo alzó como bandera, mucho se debatirá a favor y en contra aún 39 años después, al final en sus últimos minutos Ernesto tenía razón "más valgo muerto que vivo" dijo y más allá de todo debate una cosa es incuestionable su coherencia.

viernes, octubre 06, 2006

en off

Tanta palabrita temblorosa aparece de golpe, pinta esta pared y me asusta. El teléfono apagado, ¿acaso no entiendes que no puedes apagar la memoria? ¿qué la sangre corriendo en su sangre no se lava con actos de culebra y cabeza de avestruz?
Tanta palabrita temblorosa me hace cosquillas y me recuerda el por qué de esta lucha, tanta palabrita y el telefono que no responde...

jueves, octubre 05, 2006

Rayas


Stephie:
Este es un chistosito con cachetes y nariz de payasito como tú, tiene lentes y ojos graaandes, es para tí ¿¿ya??
Gracias hijita
Stephie: De nada conejito, ahora voy a dibujar una princesita de papi como yo ¿¿¿ ya???
(Stephie Septiembre, 2006) Tarde de paz a tu lado
Para tí estas líneas pequeñita:
Stephie pinta una raya con sus crayones y quiso ver
Y vio cuanto quiso y luego pinto más rayas en la pared
Stephie pinta una casa con una fuente y se fue a beber
Y el agua eran muchas rayas de un sol de rayas en el papel
Y vio una serpiente durmiendo a un dragón
Y vio mil ciudades en su corazón
Y vio una jirafa cayendo en la red
Del oso de azúcar y un río de pie
Stephie pintó la lluvia lloviendo lenta sobre el papel
Y vio cuanto quiso y luego pintó más lluvias en la pared
Stephie pinta la lluvia con cuatro rayas color de flan
Y luego pinta tambores con otras rayas y mucho más
Y vio una muchacha bailando en el marLos ojos bañados de profundidad
Y vio una sonrisa de musgo y color
Y un liquen que nace de su corazón
Cuando quieras ver veras todo lo que imaginaste
Cuando quieras ver veras todo aquello que soñaste
Stephie pintó una raya sobre la raya que otro pintó
Y dijo que era una foca bailando al ritmo de una ilusión
Y vio a Blanca nieves morena de piel
Y el bosque encantado y la abeja en la miel
Las cosas que hemos vivido ya nunca fueron mas lo que son
Las cosas son como rayas y cada uno vio lo que vio
Cuanto quieras ver veras todo lo que imaginaste
Cuanto quieras ver veras todo aquello que soñaste


(Basado en Rayas de Pedro Guerra)

Luna llena en las rocas


Después de Diablo guardían, Xavier Velasco nos entrega este viaje por tugurios de focos rojos, esos que tanto nos inquietan y embrujan. A esperar que los amigos de Santillana se dignen a traerlo en un precio accesible o conformarse con la edición pirata de El Prado, que en un país con impuestos estupidamente caros a los libros, sin duda democratiza la lectura. Mientras tanto un comentario y un extracto del prologo del libro.
Salir de noche y no mirar la luna es como dar el cuerpo sin el alma. Pero exponerse a ella, y a sabiendas retarla, como se desafía el purgatorio por causa de Amor, es firmar la liberación de nuestros lobos y aceptar la metamorfosis consecuente: nos crecerán colmillos, garras, pelos, y a fuerza de codearnos con las fieras aullaremos más lejos, gruñiremos más hondo, jadearemos más quedo. Y después, cuando el terco reptar por los pantanos consiga consagrar nuestro plumaje, cruzada la frontera donde el mismo Luzbel nos será diferente, descubriremos sin asombro casí, que en la taquilla no hay boleto de regreso (Xavier Velasco, extracto de la novela Luna llena en las rocas).

«No pretendo mirar lo nunca visto, sino quizás, con suerte, lo siempre imaginado.»Este libro tiene que ver con la buena vida. Por eso, con frecuencia, el narrador nos lleva a sitios de mala muerte. ¿Quién no encuentra la plenitud allí donde se hornean los antojos, se mima la inconsciencia colectiva y el placer hace trizas al deber?

En ésta, su versión recargada y final del safari nocturno Luna llena en las rocas, Xavier Velasco encarna a un narrador festivo y caradura, decidido a llevar la juerga hasta sus últimas palabras por bares, puticlubes e infiernillos afines. No quiere ser testigo, sino cómplice.

Este libro es la huella literaria de un morbo con licencia, prisa y causa. Es la persecución romántica del peligro, la congestión de elíxires, la conjura de lunas. La lujuriante oferta de saltar al vacío y entender cada oficio, vicio y maleficio con azoro infantil y premura adolescente: los ingredientes básicos de la aventura.¿Mala muerte? A otra zorra con ese mink. Salud por la buena vida.

miércoles, octubre 04, 2006

Oh Melancolía señora del tiempo........

Hablar de mi así de frente, es algo que no suelo hacer muy a menudo salir del papel del cronista, de la ficción de mis personajes y presentarme con la cara lavada y los ojos rojos no es algo muy cotidiano, sin embargo me dio ganas de hacerlo.

Acá estoy escuchando a Silvio, con eso de “Cómo sabrá la cerveza que el sepulturero se beberá cuando acabe de darme abrigo” y me pregunto por mi fecha de vencimiento y reconozco que mi fe a tenido serios deterioros el último tiempo y por más que trato sólo imagino una nada absurda al otro lado, en todo caso tarde o temprano me enteraré si la película que me contaban los curas era cierta, si hay algo mágico y celestial mejor a lo mundano de esta tierra que me demuestre que valió la pena chuparse tanta mierda, tanto dolor, tanta incoherencia, tanta injusticia; o tal vez los hinduistas tenían razón y acabe reencarnandome en rata.

Hoy es uno de esos días en los que el vacío me está comiendo, en que extraño a mi hija que vive a mil kilómetros de distancia, en que no quiero llegar a dormir con mis fantasmas, en que me resisto a estar acompañado y a la vez detesto esta melancolía cotidiana, este silencio de autoexilio.
Hoy confieso que necesito un buen trago, un buen cigarro, unas manos tibias en mis manos, unos cabellos largos desparramados por mi pecho, unos píes fríos enredados en mis piernas. Hoy reconozco mis adicciones y que pasar diecinueve días sobrio me resulta definitivamente insoportable.
Hoy acepto que no sé como tratar a la gente, que no soporto vivir conmigo mismo y que estoy terriblemente cansado de esta rutina, de este repetir mil veces el mismo día, que tengo ganas de mandar todo al carajo, agarrar mi mochila e irme, por último estoy harto de estos ojos rojos.
Al final no se el porqué de esta pausa, son las cuatro de la tarde tengo un kilo de cosas que hacer en la oficina y debería estar produciendo para justificar el sueldo y eso que se supone que el miercoles siempre fué mi día más productivo.
En fin, volveré al trabajo, más tarde iré al teatro y haré una pausa con una tragedia griega versión actualizada, espero que valga la pena el viaje; luego iré a ver a la Liz al Cambrinus, dice que cantará algo de trova. De momento sigo evadiendo el trabajo y este Silvio que insiste con eso de “Sobre tu cuello de porcelana yo me tendiera paloma mía”. Que ganas de volver el tiempo, de gozar de esas tertulias, de esas guitarreadas, que ganas de besar tus labios que ya están muertos.
En fin, hoy hice una pausa, hoy no es un buen día, hoy sólo quería contarles que es urgente volver a vivir.

lunes, octubre 02, 2006

Por la carretera....


Parto, en la ironía de no verte, con ojos de montaña, con dedos de llaga
Parto y tu voz de ecos rojos me hace zancadilla, me devuelve a la humedad del pasto seco
Me estoy gastando en esta huida, en la angustia del encuentro que no llega.

Parto, en el silencio vigilia de mil dagas, en tu temblor frágil, en mi sangrar duro
Parto, púpilas de sal, mirada de roble, algodón esteril a tus gritos
Me estoy gastando en despedidas, en horas alineadas.
Parto y el conteo mudo, 720 líneas y el retorno

domingo, octubre 01, 2006

Desayuno

El quería llevarla a desayunar o más bien poner mantequilla en su espalda a las 7 am.
Ella quería caminar. Un taxi fue la respuesta, el refugio de cortejo y besos.
Luego el rin, rin, en su teléfono y el motor de un micro ensordeciendo los celos.