viernes, diciembre 30, 2005

Salud último viernes

Ultimo viernes del año, es justo y necesario despedirlo como se debe, con cerveza fría y Rock and Roll. Estoy en la Zapla Avaroa, lugar de tantos combos hace años atrás. En un café, esperando a ella de ojos miel y caderas afiladas, con ganas de tomar un buen vino, luego caminar la Belisario y solamente beber los restos del 2005 en las paredes secas, en los poros y labios de Sopocachi del alma.
Recogeré los despojos de mi ciudad, la mierda esparcida por el asfalto roto y me reiré de mi mismo al alba, cuando el Illimani me haga un guiño rojo y mis ojos inyectados de tanto eter solo atinen a gritar...La Paz, es una muela careada llena de sed y soledad...La Paz pasa el tiempo y cada vez te quiero mas!
Que los espectros que poblaron mis paredes este año queden bien muertos y enterrados, que su mirada y el eco de sus risas sean la espada para comerme el nuevo año que empieza.
y como diría Fito...nos veremos en la calle y en concierto, yendo tras algún perfume de mujer, ya nos vemos en el 2006, una buena estrella tambien viene con él...buena estrella para todos...en especial para vos...

jueves, diciembre 29, 2005

Verde

Llueve, mi ciudad se cubre de gris y mis ojos se dilatan rojos. Estoy vestido de verde, llevo la barba de 10 días, vi tres películas seguidas, entre ellas Machuca, la cual no deja de rebotar en mi cabeza, no deja de gritar su historia.

Estoy con el llanto roto en el rostro y la impotencia que destruye mis ojos..

martes, diciembre 27, 2005

La Broma

Calle Loayza, cuatro de la tarde, hace una hora leía La Broma de Kundera en un trufi y ahora camino por el centro pensando en la Praga comunista de los años 50. De pronto el azar me encuentra con ella, cabello corto, no más de veinte, camina con una sonrisa en el rostro leyendo también La Broma, sin mirar a nadie, toreando a la gente.

Pienso en la casualidad y de pronto me encuentro con un mimo, de nombre Wálter, tiene más de sesenta, me dice que volvió de Europa luego de cuarenta años porque quiere regalar sonrisas en el país antes de morir. Está parado en la puerta de un lugar de fotografía, esperando una moneda para moverse, algunos ríen, los más lo ignoran, los niños tratan de tocar sus lágrimas de carbón y yo me siento a mirar su arte.

Tengo resaca electoral y ganas de cambio, lo miro a él que decide volver cuando otros se van y vuelvo a mi experiencia de jurado el anterior domingo. Recuerdo a Max, delegado de gorra azul, puntual y con temor a decir lo que piensa, a su compañera con rabia en la mirada, mientras recontaba votos. Ellos en una esquina con bronca muda y esperanza en el futuro. Al otro lado, los de gorra con estrellita blanca, en primera fila fiscalizando con celo y desconfianza cada voto.

Recuerdo también al señor de 86 años reclamando su derecho al voto, negándose a entender el concepto de depuración, mientras yo arrepentido de no saber aymara y no poder explicarle por qué no puede votar.

Cerramos la mesa y Max guarda tímidamente la copia del acta en su chamarra, mientras la de gorra roja, entre tuteos y risas, me pide un certificado de sufragio para su marido que no vino a votar. Claro, si ya pasamos todo el día juntos, una ayudita no hace mal a nadie; al final, como alguien diría, no es corrupción, es viveza criolla. Sólo atino a mirarla y guardó todo lo sobrante en el ánfora con rabia.

Hoy después de la farra electoral espero que lo que venga traiga menos prebenda y mayor honestidad, que la joven que lee a Kundera crea en el país y el amigo mimo sea un augurio de que más gente vuelva.Mi café se enfría, algunos viejos políticos en la mesa de enfrente apuestan cuánto dura el Gobierno. La broma de Kundera toma cuerpo en su risa; “el optimismo es el opio del pueblo”, me dice el personaje del libro y me niego a aceptarlo. El país está cansado del derrotismo y tiene derecho a creer en el cambio. Al final, ya decidimos, ahora a tener paciencia. Me saturé de las elecciones, el café está frío y hace media hora que trato de terminar un verso pero ánfora no rima con estrella.

La Prensa, 25/12/05

martes, diciembre 20, 2005

20.12.05 Café Club de La Paz


La resaca electoral esta pasando, tomar partido fué una opción dura y que entraña sin duda riesgos, pero había que correrlos. Hoy me siento en la esquina aguda y filosa del café más tradicional de mi ciudad "Club de La Paz" en la mesa en que debatieron tantas veces Lechín, Zavaleta, Marcelo y otros tantos, busco encontrar en estas paredes las palabras de aquel pasado, los sueños de un mejor país, lo que hubieran dicho aquellos pensadores sobre lo que viene y disipar los fantasmas de caos, una venganza social y sangre. Se también que cambios como estos de modelo, de estructura no se darán en cinco años e implican ir contra la corriente y paradógicamente medidas de costo social ¿Quienes pagaran ahora el precio? .
Pienso eso y más con una taza de café expreso, mientras la mesera me pregunta de que periódico soy, por que saco fotos al lugar y simplemente le digo que soy un paceño más tomando café.
Abro mi libreta y empiezo a escribir la crónica para el periódico, mojando en mi café cada uno de los recuerdos del 18 de Diciembre, de mi experiencia civica como jurado. Luego haré poesía, es necesario, el cuerpo me está pidiendo versos entre tanta política

lunes, diciembre 19, 2005

51%

Ahora a ponerle el hombro al país a apoyar al gobierno, a tener paciencia, a dejar gobernar, a ser coherentes, a fiscalizar y a ser parte activa del cambio.
Una nuevo país se diseña a partir de hoy, donde la democracia será más participativa.
Suerte EVO, no defraudes nuestro voto.

sábado, diciembre 17, 2005

Tomo Partido y tengo esperanza


Mañana hay que votar, tenemos la suerte de elegir a nuestro gobernante, muchos no la tienen, no la caguemos. Por primera vez el país vive un empate social, dos claras tendencias disputan el poder. Tuto, representa la clase política que institucionalizó la corrupción y se hizo rica a costa del país dejando que miles se empobrezcan y unas cuantas familias se llenen de dinero. Es hijo adoptivo de un dictador y se da el lujo de decirnos arrogante que el tiene capacidad, autoridad y es capaz de ofrecernos paz social.
El Mas, representa a los movimientos sociales y aglutina a todos los que creen en un mejor país, con mayor justicia social y equidad y es actualmente, la expresión de todos los sectores marginados de la sociedad y representa la lucha por la identidad, autodeterminación, soberanía y dignidad.

La generación que votará por primera vez, tuvo la suerte de nacer en democracia, otros vimos como nuestros padres lucharon por conseguirla, vivimos nuestra infancia, viendo tanques en las calles y temor al toque de queda, miedo de que tu viejo no llegue por que lo balearon. Pero también crecimos con el ejemplo de la coherencia ideológica, con las oraciones de Luis Espinal en el bolsillo, con la imágen del Che y fuimos aprendiendo que este país no se alquila ni se vende.

Este domingo tomaré partido y votaré con claridad, por un verdadero cambio, por que el poder sea esta vez de los menos. La historia se encargará de juzgar mi voto, sin embargo tengo esperanza que luego del Domingo, podré ayudar con mi decisión a dejar un país más justo, con menos discriminación y mayor equidad para mi hija.

Piensen y no se dejen mamar con el miedo que nos quisieron meter los de la estrellita blanca.

viernes, diciembre 16, 2005

Kaluyo y Potter

San Miguel, 7 PM del domingo, lugar llenos de risas falsas, donde el aroma de café se abre paso entre perfumes y charla light de cirugía y moda. Aparecen ella a quien no veía hace mucho y un amigo músico, surge la idea de ir al Teatro de Cámara a ver la obra de la Oveja Negra. Llegamos tarde, la obra empezó hace diez minutos, nos acercamos a la puerta, una señora nos niega la entrada, gente tarde perturba la puesta en escena, nos dice. No sirve de nada, decir que conocemos a los actores, el teatro ya cerró para nosotros y no habrá repete, debemos irnos.

Salimos y decidimos obedecer la moda global e ir a la función de tanda del hechicero light, caminamos y de golpe se abre el telón de mi ciudad. Estamos en La Comercio, esa mixtura de gente con gritos y mercaderes que venden de todo. La amiga tiene miedo, no es San Miguel y pide ser escoltada en la caminata.

Me pierdo en el montaje de esta escena, pensando en la obra que no vimos. El descenso es lento y la charla toma un tono banal, de pronto, la verdadera obra se despliega con magia, cuatro niños potosinos, al final de la calle haciendo música. La luz naranja de un farol de La Plaza, ilumina sus trajes. No tienen más de cinco y se mueven mal acompasados, en un juego de Kaluyo mal tocado y susurrado en quechua y sin embargo parecen felices. Su públicol, los objetos de un puesto de dulces, chocolates, galletas, cigarros, papas fritas, etc. todo apilado en tonalidades naranja escucha en silencio la obra. La gente, apurada, hasta en domingo, sigue su curso, no piensa, los niños solamente son parte del montaje.

La obra ya empezó, no importa, ésta vez tengo un papel en ella, soy extra, bufón burgués, con camarita, aroma de café y perfume. La amiga, compra galletas, se asoma a verlos con una mano en la cartera y la otra cerca de su nariz, ellos solo ríen, no paran de cantar, no le entienden. Los actores pasan frío y hambre, juegan con charangos de tres cuerdas desafinadas. La hermana mayor mira detrás de un puesto, es la apuntadora, directora, madre, todo, de rato en rato vuelcan las uvitas de sus ojos hacia ella, mientras se acerca y pasa revista a dos jarros blancos y a uno rojo para ver la recaudación.

El amigo músico, saca fotos con un celular, mientras yo me pierdo a la simpleza del acto y pienso en el 18 de diciembre, en como las promesas se perderán luego de la euforia, en la sangre que ojala no moje de nuevo estas calles. Salga quien salga que no vuelvan a esta plaza, a gritar con el puño en alto, con pulmones rotos, que no sean carne de cañón, que no canten por monedas los hijos de sus hijos. La gente pasa, nosotros también, ya son las nueve, el Potter ese dura 3 horas 15 y no me interesan los adolescentes ingleses.

Once de la noche, no puedo dormir, camine todo El Prado, escuchando opiniones de política. De pronto el Kaluyo y sus risitas de arroz blanco me arrullan, me duermo escuchando el aplauso mudo de mil golosinas en sus ojos.

El domingo es día de elecciones, votemos por un cambio social de fondo en el país

jueves, diciembre 15, 2005

Calamaro y viejas miradas


Perdimos la clara cordura de media semana, con un tinto y escuchando los aires de tango de Andrés en el Luna Park. Ella se escondió de las fotos. Su mirada, miel profunda, se negó a jugar con las luces de una cámara y sus pupilas taladrarón de nuevo con el mismo perverso efecto aguja en mis ojos.

Tango, Lou Reed y más, música, mil veces música. Vino y este encuentro nocturno de miradas con sabor añejo. La noche fué palabras y uno que otro tacto. Quedaron el vino, un blues y el homenaje de Andrés a Pappo, latiendo en el corazón.

No se por qué imaginé que estábamos unidos y me sentí mejor, pero aquí estoy, tan solo en la vida que mejor me voy. (Norberto Napoletano, Pappo)

miércoles, diciembre 14, 2005

Los restos de nuestro amor


La sien late perforando el vacío
el aroma verde inunda mi garganta
visión en tunel, mirada gris
Te devuelvo cada pieza de esta historia mal armada


lunes, diciembre 12, 2005

Resaca


Quieto deshojar de oscuras líneas,
Llorar desnudo en el espejo.
Cáliz absurdo de carne y cicuta

Nausea endeble,
Culpa que se pierde
Temor de miedo turbulento

Grito nocturno
metamorfosis lenta que agota
y anula carcajadas.

Paso a paso, despertares,
tacto en reconocimiento
Rostro saltado, cuerpo incompleto

Mirada resuelta de espejo.
Muda mentira,
bebiendo la duda del monstruo

Llenar el alma en mudas digestiones
Levantar simples miradas al sonido
Volar y carcomer silabas sangradas

Rigor de anestesia, arrogante
Falso poeta de encierro
Vuela en la resaca.

Levántate ahora, respira y vuelve
Instala el asco en pantallas globales.
Poco arte te nombra, poco verso te sostiene.

Decepción de estepario
Caerá dulce en tu sagrada espera
Disuelto de emoción y vanidades

Evanescente viva
Ineludible tu espanto
Incontenible mi llanto,
Tu náusea,
resaca de existir.

viernes, diciembre 02, 2005

Cerrar las puertas

Arbol Dali, Reserva Eduardo Abaroa, Potosí Bolivia Foto Cortesia Isabel Hurtado

Firme y sus caricias secas tornean mi frente
Firme y el viento no me mueve.
Expuesto, como una forma de hacer público lo intimo, de compartir histriónicamente mi existencia.
Colgarme de algún espacio ajeno, ponerme en vitrina, firme ante las miradas de aquel otro, ¿hasta dónde es valido?
El silencio por hoy es necesario,
cerrar las puertas,
dejar que el viento recicle experiencias,
caminar la ciudad, tomar sus calles por asalto
y retornar con la palabra renovada y llena de otros ojos.

jueves, diciembre 01, 2005

Dia mundial del Sida


Hoy es el día mundial del SIDA. En Bolivia, según el SEDES se han notificado 1.720 casos de VIH/sida en el país, es decir que se han incrementado en casi un 2.000 por ciento. La realidad es otra, ya que la estadística oficial es de casos registrados, es imposible saber la cantidad de portadores silenciosos viviendo con el virus.

Vivir con el VIH en Bolivia es una guerra diaria, me lo cuentan amigos que viven con el virus.:

“La muerte es una certeza para todos, la única diferencia que el VIH te la hace más evidente, uno reza cada vez que se resfría, que se hace una herida, que el cuerpo responda, que las defensas estén intactas”.

"Es una batalla conseguir medicamentos para el mes, aguantar la sequedad de boca, las nauseas, los dolores de cabeza diarios del tratamiento “ya no puedes tomar un trago en paz, fumarte un pucho, comer en la calle cualquier cosa, ponerte de mal humor. Hay que evitar cualquier cosa que baje las defensas, entre ellas el estrés. Imaginate, no hay medicamentos, hay discriminación en todo lado y encima hay que vivir sonriente por que si no las defensas bajan, hay que hacer ejercicio, no preocuparse, por que si no el maldito virus despierta”.

"Tengo 18 años, vivo en la calle, soy clefero, nos hablan del SIDA que eso mata, a mi la verdad, no me importa mucho, eso del preservativo, de cuidarse, al final es más seguro que muera de hambre frío o acuchillado antes que de SIDA, aca nos metemos todos con todos, cuantos viviremos con SIDA, no sé, al final lo que nos maté y saque de esta mierda mejor".

"Vine a La Paz a hacer turismo, luego por gil me anime a llevar un poco de coca a España, me agarraron a mi y a mi mujer, estoy en San Pedro hace 2 años, soy portador del virus, vivo con VIH hace 8 años. Dejé de tomar mis medicamentos desde que estoy en San Pedro, recluido como rata en la muralla, sin comida, sin techo y mi salud está cada vez peor y se que no cuento con mucho tiempo, solo pido ser repatriado para terminar mi pena en España y ver a mi familia antes de morir".

"Soy madre de familia, 24 años, me casé virgen, vivo con el Virus hace 3 años, me lo contagió mi marido en casa, el se fué cuando le dije que tenía VIH, lo veo de ves en cuando, se dedico a la joda, a seguir viviendo su vida promiscua. Yo tengo que seguir viva, lo más que pueda, viva por mis hijos."

"Es una batalla, cuando asumes vivir con el virus, una lucha diaria por conseguir los medicamentos, por luchar contra la discriminación, yo soy una persona igual a tí, el virus no se ve, pero cuando me presento digo hola me llamo Patricia y soy VIH, veo las caras de espanto de unos, las miradas de lástima de otros. Vivir con el VIH y asumirlo es aún más difícil, no sabes la la batalla que es conseguir un dentista que te quiera curar, que no te mire raro cuando eres VIH, lo difícil que es conseguir pareja, más aún si eres mujer. “lo que una recibe es lástima, compasión, yo te voy a cuidar, estar a tu lado” pero luego? Se hacen gas, se escapan, no se animan, más aún, imposible animarse a ser madre en Bolivia, por hay justo el día de la cesárea, algo falla, no se consigue los medicamentos que hay que dar de inmediato al bebe, para que no sea portador”.

Hay amigos, que me dicen que prefieren no tomar medicamentos, que prefieren cambiar de hábitos, cuidarse y prolongar así al máximo la vida sin síntomas.

“si empiezas el tratamiento no puedes terminar de por vida, no puedes olvidarte ni una pastilla, y en este país, que el Ministerio de Salud y el SEDES, negocian con el Fondo Común, para medicamentos es peor”

El Virus, va creciendo silencioso, alojándose en la sangre, de miles más, que no lo saben que no se animan, el problema es que pensamos que es más fácil evitar, callar el tema, pensar que a uno no le tocará, creer que estamos en Bolivia y acá esas cosas no llegan, cuando la verdad es que el país, está como África hace 15 años y si seguimos así en 10 más veremos al 30% de la gente viviendo con el virus y cada vez más muriendo de SIDA.

Pensar en el VIH, es aceptar una realidad que está con nosotros, no sólo el 1 de Diciembre, si no todos los días de nuestra vida, por que al final de cuentas El VIH no es una sentencia de muerte el silencio si lo es.

En La Paz, si te animas a hacerte la prueba, no lo hagas en cualquier lado, ve al Centro Piloto de la Avenida Montes Telf 2450026, es el único lugar donde recibirás consejería psicológica antes y después de la prueba. Es una sola vez, solo 25 bs y te quitas la incertidumbre.

Más Info en:

http://www.unaids.org/en/default.asp

martes, noviembre 29, 2005

Crónica de un libro liberado



Me enteré que volverá a ocurrir, esta vez dicen que será el 7 de diciembre, cuando todo el mundo ande pensando en las elecciones. Parece que nuevamente uno que otro raro intentará, nuevamente, llenar la ciudad de libros.

Recuerdo claramente cuando salí de casa hace más de un mes, me dolió cada página, me rompí hasta la última letra, después que confiado me lancé a volar ese 23 de Octubre y sólo recibí un duro porrazo en una banca de El Prado.

Salí temprano de mi caliente estante, listo a conocer otros ojos, mirar otros cuerpos, dar mis caricias, tal vez a una soñadora o una caminante paceña. Recuerdo bien que me pasé toda la noche pintando mis letras de un negro vivo, peinando con paciencia cada capítulo, bañándome en la poesía, de otros libros y recogiendo todos los mensajes que pude para llevarlos a volar en libertad por la ciudad y salir libre a recorrer el mundo.

Hoy luego de más de un mes, me hace frío, los versos de la calle no son dulces, estoy rodeado de poemas secos, negros y rojos, mis hojas agarraron un amarillo de invierno. En un mes tengo la piel partida y mis letras se acostumbraron al humo de la yerba y el aroma a thiner.

Tengo hambre, no sabía lo que era eso en casa, tengo ganas de charlar con una novela de aventuras, de reír con las tiras completas de Mafalda, pero estoy en esta caja, lejos del tufo del Sáenz, las miradas de La Maga, de mi Diablo Guardián, del loco del Girondo, de todos ellos y más, lejos hoy e impregnado de betún.

Esto de volar no era cierto, por lo menos no como pensaba, estoy lejos y aunque paso gran parte del día en un cajón de madera, estoy libre. Me gusta, sobre todo el sol del mediodía en la plaza, cuando me abren y el betún calienta con dulzura mis páginas.

A él le cuesta todavía caminar por mis letras, piensa que son espinas y se avergüenza, entonces mi poesía trata de decirle que se quite el gorro, que vuele a otros vientos, pero él solo me mira con esos ojitos secos, mientras mis letras soplan su llanto para que no nos manche, pero acabé como siempre manchado.

Con él vivo ahora, compartiendo sus horas, buscando zapatos para lustrar y cuando ya todos se han ido y quedamos solos, jugamos juntos a encontrar poesías. Fue difícil volar en libertad, pero era necesario correr el riesgo y dar a otro lo que soy, sin esperar nada.

Mi anterior dueño pensó bien este destino, no sé si querré irme a otras manos el 7, pero si me encuentras tócame sin miedo, que el betún en mis páginas es hoy mi esencia. Mientras tanto pasa la voz a quien veas que mas libros quieren inundar la ciudad, llenar cada cajón de zapatos, cada mochila de voceador, cada plaza, cada calle. Pintar de libertad la poesía gris de nuestras ciudades y poder sentir otra vez la libertad.

Este 7 de diciembre, esperamos otra vez tu apoyo, tus ganas de dejar volar un libro, de ser parte de esta locura liberadora.

LIBRO LIBRE BOLIVIA

"Paceñas, Fricachos & Blogs"


Buena iniciativa del Rocko http://rocko.blogia.com/, habrá que ir, conocernos la cara entre todos los que jugamos a la catarsis en la bloggosfera.
Estan todos invitados yo estaré, no se si con todas mis luces o con los efectos de la fiesta de la noche anterior, pero ahí me tendrán con ganas de una chelita fría y un rico fricacho. Me robo la foto con la invitación hecha por Rocko..

Saludos a todos y ahi nos vemos!!

lunes, noviembre 28, 2005

Camaleón Paceño en Sábado ( y III)

Calle Sagárnaga 14:30. Me encuentro en un lugar de nombre “Angelo Colonial”, un café restaurante, pasando un patio interno, huele a desván amarillo y es excesivamente barroco mestizo cargado de muebles viejos y chucherías apiladas sin orden aparente.Un panel con dos llaveros con dibujos a lo “belle epoque”, uno dice femme, el otro man, indican que son para el baño. Fósforos de varios países a la entrada, máscaras de moreno, aguayos, armas viejas en las paredes, un mapa de Bolivia de antes de la Guerra del Chaco y dos arañas, de ésas de palacete republicano en el techo, configuran la escena.

Lágrimas de vidrio cuelgan y lloran el aroma de mil historias, regalándome luz en la cara. La mesa es amplia, familiar y se encuentra frente a una ventana que tiene vista a un balcón de una casona púrpura con tiendas en la planta baja y la parte alta abandonada.La mesera sonríe a unos gringos, la llamo, una, dos veces, me mira displicente y me habla cortante, no hay almuerzo, sólo platos, me dice. Pido una sopa, vuelve al bar, sonríe al gringo y le trae diligente un cenicero. Sigo pidiendo mi limonada y mi llajwa, soy turista en mi ciudad.

Miro de frente a la alemana que almuerza con el gringo, treinta candados abiertos, de ésos de baúl de fraile, miran altaneros a tres vinilos colgados de la pared, un vitral decora toda esta escena.

El olor tiene historia y su mixtura criolla me marea, mientras Los Panchos y Eddie Gorme suenan, espero mi sopa. Vereda tropical en los parlantes y mi sopa caliente y sin sabor se salva por la llajwa. Miro a mi vecina de mesa, la escucho, la palpo con los ojos, definitivamente el idioma alemán no es sensual.

Escucho el increíble entuerto de mil voces paceñas en la calle, tan ajenas y tan mías. Me grita la ciudad que me acoge con ojos ajenos y neutrales, con miradas que describen lugares fríos e historia añeja.

Me siento forastero en mis calles, con un inevitable aire burgués en mi rostro, destilo sin duda esencias urbanas, mientras al otro lado de la mesa otra alemana escribe una postal. Tiene doble papada y fea letra, la vi al volver del baño ¿Qué tiene esta ciudad deliberadamente caótica para los alemanes?.

Cada letra en mi libreta pinta recuerdos de unas horas en mi ciudad, de estos aires criollos, de este montaje caótico para turistas, de la escenografía que huele a circo para forasteros. No hablo hebreo, no soy rubio, no soy inglés y menos japonés, soy un paceño en una ciudad que lo desconoce pero siente suya. Más tarde bajaré al El Prado, dejando que la noche me reciba, me sentaré en una banca y miraré a la gente que pasa, pienso en ir al cine y luego dormir.

La mesera displicente me dice ¿algo más? Me devuelve a este lugar y me da el claro mensaje de que soy mestizo, que no pertenezco a su restaurante reservado para gringos. Mi pluma está cansada y quiere gritar mil versos, pero mi mano endurecida sólo le deja escribir esta crónica, me levanto y pago los 45 bolivianos del almuerzo con bronca. Eso sí, no me voy sin pedir mi factura.

jueves, noviembre 24, 2005

¿Qué Puedo Hacer?

En estos tiempos de maniqueismo y demagogía de blanco o negro, de polarizarnos la opinión, el pensar y el sentido, encontré a Sabines por ahí, a mirar yo añadiría, escribir y escribir..
¿Que putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombres sino poesía?
¿Qué puedo entre poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué entre vendedores o políticos o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer , Tarumba,
si no soy santo, ni héroe , ni bandido,
ni adorador del arte,ni boticario,ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

Jaime Sabines

¡Buri!...


Toco por que me gusta la música, el color de los globos no me importa, el discurso de antes o después menos. Ni el candidato, ni la novia, ni el alcalde, ni el prefecto mientras paguen y bailen. Eso sí, no me vengan con que Evo o Tuto, el apellido del que contrata no importa si hay chelita. Al final todos en la fiesta bailan al ritmo que le ponen ¿o no?.

miércoles, noviembre 23, 2005

Café Croacia

Desperté esta mañana con un sabor seco de tactos en la piel, con las ganas rojas de mear cada rincón de la maqueta en que por conveniencia tengo mi morada. Me levanté con ganas de dejar un coche bomba en mitad de la Montenegro y sentarme con un pucho en la acera para ver el vuelo, como lentejuelas rojas, de ombligos y celulares por el aire.

Miré la calle en detalle antes y me dirigí a un café de esos que hay en San Miguel, me ubiqué en la mesa del fondo y sentí el aroma pestilente a empresario en la mesa del lado. Comí un lomo con pimienta, soportando la charla regionalista de aquel seudo croata, burda, plagada de adjetivos despectivos a la piel mestiza y a las minifaldas de las azafatas de Aerosur.

Volvieron las ganas de jugar a la fuente que tenía de niño y pararme en mitad del lugar, lanzando un gran chorro amarillo en sus corbatas y reír mientras mis victimas dudan entre salvar su corbata o emprenderme a golpes.

Aguanté y dejé de lado el mal trago, bebí el sol paceño y caminé, pensando en aquella que anoche volvió en sueños. Recordé la forma de su espalda, la presión de su cadera, las gotas reptantes de sal en su espina, la forma de uva en sus pechos miel. Me bañé del sol de medio día por unas cuadras, pensando en los misiles chinos, en que no quiero ser jurado electoral, en por que Evo no se levanta el cerquillo y de golpe se esfumó su vientre entre las nubes y me quedé congelado mirando un triciclo rosa, “pink” como dice mi princesa. Pensando en su risa, se calmó el terrorista urbano, el erotismo se tiño de blanco, la sed cesó por un momento y el sentido se instaló en nuestro pacto.

Si, hoy desperté con hambre de los besos canela de aquella que no moja más el colchón y con inmensas ganas de no volver a esta silla desde la que escribo y con la desesperación de volar el gatillo y hacer ¡bum!. Pero volví como siempre, más duro y más curtido a la paja neuronal y al hastío de miércoles, firme en el sentido de su inocencia en mi vida, volví a caminar por el sur de esta ciudad, como tantos mediodías y me reí de la maquetita burda de San Miguel.

Salí de comer, me paré en mitad de la calle, escapando de los ojos de la mujer inmensa de traje verde que toma Coca Cola con bombilla y pasa mensajitos “Coelho”. Me di vuelta, me situé en mitad de la calle mirando que café hacer volar primero y de golpe ella, la señora de Potosí, se acercó por una moneda y perdí el detonador.

Mientras escribo, recuerdo su sonrisa levantando grietas en su rostro, el rojo tierra de su manto, su sombrero, mi moneda, el triciclo rosa y las ganas de que llueva para que se moje tanto ombligo y los seudo croatas se resfríen. Entonces Dafna me habla desde un lugarque acabo de visitar hoy y mi café sabe a risas y caramelo.

martes, noviembre 22, 2005

No pudimos flaca...(De Memorias de Un Croto)

Como jode viejo, re jode la ausencia. Acá estás y no se ni quien sos. Mirá que en este tiempo deje de mirarme el ombligo y ver tus ojos en los míos. No es fácil flaca cuando te jode el alma, empieza de a poquito como un ritual de pequeñas ausencias que se agolpan y luego caen bruscas al vacío.

Si flaca, todo se trata de empezar de nuevo, aunque casi siempre acabo perdiendo el cómo en unos ojos duros.

Así son mis días rectos y cansados, cada día lanzo algo de arena a tu fantasma, lo ahuyento con rituales y mujeres de piel mercancía y ya ves, aún no cambio. Tu dirías –es fácil si querés hacer algo lo hacés si no querés no, no hay que hacerse rollos- ¿viste? Acá me tenés enrollado hasta las patas.

Alguien dice que hay que seguir, aunque no sabes dónde putas estas yendo. Mira, anoche conocí una mujer y jugamos a la locura. Así como cuando juntos y enredados, le dábamos la espalda a la luna y luego lanzábamos promesas a las sábanas. ¿Te acordas? Los juramentos de orgasmo, tan livianos y como pesan luego, cuando ya no sos la figura cómplice en aquel colchón en el que escribo.

Ya no vienes, no me interesa de verdad que ya no estés, sólo queda un sabor rancio de historia amarilla en mis páginas. ¿Sabes? doliste tanto las últimas cien noches, ahora me da igual que seas vos o cualquiera, porque pienso soportar las próximas vidas en diferentes espaldas y rutas dérmicas.

Mira flaca, entendí que el tacto sin nombre es más fácil que verte a los ojos cada noche en el mismo colchón gastado. Solo necesito unos labios escénicos que canten en mi saliva y listo flaca, ves así té iras esfumando en húmedos paseos. Así cada noche iré sepultando la nostalgia en ríos de sal y lava.

Así lo hice este tiempo y cuando estuve con ella, la sin nombre, la de mil rostros y gemidos falsos. Riendo de mi propia incoherencia fui sepultándote en sus piernas. Inténtalo es fácil aunque después jode, re jode no pensar en algo que decirle luego, lastima el saber que el tiempo a su lado es mercancía y no hay tiempo para charlar.

Fueron varias las noches desde tu última lágrima, que me mande al Carajo. Pensé muchas veces cerca de la madrugada, en el fracaso compartido de no verte, pero los fantasmas ceden con la sal y tu miel se fue quemando poco a poco en el sudor de otros poros. Tu risa se desgastó de a poco y hoy tus velas ya no arden, la cera se encargó de dejar bien selladas las compuertas del llanto.

Seguiré aquí flaca, sabes donde estoy, aunque no se si luego decida no abrirte la puerta como te dije que siga creyendo en eso de que el silencio es mejor que la soledad gritada.

Me tuviste mudo todo este tiempo y ahora me quedo en la nausea de tu vientre y no pregunto, no perdono, por que no existís ni en la más remota ausencia.

Después de todo no hay problema, no corriste el riesgo, te measte flaca, era jodido caer del puente, ¿viste que el orgasmo no basta? ¿Qué no solo es querer enamorarse de uno mismo en los ojos del otro?, si no hay alma, no hay sangre, solo piel y pajas mentales.

¿Viste?, te lo dije, ahora somos páginas gastadas y olvidadas, ahora nos quedamos ciegos de no vernos, vagando en antiguos recuerdos duele flaca, duele pero no pudimos, no pudimos.

miércoles, noviembre 16, 2005

A la flaca (de Memorias de un Croto)

¿Y que tal si nos vamos a la mierda? si soltamos todo y largamos un grito de impaciencia al cielo. Como que hace tiempo no se construye nada que dure más que la película o el libro de moda. ¿No creés que es hora de que nos mandemos un loco sueño juntos? ¿Qué ya es tiempo de descansar de tanta rutina?, sin necesidad de decirnos nada, solo balancear miradas con un buen porrito y una botella de vino.

Hace tanto que no me miraba en algunos ojos como los tuyos, ¿qué sos? a que santo invocás, mientras conjurás a tus demonios con un poco de maquillaje en el baño. Hola Natalia, Camila, Ramona, Andrea, al final que carajo importan las letras en las que te escondes. Si igual eres eso, mujer de viento o de lluvia que detesto y añoro con el cuerpo y con el alma.

Vamos, te invito a caminar, solo eso y luego de un poco de poesía y dolor, podemos incluso mirar juntos el techo desde aquel tu viejo sofá. Así es como se da todo, de esta forma empieza el juego de seducción y el ritual genital. Una mirada, un disco y que los pétalos se vayan deshojando solos al contacto de mis versos. Tu savia, antídoto de mi veneno, tu tacto esencia que disuelve la mugre de mi alma.

Vamos, mujer, si los dos sabemos que no tenés alas, que no sos la musa perfecta y yo mucho menos el amante de tus sueños de quinceañera. Vamos, entrégate a esta danza de minutos y sostén con fuerza mi esperanza,. Jugá con mis labios, hasta caer tendido luego del instante perfecto de muerte. Solo una cosa es importante que en el camino no dejes caer un suspiro, que esas cosas roban luego lo poco de cordura que aún me queda.

Como pesan ahora tus párpados en mis labios, con cada palabra que precede al acto. Te miro y me doy lastima, me río de tu cursilería romántica. Tu cabeza asfixia mi cuerpo y tus pies fríos no hacen juego con mis poros. Salí, déjame pero por favor no te lleves tu recuerdo, no despertes la silueta de sudor que aún respira en mis sabanas.

Cállate, y vete descalza, para no despertar a tus cabellos y a tu alma. Yo te esperare, despierto por si vuelves, por si empieza otra vez a gritar el deseo. Esperaré mudo, por si la lámpara hace livianos tus párpados y empezamos a cantar otra vez, riendo de la incoherencia necesaria del amor, antes del sexo.

¿Viste?, igual te fuiste y me quedó la resaca amarga de caminar desnudo por el jardín de tu espalda. Ya me canse de vagar por el parque y tu cuerpo, de mearme de miedo en cada falta, en cada ausencia. Se que al final me bancaré la gris mirada en tus ojos contemplando la luz en tus pupilas rotas.

¿Qué tal si nos desnudamos de alma? Anímate, es fácil, vamos de lado, de frente, de día y de frió. Seamos ese tango dulce de dos ramas en el viento.

No temás si te nombro, si caemos en este encierro, mostráme tu lado amargo, tu mirada amable, date la posibilidad de amar, hasta odiar tu reflejo en mi rostro.

¿Té animás a lanzarte del puente así juntos, con papel higiénico anudado a los tobillos, para luego confundirnos en el espiral loco del descenso?. Reír al estallar nuestra sangre en el asfalto, amándonos para el recuerdo amarillista en una burda instantánea de paparazzo. En la sonrisa cómplice y mortuoria que nos vestirá luego, para así ser una mirada burda, grotesca, simple, nuestra.

Si no querés, entonces ¿qué tal si te miro como el péndulo desierto en tus ojos?, ¿que tal si lloramos de rabia y miedo?. Empecemos escondiéndonos en el portal del viejo templo hasta que la noche nos pesque mudos, mojados, cómplices de un mambo común.

Mira que podemos hacer eso y más, solo si querés podemos violar la fama de la historia con un baile de sirenas en pie. Es solo cuestión de huevos, de lo que té falta por genética de lo que me sobra por boludo y por amante.

Pero, me meo en las preguntas..¿y sino me creés? ¿y si te matás de risa de este loco urbano, de este piantado que retrata fantasmas en graffittis mudos?, matando su coraje en mil miedos. Si luego de contarte mis sueños explotás en una carcajada al ver como me banco las derrotas en cócteles de anestesia. ¿Me veras acá mudo, reprimiendo sonrisas en la inyección letal de dejarse amar?, o simplemente dejaras que tu espalda anuncie el despertar de mil demonios, dejándome la maldita estela que queda en toda ausencia. Dime flaca, el guión de tu juego, que sabes lo fácil que es vomitar la miel cuando te espesa la sangre.

Flaca creo que somos solo dos rocas en el mar, ahí meándonos de miedo y espantando a la vida con un matamoscas retorcido y verde. Somos algo así como dos notas tratando de encontrar el pulso exacto, dos manchas de café en tazas distintas.

Tu te estás, te quedás en silencios, en tus falsas alas blancas con las que querés iniciar algún vuelo, algún retorno. Yo me balanceo en la nostalgia, con mi tijera gastada, ejercitando mi fracaso cada vez que te corto una pluma, pero tus alas crecen, me comen y me espantan, con bofetadas de oscuro realismo.

Siempre es lo mismo, luego de todo empiezan los clichés que tanto espero --lo que pasa es que sos un tipo genial, gracias por todo pero no se...o tal vez las pelotudas pruebas de fe...si recorres mis entrañas, no se te ocurra salir de golpe que luego la sangre brota sin control. Sepárate de a poco, para que así vayas secándote gota a gota, hasta que caiga dormida y no me acuerde el momento que partiste. Por último ¡no me dejes carajo, que tengo miedo y no se como decirlo!.

Si, creo que es mejor. Si ándate, déjame en mi boludo silencio, en mi lagrima, en la caída sin red a tu vacío, pero se que no lo harás, por que preferís jugar conmigo.

No me preguntés entonces ¿querés divertirte a mi lado?,
¿Querés ser mi amante?. No se te ocurra pensar en tus recetas de cocina y en prepararme la ropa o despertarme con un beso las próximas 1000 noches de mi vida.

Sabés que no podemos ni escondernos de la luna, que la mierda del tal para cual, solo existe en tus historias de telenovela. Por mas que quisiéramos, no podemos intentar nada sin apartar su mirada fija que todo lo sabe. Que esté jodido, rejodido huir de la omnipotencia letal y necesaria de aquel otro, por eso es mejor no fingir y parar la espiral de ironía.

Ahora me canse y volveré tal vez mañana, descargando algo de savia en un cuerpo ajeno, en uno de esos escondites que solo sirven para bucearlos y luego gritarse la culpa de no amarla. En uno de esos puertos de paso, en los que alquilas la miel a cambio de tus bolsillos rotos.

Disculpa flaca, solo quería decirte eso, no te rayes. Pese a todo, volverás a ser mi amante de luna, la canabilica ruta al sol. Pero es necesario que sepás que puedo morir y vos ni té enterás, que podes ser mi tristeza en dos segundos y yo tu verdugo en un flash si lo quisiera.

Que basta apagar la risa y te vas, sin culpa ni pena. Que puedo ponerte luego en un altar como mi mándala de carne, hasta conjurar miedos o simplemente cansarme y dejarte en un cajón, para que poco a poco tu fantasma se esfume.

No te hagás entonces la femme fatal. No me llevés a tu cama a gozar tu histeria para que luego me canse en tus gemidos de niña boba, mientras pienso como hago luego para aumentar el volumen de la radio. No vengás a decirme luego que perdonás mi locura, por que no te creo, no deseo creerte, no me interesa, dar pie a nuevos fracasos. Sabés que puedo ser tu máxima gloria en una hora y luego fumarme un porro, mirándote aburrida, rutinaria y gastada, ahí creyéndote una diosa del Olimpo.

Estoy hastiado de la altanería de tu sexo, del triangulo imperfecto que forman tus senos y la lámpara. Sin embargo te miro y me río de mi pena, gritando con mis uñas no te vayas que me partes, no vueles que me asfixio de tanto recuerdo.

¿Viste? la cosa es así de fácil y burda, siempre acabo pensando al final del encuentro "y ahora de que carajo le hablo" y ella se ríe deprisa, viendo de reojo el reloj pensando "el sexo y la poesía como que no encajan, Baudelaire, nosotros, la cagada este asunto".

Entonces cuando te dirijas a la ducha, y me dejes envuelto en tu aroma agridulce, sentiré ese pequeño dejo de hastío que me empieza a envolver y pensaré: la próxima vez será mejor y si no lo es me cago y le hundo el cuchillo hasta el fondo y que le duela.

Vivo en una pecera

Desde el lunes, soy parte del experimento denominado "homo burocratus", mi oficina se convirtió en una insoportable pecera de vidrio al ingreso del piso. Cuatro vidrios de 2 por 1.30 separados por maderitas pintadas de azul, son el telon donde se proyectan mis avatares administrativos y los de mi asistente.
Perdí la vista de mis cerros rojos y las laderas caprichosas con ladrillos antigravedad que me otorgaba el otro boliche. Perdí el calor insoportable y mi independencia a cambio de luz artificial y falta de oxigeno.
Diligente, ella la que grita a voces en el teléfono y escucha funk de los setenta, llenó el lugar de plantitas, dizque para dar vida, yo me encargue de delimitar claramante la frontera con mi mitad y de que no toque mis libros y las cosas de mi lado.
Hoy todos me miran al ingresar, al caminar por el pasillo, al recoger papeles de la impresora común. Algunos me sonrien, otros ponen una estúpida cara de pescado, los más me ignoran, suelo ser un tipo bastante insoportable cuando me lo propongo y eso ocurre la mayor parte del tiempo, aunque si quiero también puedo fingir ser agrabable y asistir a cuanta salteñada de cumpleaños se organiza cada semana.
El hombre que copia, me mira desde fuera, siempre dispuesto a una conversación, absorbe disciplinadamente la poesía que le paso de contrabando y disfruta al igual que yo del acto terrorista de usar papel oficial en literatura personal. Me recuerda a mí hace diez años, es chango, con muchos sueños. Uno que otro fin de semana, cuando archivo al burocrata, nos encontramos en algún bar under, todo ebrios nos tomamos una jarra de metanol y escuchamos a Fito, luego en la semana el otra vez a sus papeles y sus ganas de ser igual a mi, yo a ordenar a la burocracia. Dizque me admira, ja! , pobre men, no sabe que solo ve la imágen del circo y solo añora estar del otro lado de la pecera.
En fín, mi realidad es que vivo en esta pecera y solo por hoy, ignoraré a la gente, me aseguraré que los vidrios estén bien limpios y volveré a pegar el cartel de "no alimente a los peces" por el resto del día. Al final de cuentas son solo ocho horas de circo, luego volveré a las palabras y la música. Ah me olvidaba, vayan a ver Días de Futbol en el festival de cine europeo, cagarán de risa.

lunes, noviembre 14, 2005

Camaleón Paceño en Sábado (II)

Pérez Velasco 12:30. El olor a pis es real, la calle Comercio con vendedores de inciensos y chalinas queda atrás. Sentado en la acera, frente a la piedra de la plaza de los Héroes, escribo. Una abarca de goma me acompaña y la uña amarilla me sonríe desde un pie con aromas salados. Pie blanco, alemán, no es de estos lares.

El telón de fondo me trae bocinas, minibuses y dos ancianos conversando sobre un juicio, uno todavía cree y explica las fases del proceso, el otro escucha mirando a unas adolescentes de reojo, ya perdió la confianza en el sistema. El cielo gris, “¿tú ya tienes tu VIVA?”, me miran unos jóvenes en camisas modernas y dos chicas con ombligos al aire, desde un cartel antiestético.

El olor es real, la lluvia vuelve a mojar, los alemanes se van, queda un heladero.Estoy en la Pérez, lugar de mil luchas y peleas, las voces que me siguen son crudas, el color de flores, libros, zapatos y nylon es mío, en mixtura pero mío. El nombre de la rosa, Umberto Eco, La Reliquia de Queiros, y más, disciplinadamente “juntuchados” me miran, me ríen, como mascotas en perrera, esperan ser llevados.Banzer, el destino de un soldado se vende en treinta lucas, Marcelo Quiroga y Los deshabitados en 7,50.

Un señor de tez morena y ojos secos me mira, le pregunto, ¿por qué vende a Banzer en treinta? Se ríe, de manera tímida y cómplice. Me voy pensando en la oferta y la demanda y los homenajes póstumos en un puesto de libros.La gente no me mira como a uno de ellos, tampoco como turista, tengo mochila y media barba mestiza, pero no me mira, parezco intuir el olor que me atribuyen, ése a vientos del sur. Ajeno en mi ciudad, no recibo las sonrisas del gringo que regatea hábilmente a Nietsche en veinte lucas. Vuelvo, compro dos ejemplares de Hesse y uno de San Agustín, me sobran veinte, tengo hambre y bajo a San Francisco.

Entro al templo, un aire moderno me recibe en el museo. Las piedras se contagiaron de minimalismo, aquéllas que levantaron la historia con sangre y evangelizaciones forzadas, me invitan a pasar.Retengo imágenes de mi paso por el museo, más allá de lo barroco me quedo con algunas escenas.

El coro, con aquel libro inmenso en latín, una cueva minúscula al subir al campanario por un oscuro y angosto pasillo. Una terraza junto a la torre permite ver mi ciudad colorida y caótica, contrasta con aquello que dijeron los franciscanos hace cuatro siglos: “El sitio es de lo más sano de la ciudad, nos asentamos a orillas de un río junto al lindo puente que construimos, la gente es mansa y tranquila”.

Entre cuadros anónimos del barroco mestizo, aspiro el aroma a vino en viejos barriles y la madera de una cama en la celda de un fraile, que huele a muchos muertos. La cripta, donde no puedo dejar de oír llantos, me lleva a la imagen de algún fraile en la dictadura ocultando compañeros. Abaroa y Murillo están firmes en sus urnas, el olor en este lugar es fuerte.

El altar huele a guiso, el almuerzo está por servirse en sábado, caminarlo se me está vedado, dos monjas me reprenden por mirar de cerca el retablo.Hace frío, termina la visita, en la puerta un hombre de labios púrpura me escupe el trayecto.

Al otro lado de la calle un gringo discute con su mujer y le dice que no comprará recuerditos para nadie. Una inglesa pata pila torea minibuses y refresca sus pies en orines paceños, mientras la vendedora de la esquina se ríe.

viernes, noviembre 11, 2005

Meme... Música y algo más

Siguiendo a Mariana http://mardesierto.blogspot.com/
El Forastero http://www.elforastero.blogalia.com/, Alejandra http://flacazul.blogspot.com/
hago el mío también....divertido ejercicio

A: Andrés Calamaro, Alfonsina Stormi
b: Beatles, BB King, Bjork, Bukowsky
c: Caetano Veloso, Chabela Vargas, Cortazar
d: Bob Dylan, Damien Rice
e: Eric clapton, Ella Fitzgerald,
f: Fito Paez, Frida Kahlo
g: García Charly, Gogo Blues
h: Hendrix,
i: Iggy Pop,
j: Jaimes Sabines, Joaquin Sabina, Janis Joplin
k: Keane, Kalil Gibran
l: Llegas, Lou Reed
m:Matilde Cazazola, Manu Chao, Mozart
n: Nina Simone,
o: Oasis
p: Pink Floyd, Pedro Almodovar, Pedro Guerra
q: Queen
r: Radio Head
s: Saénz Jaime, Silvio Rodriguez, Seru Giran
t: Truman Capote, Trakl George, Dylan Thomas
u: U2,
v: Vicentico, Vicent Van Gogh
w: Wagner, Withman, Warhol
y:
z: Zweig Stefan, Zola, Emile

En estos días



Por estos días el beso se pierde, las pieles se esconden, en estos días, son solo miradas que vuelan gastadas por pieles sin nombre.

Por estos días, las veo felices, me miran con furía, riendo en su historia, celebrando con sorna mi cruel memoria.

Por estos días, camino gastado desnudo de amores, de tactos de rimas..

jueves, noviembre 10, 2005

De cumbres y contracumbres

Parafraseando a Galeano ¿para que sirve la utopia, si cada vez que me acerco se aleja más?, pués para eso para caminar hacia ella.

Ya con la resaca de vino y música de la contra cumbre lejana, encontré en el blogg de una amiga esta nota que invita otra vez a soñar con una américa mejor, lejos de la maniqueista arrogancia de Bush que dijo luego de la cumbre "...ustedes deciden entre la oscuridad o la verdadera democracia.. ¿Democracia en tus términos, bajo tus reglas? ¡Minga! Tenemos derecho a la autodeterminación, a elegir nuestro destino y creo que la gente en Mar del Plata, mostró que sabe perfectamente que Bush es un facista.
Más allá de la demagogía de Chavez, que manda a la mierda a los gringos y por debajo de la mesa les acaricia las bolas vendiendoles petroleo, más alla del Evo electoralista. Algo supe después de Mar del Plata que la utopía no ha muerto que estamos cabreados y que queremos algo más que esta aculturización global

Gracias inconclusa por las fotos y la nota. Dejo el link para quien quiera visitarlo:

http://inconclusa.blogspot.com/2005/11/mdq-contracumbres-y-antpodas.html#links

miércoles, noviembre 09, 2005

Me duele verde, el cuerpo

Un grito verde se aloja en la garganta y la pluma no lo toca, intuye mirarlo, hacerlo viento en este invierno húmedo, pero no lo toca
Los huesos, armazón de esponja que luego serán tiempo, sostienen los versos mal labrados que hoy escupo, los llevan pero no los tocan.
Me detengo con firmeza a mirar la basura en tus pasillos y consciente de tu furia te celebro muda, ajena y dura.
Ciudad de grises brumas, bocanadas inmensas de nube asfixian mi mirada, taladran con dardos finos mi mañana y mi cordura.

El grito, es hoy espuma roja y vuelca mis palabras,
la lluvia se contiene, peregrina, roja, pura.

Poeta
Anti poeta
Culto

Anticulto
Animal metafísico cargado de congojas
Animal espontáneo directo sangrando sus problemas
Solitario como una paradoja
(Vicente Huidobro, Altazor Fragmento)

martes, noviembre 08, 2005

8.11.03



Dos vueltas a la rueda, las púpilas ya no miran con sangre
Atrás el sabor a hierro en los labios, el ruido seco de tu pómulo en mi puño
Atrás, nuestros llantos, gritos y mentiras
Dos vueltas a la rueda y tu risa falsa aún escupe el asfalto
Empieza la tercera vuelta hoy a las 8:55

sábado, noviembre 05, 2005

Ácido verde


Acido carcomiendo los canales del cerebro
Cuerpo seco como hoja al viento
Mirada inyectada de violeta, venas que laten con fuerza
Sienes palpitantes, ideas empujando por salir
Espera hecha vómito, incoherencia silenciosa, piel cansada

Cada rincón de este lugar en miradas secas
Olor inevitablemente rancio, como rancia la esperanza
Manos temblorosas en cada caricia al panel negro
Sólo la angustia hecha fé en su risa salva del tajo

Verde es hoy el licor en intestinos húmedos
verde el humo que inhalan los pulmones
Verde la mirada de aquella que bebe mis versos
y el ácido verde carcomiendo tuberias rojas
El

miércoles, noviembre 02, 2005

Todos Santos

Dicen que hace dos horas las almas se han ido tal vez por eso ya no las pude ver al llegar al cementerio, eso sí, con atención pude ver como la gente recogía sus mesas y se daba un banquete de comida y cerveza en honor al difunto.
Vuelvo desde el Cementerio General de La Paz, luego de beber los llantos de difunto, escuchar esos bailecitos y huaynos llenos de melancolía y ver dos entierros de muertos diligentes y con puntería ¿lo habrán hecho para facilitar la vida a los deudos? , ¿para ponerle color al ritual de Todos Santos? no lo sé, solo se fueron.
Vale la pena sentir este día, en silencio y soledad e imaginar como vuelan apuradas las almas a sus nichos, entre fugaces besos y abrazos de despedida, se escondén como cenicientas del más alla antes de las 12:oo. Los más chicos, se llevan un dulce y aprovechan para jalarle el velo a la tía Encarna que llora en silencio, los mayores, toman un sorbito de cerveza tibia para el camino y los más se llevan el aroma de los suyos y les dejan un poquito de muerte para que recuerden su destino.
No se si los míos vinieron, no los ví, pero cerrando los ojos los evoqué en silencio. A mi abuelo en su caballo con su sable en alto, a mi abuela, sonriente en la cocina cocinando ese tallarín que solo ella sabía, a mi tía abuela entre libros y llenandomé de deliciosos buñuelos en Oruro, a mi primo, con su risa y su forma de disfrutar la vida a sus 23 y al poeta, aquel sangre de mi sangre, que cantaba como Elvis y disfrutaba los domingos en radio cuando el Bolivar ganaba, a él en su soledad y su catre viejo, lleno de libros y versos lo recordé.
Si evoqué a todos y no se si ellos me vieron, pero quiero creer que estuvieron a mi lado hoy ¿de eso se trata no? de creer y alimentar su presencia en el pecho.
¿Sabés? si te concentras y solo te quedas en silencio ante su nicho, con respeto, algo se siente en el estomago y no es hambre eso lo sé.

Termino con una canción que se canta en Todos Santos a las Almas de los niños y las niñas (angelitos) que los amigos de Atajo incluyeron en su ultimo disco (gracias Clarex por compartirla). Es tan musical el aymara y me da tanta bronca no entender estas palabras, pero se las dejo para que junto a mi sientan.


FLORAR PARA ANGELITOS

Cielo Yangela, Gloria Yangela
Cielo Yangela, Gloria Yangela

Kimza Calvario Purit´Ucaja
Portata Ucaja, Rest´Asitawa, Koit´Asitawa
Cielo Yangela, Gloria Yangela
Quitis Aukima Quitis Taykama
Saraquiristan Hichu Auquiwa
Hichut´Aycawa
Sasinau Sata Angelito

Cielo Yangela Gloria Yangela
Quitis Quitantam Saraquirista
Dolores Mama San Jose Tata
Sasinau Sata Angelito

Cunarus Jut´A Kauquirus Jut´A
Saraquirista Sasinau Sata Angelito

Kori Pankara Qulque Pankara
Ayruri Jut´A Chajchuri Jut´A
Sasinau Sata Angelito

martes, noviembre 01, 2005

Tantawawas y Jaloguines



A que hora bajará pues tu marido a comer sus tantawawas...........a la misma que el tuyo baje a oler sus flores, señora.....

Ahí estas, jugando con la humedad y los gusanos, sin sentirlo, por que no existes. Acá estoy creando un puente mágico, divino. Tocando la puerta de mármol, para sembrar eco en la tierra.

Acá estas, donde te nombro y evoco en la conciencia. En el acto de negar tu partida de creer saberte con vida. Aquí permaneces y renaces, al pronunciar las silabas en silencio y entonar oraciones comunes, algunas con cantos de esperanza.

“A veces bajan” dice alguien, “la mayor de las veces esperan al silencio”. “Los míos bajan por pan, los tuyos por flores”. Ambos están inertes en polvo y ambos vuelven, siempre vuelven en la memoria. Vuelven en evocaciones intimas, para compartir un poco de este mundo para darnos señales de su entierro.

“Ellos no se marchan” y tu sabes que es necesario, aguantar cada paso del ritual, soportar el chirrido del metal en tu descenso, es necesario, pronunciar las palabras sin llanto. Al final la vida nos regala símbolos fechas, puentes, así es más fácil la espera.

Hoy te regalo mi recuerdo en un rostro de arcilla, en una mirada de jengibre. Luego me voy corriendo, por que tengo miedo que la vida devoré mis racimos y migajas de fe. Mañana volveré al presente, mañana permanecerás ausente del tiempo y mi espacio, hasta un próximo encuentro, hasta el próximo Todos Santos.

Mientras vuelvo cansino y derrotado a mis días rectos y vacíos, ellos llegan, pájaros, perros y gusanos. Se asomarán felices a comer el cuerpo de yeso, cuando todos nos vayamos, cuando los cantos cesen.

Después de todo ambos sabemos que es cierto nunca bajaras a beber el agua, ni menos a oler las flores. ¿Acaso importa?, ¿acaso cambia que la magia no funcione lejos del circo?.

Los dos sabemos la verdad, jamás alcanzarás a compartir mi cena, sin embargo no te fuiste, por que tu espacio no es humano, porque tu cuerpo abandono el yeso. ¿Acaso importa, que tu esencia, se desprenda de las ofrendas?, ¿acaso tiene sentido la verdad?. Si ambos sabemos que estás presente y te encantan los claveles rojos y el pan dulce.

Después de todo, bajaste a oler las flores, comiste el pan dulce, envuelta en llanto, tu alma fue una vez más ave y llevo por los aires los restos de recuerdo de los tuyos, hasta el próximo encuentro, hasta el próximo Todos Santos.

lunes, octubre 31, 2005

Camaleón Paceño en Sábado (I)

11:30 a.m. Minibús a Miraflores, última fila, ventana lado izquierdo. Posición privilegiada para no ser molestado por el sube y baja de gente, aunque la llanta sin amortiguación no la hace tan estratégica para mi pluma.

Salgo a beber mi ciudad y empiezo este fluir de palabras en cada alto de semáforo, un bloqueo de garrafas nos detiene, la gente reclama, le molesta que los que no tienen jodan. Una mujer muy clase media en la primera fila protesta y pelea con el barita. Al lado mío un paceño adormilado, de canas y panza, perfuma la nuca de una universitaria con cerveza, parpadea con ojos rojos y pequeños sobre lo que escribo en mi libreta, pintoresco personaje con polera de “Los Pumas” se ríe buscando algún tipo de complicidad mía, no lo logra.

La moda, los ombligos y salteñas, estamos en la UCB. El poeta se ríe en mi libreta, miro los restos de una noche en luces, ahora en coma. Miraflores, un supermercado reemplaza a un bar, nubes de alcohol vuelan como espectros por las caras de conductores, no los veo, el poeta me los muestra y no los veo.

Agotado, con caspa ajena, el hombre de tijera roja y mandil plomizo espera y sonríe a la gente, tabaco en una mano, con la otra invita a su peluquería. Cuánta vida late en la calle. Llego a un semáforo y a bocinazos se impone mi minibús a un micro grande, metafísica paceña, Chaza, esta ciudad está llena de diminutivos.

Me dirijo a la plaza Murillo, caminando desde la Yungas, sorteando plomeros, artilleros y señoras dizque bien. Bajo por la Sucre y me encuentro con el vehículo verde, ése que moja y limpia broncas. Plaza Murillo, 12:00 y las campanadas levantan palomas, mis manos sangran al escribir; escucho el zumbar de mil balas rozando mi cabeza y mi vista se congela en el edificio blanco en frente del Congreso, en el caos de más de cien huecos, de adobes penetrados por metralla. La bronca deja huellas que nadie borra, que la gente sólo ignora, miro el cielo pintado de lágrimas rojas y recuerdo las luchas que se libraron en este lugar.
La gente no entiende qué hace alguien sentado en la plaza y sólo escribe. Leo “Sacrificado por la Oligarquía 21/07/46”. ¿Qué sintió Villaroel ante la turba? ¿Pensó algo al colgar del farol que hoy miro? Me saluda la sombra de alguna mano demagógica desde el balcón del Palacio; cruzo la calle, dos Colorados de Bolivia me miran firmes, son morenitos.

Murillo mira fijamente al campanario, dicen que es un torero, que no es don Pedro, yo le saludo igual. La sangre moja mis pies, una banda se acerca, es necesario santiguarse.Ingreso en la catedral y permanezco mudo ante el altar, saludando a mis muertos, espantando mis demonios. Afuera, los deudos de una misa de difunto cuentan chistes y se confunden con los gritos y tambores de una marcha que grita justicia para los discapacitados, gente enferma y cabreada pasa por mis ojos. La lluvia empieza a caer y reemplaza al agua bendita que faltaba en la catedral.

viernes, octubre 28, 2005

Homenaje a Bukowsky


Les dejó dos poemas escritos en distintos espacios, distintos momentos, distintas personas, pero ambos con algo en común, dedicados a Bukowsky.
El primero aparece gracias a Mariana http://mardesierto.blogspot.com/ quien permitió a mi blogg recibir a sus palabras, gracias de nuevo amiga. El segundo es mío y ya tiene un tiempo en este blogg, que los disfruten.

Buen fin de semana

I. De Mariana

Cómo ser una gran escritora, homenaje a Bukowski
(para karloz)


Tienes que aferrarte a varios hombre
salados hombres
y escribir un par de cuentos eróticos decentes
y no te preocupes por la virginidad
y los nuevos talentos.

Sólo fuma un cigarrillo,
y otro y otro cigarrillo.

Anda a la tómbola por lo menos una vez
a la semana
y ganasi es posible.
Aprender a ganar es difícil,
cualquier idiota puede ser una buena perdedora.

y no te olvides tu mar
tu música y tu cigarrillo.
no te exijas.
duerme hasta el mediodía,
evita las tarjetas de crédito
acuérdate que no hay una pija en este mundo
que valga más que un ofrecimiento de chupársela
(en el siglo XXI)

y si tienes capacidad de amar
ámate a ti misma primero
pero siempre sé consciente
de la posibilidad de la total derrota
ya sea por buenas o por malas razones.

un sabor temprano de la muerte
no es necesariamente una mala cosa.
quédate afuera de los colegios, los cafés y los museos
y como las arañas, sé paciente,
el tiempo es la cruz de todas
más
el abandono
la ternura
la traición
toda esa basura.

quédate con el cigarrillo
el cigarrillo es alma en estado fijo.
un amante continuo.a
garra una buena computadora
y mientras los ruidos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa
dale duro
haz de esa pelea un abrazo pesado
haz como la leona en la primera acometida.
y recuerda a las viejas zorras,
que lucharon tan bien:
Plath, Woolf, Pizarnik, Storni.
si crees que no se volvieron locas en habitaciones minúsculas
sin hombres
sin amigas
sin esperanza…
entonces no estás lista
fuma otro cigarrillo
hay tiempo.
y si no hay,
está bien, igual.

II Mis palabras

Querido Charly:

Gracias por la sal en mi Jack y el ajo en mis magdalas. Te cuento que sigo escribiendo y ya me duelen las yemas, el teclado no suena como tu Remington pero ayuda. Esta mañana me reventaba la cabeza y te escribi unas líneas ahi van:

¿Mis orejas? ¡son mias!

Tomá más cerveza
Gritá más veces fuerte
Escupe de nuevo en los
Pasillos rojos

Todas valen hoy más de 50
Pero no importa,
Igual reclaman,
escupitajos secos en la espalda

Revienta las letras,
gritando al teclado tu furia
Vomita palabras
Hasta que se hinchen los tobillos
Hasta que exploten las varices
Hasta que tus yemas sangren
Y los labios se expandan como rosas negras

Aunque estés quebrado, viejo, olvidado
Tabaco y Brandy siempre existen

Deja que el aire seco perfore los poros
Gritá en silencio,
Gritá hasta romper tu voz en palabras
Entonces en silencio creá
Creá en ventanales rotos

Creá con hambre, aunque estés muerto
Creá en cada seco, de limón y ajenjo
Creá en el pulso de la sangre de muchos

Creá en pie con orgullo,
aunque las tripas te apesten
Y el vinagre en los poros te espante

Creá pero no te cortes nada
Por nadie ni para nadie
Por que aún en estos tiempos
Las putas prefieren dólares a orejas

jueves, octubre 27, 2005

Melancolía

Si me gusta estar triste, llorar a mares, apagar la luz y jugar con mis fantasmas, ¿acaso no puedo, de ves en cuando hundirme?

Ron Mueck Untitled (Big Man), 2000

Hirshborn Museum and Sculpture Garden,

Smithsonian Institution, Washington. © Lee Stalsworth

Hipocrates la definió como una enfermad asociada a la bilis negra, la psiquiatria como un trastorno del estado del animo.
De los Griegos, a la inquisición, de Foucault a Lacan, más allá del Prozac, conjuros de brujos, la úña de gato y el cafécito cargado, sigue entre nosotros.

miércoles, octubre 26, 2005

A tus días


Su presente se baña de ácido,
Mi pasado es podredumbre

Su historia se quiebra
La mía no encuentra pegamento

Sus hijos velan su sueño
Mis fantasmas no dejan la almohada

Van 2,000


Ya van 2,000 y ¿los millones acribillados por tus balas en más de 100 años no cuentan?.
Pobre John wayne perdió 2,000 vaqueros en manos de infieles. Los 26,000 civiles no cuentan para Busch, son como dice "collateral damage"
¡Pinches gringos, pinche guerra!

lunes, octubre 24, 2005

Sesenta Aniversario


¡Feliz 60 aniversario Naciones Unidas!

jueves, octubre 20, 2005

Fragmentos a Camila (Versión 7.10.05)


Una noche hace diez años, nace esta historia, la encontré por azar hace unos días en la computadora y vi en ella señales de un pasado parecido al presente. Me propuse desenterrarla y ahí surgió el dilema de mantenerla intacta o rescribirla con ojos de hoy.
Decidí no hacer nada de eso y opté por darle la palabra esta vez al personaje excluido, Camila, para que mire desde el otro lado del espejo lo que Sebastián contó.
Queridos lectores, una primera historia obviando las cursivas es recomendada, luego podrán leer todo junto o jugar como deseen con el texto.


Paul

Eran las 10:45 me aprestaba a descender velozmente las gradas del montículo, guiado solamente por la verde luz del motel de Sopocachi, me detuve un instante y me dije: "bueno, Sebastian, sacude tu cerebro y que el alcohol no confunda a tus patas" al fin de cuentas hoy era el día 16 de mi juramento de abstinencia y como todo buen mortal, con la ayuda de Camila, dejé olvidada mi palabra en el desván de la abuela.

Era la Presbitero Medina, la luz golpeaba de reojo su mirada, Sebastián salió gritando de mi casa una sarta de insultos y decidí seguirlo. Vi que entró al viejo bar de la esquina, seguro por el singani del estribo y para una de sus charlas improductivas sobre política y libros con algún otro zombi. Siempre fue un cobarde y nunca lo reconoció, prefirió esconderse en viejos tugurios antes que construir una historia a mi lado.

Me disponía a emprender mi largo viaje hacia la calle Sucre, cuando súbitamente el estruendo de un trueno me devolvió el alma al cuerpo, encendí el último cigarro que guardaba en el bolsillo y comencé a aspirar el humo en bocanadas interminables, como una forma de conjurar un extraño embrujo.

Me cansé luego de una cuadra de seguirlo, de correr detras de él y sus gritos, así que me paré en un arbol y me quedé un rato mirando lo que hacía.
Vi que quería encender un cigarrillo, como siempre no encontró el fuego, solía usar solamente fósforos, por que le gustaba impresionar con el truquito ese absurdo de encender el fuego con una mano. Se la pasó buscando en la lluvia una hora los fósforos y el Derby que me robo de la cartera, lo conocí manguero y sigue igual.

Continué mi recorrido nocturno por las calles paceñas, por cortos y sinuosos senderos que me conducirían a mi destino, no importaba la ruta elegida, si al fin de cuentas llegaría de todas formas. El tiempo es irrelevante cuando no hay quien grite tu ausencia y cuando no existe el alma nocturna a quien saludar y darle de comer un verso.

Luego qúe el se fue, sentí la lluvia besando mi ciudad y mi piel. Mientras caminaba a casa, daba vueltas en la pregunta de ¿cuál la razón de ese poema mío en la servilleta?. ¿Qué hacía yo una mujer de veintidos con un fracasado de treínta que solo escribía y de paso mal?.
Más allá de mis aires de mujer seductora y de autosuficiencia, Sebastián me despertaba la piel con las palabras, con ése su mirar retorcido a mi escote, mientras me recitaba algo de Girando o me hablaba de que en La Paz es posible encontrar una mujer que vuele
.

Eran ya las primeras horas de la madrugada, la verdad que hace años olvide la formula del tiempo, sin embargo sabia que ya era la hora, como lo decía el estomago y el dolor de cabeza. Luego de caminar por el silencio y compartir el frío con fantasmas, llegue al pequeño cuarto que amablemente me arrendaba doña Ema, a cambio de sonrisas matinales y de compartir soledades, dándole cuerda a su antigua vitrola.

Poco después de conocerlo empeze a enterarme de su afán por dormir libros ajenos. Recuerdo una mañana que fui a pedirle mi ejemplar de Felipe Delgado, el que hace un mes me debía, ese día conocí a la señora con la que vivía. Se llamaba Ema, estaba sorda y se me quejaba que la luz del cuarto del Sebas, prendida toda la noche, no la dejaba dormir y le daba siempre al ojo. Ema, está sola perdió a sus hijos y su gato, me contó que la presencia de este tarambana la ayuda a distraer la cabeza, aunque seaun bueno para nada, por eso de vez en cuanto piensa en otro inquilino que por lo menos sepa cambiar focos.

La verdad es que no entendí nunca como esa señora prefería aquel aparato ruidoso y destartalado a la radio a transistores que le había regalado en navidad, tal vez porque esta no tiene el aroma de su infancia y no emite sonidos in entendibles y mágicos, como sus sueños y recuerdos.

Me mostró una radio ordinaria ,que jurando que lo había hecho bien, el Sebas le regaló.
Las pilas se gastan con facilidad me dijo, con suerte podía escuchar al compadre Palenque al medio día apuntando la antena a los cerros. Luego me mostró la radio que el Coronel Risueño, héroe del Chaco, le había regalado, esa radio a lámparas que funcaba en el único enchufe 110 de la casa, me dijo que era la única que servía.

Mi cuarto era pequeño como mi vida, es decir contaba con lo necesario para garantizarme un refugio frente al viento y las sonrisas. Entré lentamente para no perder la costumbre de no molestar a nadie, al fin de cuentas, cuantas cosas se te quedan sin saber porque. Me senté en la cama y luego de desvestirme, fui hacia el mueble que tenía en la esquina y busqué algo para leer, pensé en una novela, pero acabé tomando un diccionario, no pensaba meterme en líos literarios luego del alcohol y poesía tomados en casa de Camila.

Antes de acostarme me asomé a la ventana y vi que los perros salían en busca de comida, era un mal presagio, ya que pronto amanecería. Luego de leer tres definiciones con la letra a (abadía, abanico, abarrotes), me sentí lo suficientemente estúpido para intentar dormir un par de horas.

Luego de ver como se alejaba el Sebas, volví caminando a casa, con ese dolor en la panza mezcla de óvulos alborotados, ron barato y ganas de anticucho. Para mi mala suerte olvidé la llave y no quería que además de los insultos mis viejos tengan que aguantar que les toque el timbre.
Luego de darle vueltas decidí subir por el techo del vecino, para lo que tendría que distraer al gato y a los perros de mi mamá y asegurarme que la calamina no haga ruido. Rezaba mi padrenuestro concentrada, con la esperanza que si llegaba a mi ventana antes de terminarlo, estaría sana y lo más importante sin haber despertado por segunda vez a mis viejos. Pensaba también tanto esfuerzo por alguien como él y en que si realmente me hacían falta sus palabras o era solo eso de sentirse querida, no olvidada, por ultimo violada voluntariamente con poemas y ron, lo que me mantenía en esta historia.

Eran las 11 de la mañana, me levanté de un salto y luego de algunos minutos, mi mente se empezó a poner confusa y volvieron las imágenes de la casa de Camila, ¿qué pasó luego del último vaso de ron?, solo me venían algunos flashes , "un vals, un son, Fito, los Doors, canta Camila, baila Camila..." ; volvamos a empezar "su velo, los Doors, la última bocanada verde, el último embrujo conjurado".

Al día siguiente, me negaba a abrir los ojos, sabía que iba a encontrar el desorden por el suelo pero tarde temprano debería, como decía Mafalda, bajar al mundo. Me levanté con el pijama seco de sudor y vi la realidad de mil colillas tiradas por el suelo. Encontré el libro que habíamos leído juntos, ese poema del Guillermo que te hablaba del diluvio y los suicidas, eso de Llojeta, la ciudad, la historia mil veces contada de que anticipó su muerte y no se que más pajas.

Al final no me interesaba nada de está relación de tire y afloje, de chicle mal mascado y ron de madrugada, por lo que me levanté decidida a cortar todo de una vez. Empecé a elaborar poco a poco la forma de hacerlo sin que duela, eso sí, me quedaba claro que noche antes ya había dado mi primera pista.

Caminé en círculos algunos minutos, escapando de la resaca y la mala memoria y luego empecé a desojar mis vestimentas como desenterrando imágenes o espantando animas y cayó de uno de mis bolsillos una servilleta sucia y rojiza, en la que se podía leer estos versos:

Hay caminos de siniestros,
Verdes puentes, verdes
vientos.

Sola niña, niebla oscura
Canta al aire tus desvelos.

Dame un trozo de tu aliento
canto dulce, mar amargo,
Días largos, aún te siento

Te recuerdo como el viento,
Frágil pena en mi letargo.

Camila

Nunca la entendí del todo, conocía sus encierros y lamentos, pero sin embargo no supe de sus muertos, después de todo, ambos éramos sólo dos sombras sin sentido, un hilo de palabras, un universo absurdo para mantenernos vivos. ¿Qué eras tu en mi Camila?, sólo lo imaginario de mi canto y tu recuerdo. ¿Qué era yo en ti, sino la palabra, que apretabas en tus dientes para resguardar tu insomnio. Sebastián, Camila....que extraña pulsión nos mantuvo con vida.

Hay Sebas, que típica resultaba la escena a tu lado, jugando a esa completitud que te da leer poesía luego del sexo, aprovechabas que me tenías ahí toda liviana y desnuda, para decirme boberías y alimentar esos sueños de absurdo y vació, esa náusea que solo dibujaba mi cara a tu lado.

Cuantas veces tuve ganas de sacarte de una patada de mi cama y que la alfombra se abriera y te tragara, pero ya ves seguía contigo, con aquel ebrio fracasado que no me escuchaba.

Por eso es que decidí dejarte, me cansé de mirar tus ojos blancos y de santiguarme y terminar el padrenuestro antes de que eyacules como única forma de asegurarme que el almanaque funcione, como única forma.
Si Sebitas, sí en algo tenías razón era en eso de dos sombras sin sentido, “tal para cual” o mejor cada cual igual de gil.
Era así contigo te odiaba con el alma, pero te suplicaba que no te vayas, era como si mi vulnerabilidad al estar adormilada, fuera la llave a mis cerrojos. Era lógico que te rayaras y que después, caminarás en círculos haciéndote preguntas, si luego de hacerme la buena, corría al baño a escribirte un poema en una servilleta y lo manchaba con carmín para luego dejarlo en tu bolsillo, que manía de joder la mía, de jugar a llenarte de rollos la cabeza. ¿Es qúe no te dabas cuenta?, lo único que quería era espantarte.

No se por que esa noche por algo supe que aquel poema iba a ser el último…” Sola niña, niebla oscura Canta al aire tus desvelo”, esa parte me salió bien, lo copié de algún poema de Lorca que leí de niña, es más que seguro, pero quedó bien para mostrarte lo que al final yo quería, para gritarte sutilmente mi plan.

Si mi Sebas, era hora de volcar la pagina y poner una respuesta a todas tus preguntas, al final tanta vuelta tiene que dar una mujer para las cosas simples, solo te estoy usando, me entiendes, me hace frío, me asustan los perros y los truenos, no quiero un invierno sola y tenerte ahí es mejor que un oso de peluche y nada más.

Pasé el resto de la tarde descifrando aquel poema, ya se que era absurdo, sin embargo lo intentaba, me moría por estrangular aquellos versos en mis manos una y otra vez, significar aquellas rimas, matar aquellas letras. Sin embargo, cada vez que lo intentaba la sombra de Camila se acercaba, el mármol de sus dientes, el vacío de sus ojos y el frío de su espalda me envolvían. Nunca pude descifrar aquel letargo, mucho menos el viento en sus pupilas. Después de todo, Camila era sólo eso, una amarga letanía, un Deja Vu que volvía continuamente, aún en este encierro.

La verdad que no recuerdo, el momento en que el azar hizo que me topara con Camila en aquel bar de dos por dos hace ya más de seis meses, Yo andaba algo obnubilado por el ron y los humos dulces de la noche. Ella como siempre blanca y silenciosa, como una maldita culpa, jamás levantaba la mirada sin una sonrisa hueca y me dejaba entrever el brillo húmedo de sus pupilas, entre sorbo y sorbo.

Nos miramos, bailamos un rato, fumamos algo y reímos juntos. Recuerdo con claridad su pantalón hippie que le dejaba las nalgas libres, su blusita hindú blanca, sus collares, y esa trenza mal hecha con la que jugaba, cuando sus ojos pequeños se miraban en los míos.

Solo caminamos aquella noche, desde el viejo bar a su casa, hasta que la noche nos agarró. Yo jugando a sentirme héroe espantándole los perros y ella a la princesa indefensa.

Esa tarde no hice más que revisar mis cosas, encontré los papelitos cursis del Sebas, esa camisa de papel hecha con una cajetilla de Camel que me regalaba cada vez como forma sutil de decirme ¿nos quitamos la ropa?, sus poemas tan mal escritos que no se por que guardada, esa foto con gotas de refresco de aquel viaje al lago en la peta de su tío, yo que odiaba las putas petas, ahí en una incomoda yendo a comprar truchas y matándome de risa de su miedo al agua, en fin tanto de él guardado sin sentido y oliendo a rancio.

Termine cansada, luego de limpiar las manchas de mis sabanas, mi cuerpo y el foco rojo aquel de mi corazón gastado, todo lo que era del Sebas quedo en esa cajita manaco que guardaba desde los ocho años.


Todo quedó listo, mañana sería otro día y luego le pediría al río que se lleve sus chucherias de paseo y después desaparecería.

Camila era en sí un canto de palabras, un poema vivo, tal vez por eso no podía soportar que la carne sea una con el verso por eso decidí poner fin a ese conflicto y conjurar el último de los embrujos, el de Camila.

Dormí, luego largamente pensando en sus palabras, esperando el encuentro la nueva forma con que mañana echaría sal a mis heridas y la vi claramente llorando en mis sueños, bailando así como la primera noche.

Eran las 6 de la tarde, luego de dormir todo el día, decidí ir a buscar a Camila. Doña Elena dormía en el balcón, había calentado las encías al sol como todas las tardes. La casa estaba en sombras y yo no hacía más que huir de la imagen de Camila, del olor a locura barata entre sus sabanas. Aún me acompañaba el letargo de su encierro, tal vez por eso era necesario llevar a cabo mi plan, concluir el nudo, encajar la última pieza de este nuestro rompecabezas.

Aspiré una profunda bocanada de valor y amargura a mi cigarro, recogí algunas cosas imprescindibles, su poema, mis guantes y me dirigí a terminar el dilema de Camila. Después de todo ella había nacido con el verso, su mirada sola era luz y armonía, Camila era el mejor y el más prohibido de los pecados, carne en verso. Era el deseo penetrado por la palabra y yo debía resolver el embrujo, debía garantizar el equilibrio en su alma.

Bajé en trufi como siempre y me quedé en la 8 a la altura del Regimiento, luego abrí un hueco a un lado de mi cajita y caminé por el costado del río de subida, dejando que el viento se lleve las cosas de mis tantas historias, entre ellas los papelitos del Sebas y más. Subí en unos 20 minutos hasta Obrajes, llorando y pensando la forma de salir de este hechizo de esta maldita contradicción y falta de equilibrio. ¿Por qué tanto rollo en mi cabeza? si, era solo una changa de veínte viviendo con mis viejos y listo, ¿por qué tanta bronca?.
Llegué a casa, con hambre y ganas de algo trivial, una película, llamar a una amiga, contar chismes y cosas de mujer, ir a ver ropa, leer una revista boba que me muestre el mágico mundo de mis estrellas, algo así.

Pese a toda esa claridad y determinación no pude con mi carácter, lo llamé al Sebas. Contesto pausado con esa voz rasposa de chaqui y me dijo que estaba en la callé camino a mi casa y tenía ganas de leerme un último poema y que quería hablar conmigo seriamente. Pensé entonces aliviada que todo iba a ser más fácil que había entendido por fin que lo usaba, que terminaría todoa y yo quedaría bien parada como la mujer dejada. Luego lloraría, contradictoriamente lloraría, fumando un L&M con alguna cuata y escuchando la típica, “hijo de puta todos son iguales”.
Luego de eso bastaría un rato más de llanto, y al día siguiente, nueva vida, nuevos sueños, nueva Cami.

Aquel instante no fue ni mágico ni terrible, fue natural, fue cerrar el círculo por siempre, Camila sonrió, con calma y llana simpleza, esa pálida y maldita sonrisa, irresistible pero venenosa me inundó y lleno de cólera y súplicas. Lo demás fue simple, Camila siempre fue una amante del dolor, una buena mujer. Me mantuve firme en el abrazo, no dejé que mis lagrimas salieran, este corte era necesario, por ella, por sus fantasmas, por ese su verde letargo.

Cuando llegó el Sebas, todo era como siempre a la vista, el con su abrigo negro desteñido y sus manos en el bolsillo, seguro me miraría me daría su poema, luego tendría que aguantar un reproche y la típica que no lo valoro, que se raja, para luego irse llorando. No, esta vez iba a ser diferente, el cuchillazo se lo daría yo, sería bien torpe para que le duela y no se arrepienta luego y después le daría un beso de esos tímidos en la boca para cerrar la historia, al mejor estilo contradictorio de Camila.

Camila se había convertido en un peligro, una amenaza de destierro y desvarío yo no podía permitirle tal dolor, es por eso que separé el verso de la carne para perpetuar en mi su pálida imagen sin temor, sin palabras ni desengaños.
Hoy su carne está en mis versos, su desvelo hoy ya no es más, Camila cruzo el verde puente y se que hoy puede mantener su sonrisa, perder su mirada en el horizonte, dejar que sea una con el viento, como siempre debió ser, como debe ser para hacerle honor a una mujer etérea.

Bajé las gradas, me puse una sudadera sin sostén como le gustaba, solo para joderlo en la despedida, lo miré sonriente y cuando acercó su boca a mis labios le di con contundencia la mejilla. El me miró, con asombro creo yo, leyó el poema que noche antes le había dado y repitió dos veces aquello de frágil pena en mi letargo. Me dijo todo estará bien y me abrazó.

Quería decirle muchas cosas, tenía que decirle que no me importaba que me dejara que en realidad era yo la cansada de él y repetirle con ganas eso, de “perlas a los chanchos” que en realidad yo lo dejo a él y quien sabe que cosas más, pero no dije nada, no pude hablar.

Debo confesarlo, traté de hacerlo, pero el sabor a hierro en mi garganta me lo impidió, el no dejó de abrazarme, en ningún momento, yo no dejé de mirarlo mientras las sombras se acercaban.
Poco a poco, mis piernas se entumecieron, el dolor en la panza pasó a ser un ligero alivio y mi cuerpo se empezó a poner liviano.
Conté uno a uno los pelos de su barba, traté de mirarlo con bronca, pero no pude, esa su única lagrima tonta cayendo no me dejó, recé mi padrenuestro como siempre, cerré los ojos y me dormí en sus brazos.

Cada día la busco en mis palabras, por si algún resto de su piel maquilla alguna rima, aún intento descifrarla en sus versos sellados de alcohol y sangre, esperando el día en que me rescate de este encierro, que despoje mis versos de la sangre y me lleve a caminar por el mar de su silencio. Yo se que Camila vendrá, siempre viene a inundar las frías paredes de mi celda, con su canto y su letargo, con su amarga letanía, viene y me da las gracias, por haber hecho lo correcto, por haber leído sus pensamientos.

miércoles, octubre 19, 2005

Adan y Eva (Todavía)


Ayer pese al húmedo frío primaveral paceño y la incomodidad de la Sala del 6 de Agosto, disfruté en el festival de cine latinoamericano, que por estos días tiene lugar en mi ciudad, de la opera prima de Ivan Avial Dueñas "Adan y Eva Todavía". La película es "freak" como alguien me dijo ayer, o se puede disfrutar mejor si antes fumaste algo me dijo otra persona.
En lo personal fue una experiencia única de sumergirme en una increible fotografía, música y poesía en imágenes.
¿Qué pasaría si la maldición de Dios a Adan y Eva hubiera sido vivir en la inmortalidad? en pocas de eso trata la película.
Como dice el director, fue un ejercicio de hacer cine sin un guión previamente muy elaborado, con dialogos cortos, donde los recursos visuales lo ocupan casí todo y con dos actores que se fueron enterando de que se trataba la película a medida que la filmaban.
Muestra en imágenes, demasiado crudas y fuertes para algunos, eróticas y poéticas para otros, la carrera desesperada en busca de sentido de Adan y Eva que deben vivir la maldición de la inmortalidad. El tedio y el asco de existir los lleva a vivir y explorar los limites de sus capacidades y sexualidad hasta el hartazgo en él siglo XXI.
La película si algo recibirá por parte de quienes la vieron será adjetivos, desde lenta, rara, caótica, freak, minimalista, lacaniana, obscena, mala, etc, pero más allá de los adjetivos, veanla y a los que ya la vieron ¿qué les parecio?.
Personalmente me quedo con la escena de Eva sola esperando amanecer en México, envuelta en una colcha y con esa forma de retratar el tedio y el vacío de una existencia eterna.

Para saber más: http://www.adanyevatodavia.com/home.html

martes, octubre 18, 2005

2 años



Viernes 17 de Octubre por la noche, escuchaba el discurso de Mesa en la tele, mientras mi hijita dormía en su cuna ajena a lo que pasaba en la casa y en el país. Yo intuía lo que dos semanas después ocurriría en mi vida y sentía que ese Octubre era el principio del fin de más de una historia.
Un presidente salía por la puerta de la cocina, su mujer se preocupaba por llevar sus joyas y los marineros que le habían jurado lealtad como su Almirante, saltaban del barco como sea. Al día siguiente juraba otro presidente, el segundo en el barco, ¿no era lógico acaso que el capitán siga al Almirante hasta el final?
67 muertos registrados, más de 200 heridos, ¿culpables? ¿Los dirigentes que los llevaron a marchar?, ¿el gobierno que no dudo un segundo en meter bala? ¿Nosotros bolivianos que nos hicimos mamar en las elecciones?
Sea como sea, aquel Octubre del 2003 cambiaron muchas cosas en este país y la casualidad, hizo que también en mi vida. Ni bien terminada la guerra del gas, empezó mi guerra personal, que hasta hoy continuo, la lucha por defender la seguridad de mi hija. No olvidemos Octubre, no olvidemos la sangre y no nos dejemos mamar otra vez.


lunes, octubre 17, 2005

De cómics y marineros

Cuatro de la tarde calle Ecuador, la gente rodando como bolitas de lana por la Belisario Salinas. Salgo caminando de una reunión y me detiene una puerta que dice “pase Club del Cómic”, entro y veo cómo dos señores leen el Corto Maltés, mientras un viejo blues los arrulla.

Luego recorro una exposición en paneles de El fanzineroso, cómic irreverente e interesante. Me detengo en una historia de tres planas que narra cómo un dibujante de cómic pierde la inspiración y sale a caminar, en eso se encuentra con un hombre, luego de increparlo e insultarlo en aymara, le obliga a aceptar unos periódicos viejos. Acepta y descubre con sorpresa un dibujo incaico, en el que aparece él con un lápiz entre dos incas. El aparapita desaparece riendo, sólo queda él y el dibujo, en el último cuadro el dibujante mira con ojos inyectados de tinta y apunta con la pluma diciendo ¿quieres que ahora cuente tu historia?

Se me hace tarde, vuelvo corriendo a la oficina y en la puerta me detiene el conserje, me dice que un hombre hace rato que quiere hablar conmigo; viste un saco café de esos de solapa larga, camisa verde a rayas con cuello raído y sucio, poco cabello, tres dientes inferiores y ojos claros inyectados de rojo.Me habla unos minutos del país, la política, el clima y luego me pide una colaboración. Cuando le pregunto a qué se dedica, infla el pecho y dice: “soy marino mercante”.

Me cuenta que está casado con una africana, que tiene cuatro hijos y es un cafetero bárbaro, aclara que no le gusta el alcohol y que vino a verme porque la situación está jodida y decidió pedir un aporte voluntario.Está claro que me eligió al azar, ¿o no? Conversamos, me sale el complejo de burócrata y acabo haciéndole una entrevista de reclutamiento. Le pregunto si tiene un oficio y me responde reilón, “ya le dije, soy marino, pero con esta crisis, ¿quién necesita un marinero? Dónde me van a emplear, a ver, dígame usted”. Vuelve a mi mente la risa del cómic, al ver sus pupilas dilatadas y creer escuchar sus insultos silenciosos a mi corbata.De pronto dice, “usted respetable señor, en mitad de su vida laboral, tiene un oficio claro supongo, ¿qué puedo ofrecerle yo?”.

Vuelve a mirar, ahora con sarcasmo, y me pide unos pesos para un café, es mi único vicio, me dice. Sus uñas con un tono violeta y su aroma a desván vacío me acorralan, le doy diez bolivianos y responde, “redondearemos a veinte”. Le doy quince y lo invito a volver, pero ofreciéndome un oficio, no sin antes lanzarle una perorata sobre la dignidad, el trabajo y otras pajas.

Me repite “soy marino mercante, los políticos urdieron un plan malévolo para quitarme mi empleo, soy un cafetero bárbaro, ¿y tu? Dime algo de ti ¿o prefieres que ahora yo cuente tu historia?”. Se ríe, escupe y se pierde entre la multitud de la ciudad, mientras el viento me muestra la marca de mi corbata.

miércoles, octubre 12, 2005

Me escape por que quería aire


Me fui por que quería un poco de privacidad, respirar algo de aire fresco, soy el 28 en la cola para dormir en la hamaca, así que quería una cama de verdad, una piel que me acaricie y un trago que tomar. ¡Juro que no vuelvo a robar!

CINEMA PANOPTICUM

¡Leanlo!, corran y búsquenlo, en La Paz, lo pueden hojear gratis en el Club del Comic "Belisario Salinas y Ecuador" y por internet lo consiguen por solo 40 $us jeje.
Un cómic bien logrado, ilustraciónes en blanco y negro de mucha calidad, muy Kafkiano, muy Gore, muy bueno...lo leí el otro día y me quedo con "El Hotel" y "El Luchador"

Charque y sol

Seco asfalto en tu noche fría
Seca el alma, en olas inestables
Taladrando tu irreverencia me encuentro
Venas rojas de sangre hirviente en furia
Venas muertas en tu frente negra
Muerta mi impaciencia en tu arrogancia
Carne seca en cada paso que dejo
Carne verde en el desván de tu memoria
Clara la luz en mis pupilas rojas