lunes, junio 05, 2006

Crónicas de a Pie (Todavía Fresquito)

Algunos nacen con la fecha de vencimiento escrita en la piedra con la que algún día tropezaran o en la bala que tal vez perfore su sien, otros como el Víctor Hugo nacen con la fecha tatuada en la nariz torcida y no escapan a su destino, más bien se mueren con las botas puestas, en la víspera que ellos mismos anticipan.

Al respecto, la otra noche el azar me invitó a bajar de El Prado en el asiento trasero de un trufi escuchando una conversación de negocios fúnebres entre una dama de negro y una señora gordita. La emisaria de negro persuadió a la mujer entrada en kilos y en angustia, durante el trayecto, sobre las ventajas post mortem de un nicho exclusivo. Ella, tímida, evaluó y, como buena esposa, convocó a la charla al marido muerto. La mujer de negro no escatimó en argumentos para hablarle de planes de pago, de los jardines del cementerio, de la agradable vista a la zona Sur y del privilegio de estar a minutos de El Alto por la nueva carretera.

Luego de un rato de plática, la cliente miró el reloj y bajó la vista, tal vez como una forma de evadir esta cita anticipada con la muerte, y sostuvo que debía hacer números primero. En cuanto al marido, dijo que le gustaría que disfrute de los jardines y que la espere con más calorcito que en el Cementerio General, empero, cree que esto será difícil porque le dijeron que todavía esta fresquito y hay que esperar un tiempo para cremarlo. La mujer de negro salió al paso de la objeción al indicar que sólo se trata de un trámite judicial, pero la cliente respondió, como mensaje indirecto al finado: “Estoy cansada de abogados en su nombre, no gracias, esperaré nomás que se seque un poco más”.

Al otro lado de la ciudad, otro viaje tiene lugar, la dama de negro nunca conoció el hígado seco que se vela en la Casa de la Cultura, no era potencial cliente. Descansa lejos de su noche en un salón, donde su gente no quiere o no se anima a entrar. El antropólogo duerme con almohada blanca, lejos del Bocaisapo y, esta vez, le tocó a él encontrarse con su hermana, como diría, aunque paradójicamente lejos de sus calles y con techo culto.La mujer de negro intercambia celulares con la gordita afligida, antes de que se pierda pensando en cuánto necesita para financiarse un pasto caliente y exclusivo.

En La Casa de la Cultura, los nardos y violetas camuflan el tufo de algunos, mientras que en la calle ladran los quiltros y secan los artigas a la salud del escritor, de ése que no ha mentido sobre su noche y sus gritos, porque al final ha sido uno con la noche.Me voy pensando en el egoísmo de dejar el ritual mortuorio a los que se queden y en que el Víctor Hugo tiene por fin un lugar acolchado y dudo que sea un mejor muerto que borracho. Al final de cuentas los huesos “fresquitos” del marido no entienden de un Penthouse cerca de Llojeta y huelen igual que los del Viscarra, quien sí tuvo suerte: “estará calientito” y sin olor a pis en el infierno, como siempre quiso.

La Prensa, 4 de Junio 2006

4 comentarios:

Vero Mendizabal dijo...

y si, a mi siempre me ha parecido tan absurdo eso de pasarse la vida pagando un lugar donde enterrar los huesos, frescos o secos.
Recuerdo que hace años mi suegra quiso meterme en un crédito para pagar mi nicho y el de mi familia en un hermoso parque alejado de la ciudad, y yo pensaba... un nicho??? pero si todavía mi primera hija no cumple un año!!! aún no tengo una casa que sea mia!!! comprar un nicho hoy que por fin siento que empiezo a vivir???
La gente hace cosa extrañas, no?

abrazos amigo,

vero

Anónimo dijo...

yo he dispuesto que me conviertan en carbón lo antes posible, y si es posible, guarden eso en una macetita lejos del alcance de los perros que gustan de firmar por todos lados.
pero me imagino que no estare aqui para verificar que se cumpla este último deseo..

rondeldia dijo...

che, mi viejo dice que el VHV era un periodista desde antes de la joda, corresponsal de algo quizo ser... imagino que de vez en cuando te inspirará en sueños, este finde sin querer queriendo le hice un homenaje desde la bs as hasta la zon`sur, desde miraflores hasta el monticulo... será que entre morenos y kullawas gay ese cuate no estaba?? yo creo que si...
un abrazo
r

Vania B. dijo...

El Victor Hugo, el hermano de la noche y demás tucuymas hermosas/horrorosas/reales...

Me enteré de su muerte el Sábado anterior, y me tomé unos drinks en su nombre, escuchando en vivo a Octavia y su cuecaína que estaban de paso en la ciudad de los anillos.