Te has sepultado en mis pasos y el polvo, mirándote, te recuerda y abre sus labios, sumergiendo en el frío un corazón donde se acerca la noche, para buscar su voz en el silencio, donde la oscuridad es un resplandor que desparrama las facciones del cementerio sobre los senderos.
Guillermo Bedregal (extracto de Paso a Llojeta)
Las palabras de espiral en el viento han vuelto con su aire de invierno a recordar al caminante que la ciudad aún permanece muda en el reflejo de sus ríos. Es necesario que el caminante inicie el descenso sosteniendo su congoja en la montaña que lo mira, en el Illimani que vela su vigilia.
Cuando el caminante empieza el descenso, lo hace poniendo en sus pasos la letanía del homenaje y el recuerdo a la mirada de otro caminante de senderos. Aquel, que subiendo y bajando las laderas, se fue desvaneciendo tras la última montaña y ya no está más, pero dejó su palabra....sigue en Urbandina
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