lunes, febrero 06, 2006

Cinema Express

Edificio Orión, café Caligrama, mesa de la esquina al fondo, ella, la de cabellos oro y huesos frágiles, me cuenta la locura de un Buenos Aires que no es mío, de la ciudad en que ir al cine es un acto íntimo, que se da al “noviar”, eso que ocurre luego de dos o tres amanecidas.

Yo la escucho “cristalizado”, como ella diría, en el aroma de esa edición de Bruckner las tinieblas que encontré al llegar al boliche, esa de páginas con ictericia que sólo da el reposo de las letras. Me habla mucho de su vida, en este lugar de mesas enclenques y menú de dos opciones, donde lo que salva es el café con poesía.Dejamos el café y caminamos el clásico circuito Aspiazu-6 de Agosto, llegamos a la puerta del cine como en las épocas de Los Doors, versión Oliver Stone.

Me resisto a creer que El Baco de la entrada no me grite que pase, el cine bajó el telón, poco entienden los banqueros del patrimonio paceño, de que exista algo más del “si tienes pagas, sino pena”.Vuelven las imágenes de la inquieta fila 15, mecedora colectiva, con pata derecha sin tornillos, del boletero con su bronca esperando la elección entre platea fila veinte o Mezanine fila 1, las matinales de “Larguirucho” con Sugus y más. El telón hoy es de lata pero las ganas de película siguen.

Alquilamos la copia pirata de Secuestro express http://www.miramax.com/secuestroexpress/ , la peli tiene una onda Tarantino a lo latino, con actores de la calle, de barrio y pandilla, con un Rubén Blades de gancho para entrar en “Joliwud”. La peli muestra el secuestro de una niña rica y su novio jailón; se mueve con buen ritmo aunque tiene un final sabor a suicidio mal logrado.La Venezuela de Chávez está jodida y nos quiere regalar tanta plata, pienso. Las brechas sociales crecen en ciudades grandes, me dice ella con aires sociológicos. El paceño todavía no es tan ágil para fabricar secuestros de cuatro horas por mil lucas, pero todo llega tarde o temprano al país “ropavejero”. La película termina, la denuncia social también pero faltan la pantalla manchada del 6 de Agosto, las ganas de ir caminando al Soca luego del cine para debatir en una tertulia martes par. Van a disculpar por la nostalgia, hay lugares que cuando se van reviven memorias en la azotea, habrá que seguir esperando el estreno de la Cinemateca en el 20?? , siempre y cuando no nos secuestren a la salida del Equi por unos pesos. Hasta mientras, se recomienda ver Secuestro Express a oscuras, en una silla pata coja y pipocas caseras. Con piso de machimbre mal lustrado y de rato en rato comentando, “me pareció ver un ratón por tus piernas”, así por lo menos el 6 de Agosto no se habrá ido del todo.

La Prensa 5 de Febrero, 2005

1 comentario:

Soñadora Insomne dijo...

Snif snif. ya no serán lo mismo los martes par. es el fin de una era.