10.30 llego al lugar y me invade una dosis de buen humor sazonada con saice. El sargento Guarachi me dice que tengo que recoger ficha y que me apure. Llego a una fila de casi trescientas personas que avanza veinte centímetros por minuto, tengo para largo en el sol y no queda más que sacarle el jugo a esta experiencia caótica.
Lo miro al Sgto. Guarachi y, a modo de tomar con humor el momento, le digo si tendrá un juguito para la espera; me responde con el humor típico de verde olivo: “Pedile al Evo, él te va a traer tu refresco de q’isa”.
Cuando empecé era el último, ahora hay cuarenta detrás mío. Siguiendo con la vista la serpiente, me detengo en la de piel canela y falda escocesa, tiene un tatuaje de algo como una virgen en el tobillo. Espera, buscando mensajes encriptados en la espalda de un hombre de chompa de lana, eso de la chompita en calor ya venía antes del Evo.
Ya somos más de trescientos, el grito es claro: “¡Los que llegaron tarde ya no hay fichas!”; es difícil definir el patrón de puntualidad de este sitio. “¡No se cuelen!, Che, rápido están avanzando”, dice el chango con melena a lo Jhony de Chuquiago.
No entiendo las curvas de la fila, la señora de atrás me dice: “Fácil, como gusanito da vueltas”; se toca la frente sudada y recalca: “Bastantísimo ya estamos aquí, che”.Todos quieren C.I., algunos el nuevo, otros ser ciudadanos. Los que queremos cerrar un ciclo y viejas broncas plantoneados al sol, tomamos este acto con el mayor civismo y respeto, como una purga silenciosa que borrará el pasado.
Faltan cuarenta y cinco personas, el olor a rancho llega con suave brisa, algunos tienen sombrilla, otros fólderes, los más chompas, estoy a diez personas de la sombra ansiada. Tres chicas hablan, entre risas, que es necesario nomás el C.I. “Hay que ser como la ‘Paragua’ que fumó a los mozos y se fue”, ríen y esperan el trámite para trabajar seguras, eso sí, el C.I. bien guardado en casa, nada de llevarlo al boliche.
13.26, la ansiada ficha está en mis manos. El cabo resuelve arbitrariamente cortar la fila en la cholita de amarillo y los otros cincuenta que quedan fuera protestan.
13.45, el cambio era sólo para la tele, esto sigue igualito, la distribución por mesas se hace con el eficiente método de los palitos en hojita reciclada. Me toca la W, letra nada cabalística ni mágica, vuelvo a empezar otra fila, luego de un laberinto de gente llego a la mesa.
Hay cuatro televisores nuevos en las paredes y saya en los parlantes, pocas sillas, pocos empleados. No puedes moverte, en cualquier momento puedes ser llamado.
Llego y me entero de que me llamo Raúl, vano el intento de explicarle que mi nombre empieza con P y que así está en mi anterior C.I., en títulos y demás. El cabo me grita: “¡No es mi problema, es de archivo; vaya, traiga copia!”.
Ya en el archivo, escucho cómo con paciencia un sargento le explica a una señora que no existe y que eso es común, sobre todo si eres de provincia. Le cuenta que en los años ochenta se fregó el aparato de microfilm. Mientras miro a la señora inexistente, pregunto al cabo: “¿Qué pasa si lanzo un pucho encendido a la pila de papeles, borro a toda la ciudad?”.
lego triunfante a la mesa W, con mi certificado de nacimiento con P de “papaya”, P de “paciencia” y se lo muestro al cabo, me saca foto con su camarita digital, veo que esto había estado mejor. 14.25, consigo el ansiado C.I. chiquito, cierro el círculo del pasado, sólo falta el plastiquito, espero sonriente y a cambio me dan una ficha. “En veinticuatro horas vuelva, ¡Gómez, pase!”, como despedida. Habrá que volver, falta todavía una cola, más bien que esto ahora es moderno.
La Prensa, 30/04/06
5 comentarios:
¿quien no ha hecho colas interminables para un C.I.? o par aun Pasaporte? o para un sello de la Cancillería? o para un Certificado de buena conducta en la PTJ? odiosos trámites de los que todos nos quejamos, el que más o el que menos, pero al final el resultado siempre es el mismo. coimas mas o coimas menos, siempre terminas quejándote por el mal servicio de las instituciones del Estado. ¿algún día cambiarán?
La verdad, verdad?? NUNCA!!!
Pues si no lo pierdes,empeñas, rompes, prestas, en fín si no pasa nada (empanada) tienes para seis años lejos de las colas para conseguir el C.I.
Y... habiendo llegado a las 10:30 la sacaste barata amigo.
jajajaja, eso es cierto, yo saque mi carnet yendo a las 07:30 y a las 11:30 terminé, y al día siguiente me entregaron mi carnet nuevecito, nuevecito... y eso que le casque unas saltucas en el interín...
che, y al final la señora inexistente borró a toda la ciudad? jajaja...
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