Cuánto cuestas, cuánto vales, amor mío…
La madrugada del 19 de febrero del año 2004, en mitad de la Plaza de Puno apareció una cabeza destrozada, estaba destrozada en la parte de atrás sin embargo aún se podía ver por delante el que antes fue un rostro sonriente. Aquel bonachón que regalaba fortuna a quien lo respetara, había sido decapitado y peor aún, el autor de tan terrible hecho había meado su rostro sin cuerpo. La población en su conjunto decidió vengar con sus propias manos dicha afrenta, el Alcalde lideró los actos de justicia y hasta los niños llevaron una piedra en la mano para cobrar venganza. Aquel día no faltaron los gritos, discursos encendidos, tampoco la cerveza y menos la autentica y genuina morenada del lugar.
...continua en Urbandina
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