lunes, enero 09, 2006

Cajita Roja


Día de semana cualquiera, caminando por San Pedro, esperando al amigo aquel de aires machistas que vive su paradoja diaria haciendo planillas en el Defensor del Pueblo. Me siento en una banca de aquella histórica plaza, antaño lugar de retreta y damas con vestido, antaño circo de fusilamientos para el pueblo.

El lugar poblado de vidas urbanas, de trámites en banco y ruegos de iglesia. Entre la gente ella me mira en silencio, tres piernas flacas y brillantes, un ojo grande de cíclope curioso, cuerpo coqueto, cúbico y decorado de mil rostros. Cajita roja, compañera del amigo de mandil planchado, de rostro de k’isa y canas bailarinas.

La miro y sólo escucho el canto de sus imágenes, el olor a mil memorias retenido en su lente, el traje planchado y la corbata de poliéster que adornan el sueño del universitario, la manta naranja y tornasol de María en domingo, el globo y el chupete de a luca en las manos de Pedrito, los ojos rojos del chapi mirando el huequito del lente, mientras doña Esther entrega su rostro que luego dormirá en el cajón de sus nietos

.Esta caja de madera guarda el juego de prismas y lentes, roba la luz del cuerpo, retiene el ajayu de tantos paceños y lo devuelve en colores tenues. No sabe de pixeles ni de zoom, solamente guarda celosa la risa de niños, las lágrimas de mujeres con el corazón preso tras las rejas del penal.

Es un depósito de vidas, muda prisión de mil almas que salen y pintan las calles de San Pedro, volando caprichosas por el viento.Al frente odian a las almitas de aquella cámara, los aromas a vida que llevan de La Plaza. Dicen que de noche se escuchan sus secretos, taladrando sucias celdas.

Sus risas no me dejan dormir cuenta el cuate encerrado por la 1008, sus llantos y esperanzas me dan bronca, dice. Los de plata acá adentro, no se enteran, tienen cable, tienen chica que les gime al oído con permiso del guardia, el resto escuchamos nomás lo que La Plaza grita y jugamos con sus espectros.

Él mira la foto con trenza rota de María y los ojos rojos de su chango sonriente. Esta foto de mierda se está secando y partida, dice, como la esperanza en esta negra mugre, en la pared de cal perforada por una vieja gotera. Es entonces cuando da un beso a la risa seca de la foto y duerme en la espera del raspadillo que Pedrito le traerá el domingo.

La Prensa, 8/01/06

1 comentario:

Filos en Mundo de Sofía dijo...

Veo que el nuevo año lo trata bien con sus escritos, y yo espero que los disfrutes como yo.

Muchos saludos.

Elva*