viernes, febrero 17, 2006

Aventuras de Divan I

En que estaría pensando Freud cuando inventó la idea del Divan y que el analista se ubique detrás tuyo. En teoría uno lo sabe, pero en la práctica es una experiencia algo surrealista, estar echado en un divan, y no ver TV, ni leer, ni dormir, sino mirar al vacío y hablar de ti, es como hablar solo, aunque con la presencia de un fantasma que de rato en rato te jalará los cabellos desde atrás, como contarle tus cosas al techo, con la diferencia que solo tienes 30 minutos y tienes que pagar al salir.

"Paso tiempo sin verte, vamos recuestate en el divan, la regla la conoces, al menos en teoría, hablame de lo que quieras y de manera libre"

Luego de 3 meses de entrevistas terapéuticas frente a frente, silla a silla, en las que mis ojos podían acompañar lo que decía, sentir la mirada de ella, la mujer con cuadernito rojo y ojos con ojeras, poder jugar con las manos, la cabeza en la silla, los cortes de mirada, seducir con mi palabra, esta vez me encontré desarmado sin posibilidad de "seducir" ojo a ojo.

Verme en el divan, fue como estar en la camilla del quirofano, esperando la anestesia y el corte de bisturí. Había que hablar, sin estructurar mucho y poco a poco las defensas empezaron a caer. Acabé hablando de cosas que no quería decir, o al menos no debería, repitiendo lapsus y olvidos, moviendo las manos como un enanito preso en una botella de ron, así de manera graciosa, dando vueltas las muñecas pegadas al pecho, mientras la mirada se perdia en el techo y mil imagenes de mi vida daban vueltas por el aire.

Ella se mantuvo, ahí atrás, no sabía si estaba escribiendo algo importante sobre mí, si dibujaba una caricatura o simplemente dormitaba. De rato en rato lanzaba un sonido para saber que estaba ahí y el momento menos pensado un comentario con forma más de gancho de izquierda que consejo.

Entonces al final me acabó doliendo la cabeza y tuve ganas de que no vuelva a atacar con otra cosa similar. Seguí hablando y cuando menos pensaba y más feliz me sentía volando en mi asociación libre, me lanzó "el corte" bum! el balazo final: "¿qué hay de ti en esto de ponerte en una posición de expectador de tu propia vida?, prefieres mantenerte en el sueño y fabricarte situaciones en las que te imposibilitas" , luego se paró de golpe y me dijó con esa vocecita de ardilla ...uhmmm ok, lo dejamos ahí, puedo verte el próximo jueves, ¿te parece bien la misma hora"?.

9 comentarios:

Soñadora Insomne dijo...

Jajajaja.
Me encantó tu experiencia en el diván.
No tengo nada malo en contra del psicoanálisis. Sin duda es muy divertido. Sólo critico su practicidad.
Mucho cuidadito con los actos fallidos.

rondeldia dijo...

que joder jijijiji, es un chiste, bueno en fin, en fin jejejeje tener al sujeto supuesto a saber detrás tuyo no es casual, se asemeja mucho a otras situaciones en las que cuando estas en CONTROL DE LA SITUACION estás oculto para la otra persona que siente tu presencia pero no te ve ....

asi nomas viejo,

un abrazo y deslenguate con tu analista para desquitar el chorro de plata que cobran (merecido creo) pero carito es ...
r

Unknown dijo...

jajaj te juró que por más que quieres evitarlo, empiezan a salir che...
Sip, la señora que conocemos es contundente y radical che

XXX dijo...

Yo admiro harto a este señor Freud, y sin embargo cuestiomno esa distancia aparente (sí, aparente) que toman los "profesionales de la mente y del ánimo", respecto del paciente.

Unknown dijo...

en el enfoque del psicoanálisis esa distancia es necesaria,
el lugar que ocupa el analista es ese, el otro, que ocupa un lugar supuesto a saber con respecto a tu sintoma.
No hay una interaccion como en otros enfoques terapeuticos, el analista creo yo te acompañara en el proceso que tu solo iras redefiniendo tus cosas. Tal vez por eso es más duro, sales del plano de digame que hago o de llorar en el hombro de alguien

Filos en Mundo de Sofía dijo...

De nuevo en estos pasos para seguir disfrutando de ud, y en espera de lo nuevo para que esto no termine. Muchos saludos y gracias por seguir leyendome que uno le sigue a ud el camino y las huellas.


Saludos

Elva*

Anya dijo...

El título "Aventuras de Divan I" me dice que habrá otra aventura... ¿y más aventuras? sería bueno leerlas.
Yo no tuve el privilegio o bueno no sé si realmente sea un privilegio estar en un divan... pero me gustaría pasar la experiencia con un psicoanalista... o ¿mejor no? no sé... pero haber cuando me pasa algo así.
Un abrazo y un beso de eternidad =).

Inconclusa dijo...

lo interesante es que no hay distancia tal, al menos, me toca compartir la cama con alguien que está del otro lado... y cuando llega necesita ese espacio de liberación de dejar todo atrás, no se termina todo ahí, en esos 30 min. cuando dice lo seguimos la proxima.
ahora, no sé todavía me resisto a visitar uno ( en sentido terapéutico) ;P

Anónimo dijo...

Sería que me comentes que siente el del otro lado, luego de bancarse tanta historia de divan, juega con ellas en la cama?, las deja en el maletín al entrar a casa, o las usa como argumentos para entender la vida cotidiana, a la persona que calienta el otro lado de la cama.
La verdad yo luego de 10 años de concluir psicología, llegue al divan y de momento mientras exista transferencia con ella...vamos bien
Saludos a Sabina