Hablar con claridad a sus ojos y saber que la historia sin comienzo está muerta, ver su rostro palidecer, sentir su mano tibia, su espalda tensa, sus lagrimas en el plato de pollo. Dejarla, sin preguntas, sin caricias y caminar la calle, la lluvia rara de mayo, no encontrar parqueo, llegar tarde, aguantar el tumulto, los gritos, la gente y caminar entre empujones para abrazar a la alumna amable de toga y birrete que me invitó a su graduación.
Acordarse que faltan detalles, que no compré todo para la fiesta del domingo y de pronto en algún momento, en el tumulto, en la caminata, entre empujones no sentir la mano ágil robandome la billetera con 500 lucas, con carnet nuevo, licencia, tarjetas de credito, credenciales, fotos, poesías, sus labios en servilleta, todo, todo, todo.
Inmovil, no creerlo, manejar en la lluvia, pelearme con un guardia arrogante que me grita que él no robo nada, intentar buscar la billetera en el piso, en el auto, en la oficina, el motor que se calienta y le falta aceite.
Despertar tarde, llegar al taller improductivo, hablar de gripe aviar toda la mañana y volar a recogerla y entonces su alegria, sus ojos irritados y su rostro dulce, gritando ¡tengo un hermanito! y mis lagrimas sintiendo su abrazo
Quedarme sin plata, sin tarjetas, manejar despacio, cruzar un semaforo, ver como un pelotudo taxista se mete de frente en rojo, mil imagenes desastrozas en segundos, frenar, agarrar el asiento, en protección a mi niña y mi sobrina, mirarlas a punto de golpearse, el tiempo congelado, el auto rojo acercándose, el golpe, el ruido, los gritos, la policia, los bocinazos, el llanto, el temblor, la palidez y el paladar de lija.
El auto hecho mierda de atrás, las manos de gelatina, la lata de pintura en el vidrio de el auto rojo. La mujer palida de voz cortada, los insultos, el taxista que se hace pepa, el policia imbecil que no vió al taxista. La certeza de que él se paso en rojo, el misterio de que un minuto antes se le cayó a mi hija un juguete y con mi sobrina se agacharon a buscarlo y el respaldar del asiento delantero amortiguó el golpe y evito que volasen hacía adelante, hacía el vidrio.
Mi hija, mi madre, mi sobrina ilesas. Mi cuello hecho mierda, los hombros adoloridos, el control de garage que se rompe, el vacío que me espera en casa, las lagrimas que brotan, el grito de bronca, el dolor contenido.
El dinero es irrelevante, la vida esta intacta, la mía lo de menos, la de ella que recién empieza, está sana, sin un rasguño.La mano invisible lanzó el juguete, así es como debe ser, como quiero creer que es. Hoy, no aguanto la tensión, hoy se juntó todo, en este coctail, de amores perros, ladrones de etiqueta, y ovejas al volante.
Hoy ya fue suficiente, me tomaré tres pastillas, una botella de coca fría y dormiré, dormiré, mañana habrá que seguir acá, habrá que seguir aca....hay todavía mucho amor para dar...
no se cuando vuelva por ahora necesito silencio........
5 comentarios:
Que mal día mi querido ganjartek, que mal día. Por suerte el tiempo siempre implacable termina yendose igual, con lo bueno o con lo malo, o con los dos y los días como hoy también acaban. Como dices tu, no es el dinero, es la sensación de que uno no pude escribir su propio guion y borrar y editar las partes mal escritas. Ojalá pudieramos. Que bueno que al final la suma de resultados da positivo, tu niñas está bien, y con ella tu mamá, tu sobrina y tú. Mala onda por el carnet nuevo, y la billetera y las tarjetas.... solo un mal día, otro día nacerá pronto.
Eso te pasa por no challar a la pachamama tu autito, jejeje chango un fuerte abrazo para vos y las enanas una oración, que de sobra se entiende que de arriba alguien los cuida a todos.
un abrazo,
r
Sólo puedo decir que me alegra que todo esté bien.
mi silencio hoy para ti...
y un abrazo,
vero
mal día, mala suerte, mal qué será.
al final ustedes bien. eso es lo
importante.
un abrazo paul,
a.
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