viernes, septiembre 22, 2006

Memoríasde un Croto (Primaveral)

¿Te acuerdas? ¿Cómo jugábamos a sentir el frío en los cuerpos?, tu con los pies congelados como raspadillo, yo con ese calor insoportable en las manos. El tema era entibiar tus plantas o enfriar mis palmas, dependía de la perspectiva, del lugar, del aroma de la noche. Te gustaba jugar a la morgue, así como de niño juegas a la cueva y te tapas con un edredón oscuro para que el monstruo no te toque, te quedabas inmóvil esperando que te muerda cada esquina.
Si, te gustaba, el juego ese de ponerte rígida y desnuda encima la cama, como una tabla, decías que el efecto era mejor luego de la ducha y con la piel toda erizada, anticipabas esta tu imagen ideal de la muerte en el río. Luego, ahí pálida pedías que te coma a besos, que tape tus poros con el calor medio rosáceo de mi abdomen.
Me acuerdo flaca, de tus pataletas, de tu histeria en el suelo, de la bronca que te daba, cuando sólo te miraba en silencio, en el pesado desprecio de cerrar la puerta y dejarte llorando en mitad de la sala. Es difícil olvidarte, ahí en ese torbellino de emociones inflando tus ojos saltones de furia, esos capaces de jugar a la mirada de Gizmo y en dos segundos botar fuego en mi vientre o llorar miel de madrugada.
Me acuerdo que me gustabas serena, indefensa, dócil. Las madrugadas eras vulnerable, dejabas que tus defensas caigan, y lanzabas esos cursis te amo como ronroneo, mientras yo jugaba a contar los vellos de tu espalda, esos de tu sangre morena. Tantas veces pensé en que pasaría si te lanzaría un vaso de agua en una de tus rabietas, ¿me perseguirías por la casa, cómo en esas reconciliaciones, o ¿acabaríamos a los mordiscos y arañazos?, sintiendo el dolor ese que produce el sexo de lija.
Si flaca, pensé en eso, también en partirte a patadas, pero sabes que mi naturaleza sólo permitía destruir a tu niña mala con caricias de lengua, esas que bebían tu frío de raspadillo y barnizaban cada poro tuyo con mi noche. Flaca, no sabía nada de ti aquella noche que respondiste a mi beso con una patada y no dejaste que mordiera el tatuaje falso. No sabía nada y hoy te entiendo, sólo querías el anonimato.
Ayer me enteré flaca, te encontraron, dicen que salías con un abogado, de esos de bufete de muebles de roble y floreros con nardos made in china. Te vieron, en el boliche ese para secres de la 20 de Octubre, saliste mordiéndole la corbata a mierdazos, como solías hacer cuando querías mi plata para tu tatuaje permanente de cejas que me pedías cada navidad y yo ahí fiel a la caja de Mackintosh.
Si flaca, ¿te acuerdas? Tu manía con jugar al muerto, y eso de que te guardé en una urna de plata en la sala cuando mueras. Te dejé hace tiempo, entenderás ahora que es absurdo hacerte un homenaje de ese tipo, además me gusta verte ahí toda muda más que en una urna. Debo confesar sin embargo que esos puntos lila no combinan con tu mejilla y tus labios aunque pálidos siguen dando hambre.
Si flaca, ya me contaste anoche cómo te torció el pescuezo y te fue exprimiendo como tallo de rosa primaveral. No le importaron tus espinas, esas pincha risas de las que me escapaba. Se quedó con tu mirada orgásmica, gran error yo solía esconderla con mis manos en tus labios. Me dijiste que por fin entendiste eso de que las miradas congeladas forman espasmos, cuando la viste lo supiste.Estabas jugando a la ducha, al juego del cuerpo de la morgue y el abogado no entendía, además tenía las palmas secas, más frías que el raspadillo de tus plantas, no entendía nuestros juegos. Dio la vuelta flaca, ese talvez fue el error, yo no lo hubiera hecho o quien sabe, tal vez me hubiera lanzado por la ventana para evitar conflictos.
No le gusto la mirada congelada en tus ojos, es que era la titular, una gorda con poco charmé. Me contaste que se lanzó a reír sobre tus piernas, con el típico recurso de las uñas en el pescuezo. Ël, se quedó con el pis mojando sus calzones de esperma angustiado, dentro del ropero, eligiendo su corbata para la audiencia del lunes. Tu flaca, ahí pómulo hundido en puñete de empanada, dormiste.
Te debía haber dicho, los abogados odian las urnas, no les gusta el gris de una presencia todos los días en sus pensamientos. Prefieren el anonimato para el romance, si te lo había dicho tantas veces, pero preferiste tu terquedad de quedarse en eso de que no eres sumisa, en la pulseta de genero en un país machista. Ya ves, yo tiré la puerta ese día y tú preferiste ser la sin nombre en la vida de un mediocre.
Para ser honesto, creo que hubiera preferido un final con raticida, era más coherente con tu personalidad convulsa, pero no, terca como siempre preferiste la escena patética del gordo infiel y su mujer arañándote los pechos. Si flaca, anoche me acorde de ti, de cómo te dejé en el anonimato y como querías seguir jugando nuestro juego. Escucharás risas, ya verás y tocarán de nuevo tu piel, esta vez de lija y en algún lado, así llena de cosquillitas, verás como alguien se emociona y tu, coqueta como siempre, te quedarás abrazando su mandil blanco, sin importarte las manchas de salteña goteando sobre tu panza abierta.

7 comentarios:

Siete Mares dijo...

Regresaste

Anónimo dijo...

No estoy para estas vainas.M e encuentro combinando la lectura de la poética concisa Y sentenciosa;intangible y evanescente de Pedro Lastra con el relismo aveces plano de Galeano,y hoy por hoy me quedo con la retórica reflexiva del uruguayo.Por eso me aburrió "memorias de un croto"(aunque quizas en otro momento lo hubiera valorado de otra forma ).Prefiero el estilo de CRONICAS DE A PIE,sinceramente...

Unknown dijo...

y si...el Croto vuelve y no a todos les gusta, cae mal...Gracias por las palabras.
Lady...si volvió estos aires de primavera, tan romanticoides lo ponen mal y se puso a escribir

Estido dijo...

¡Y dale con las salteñas! Y yo, antojadísimo, cagando de hambre a las 19:30. Parala, ¿no?

Depresiones primaverales, contagiosas, por cierto. Hay que hacer algo contra los recuerdos dolorosos. Sé que tienen su importancia, pero yo quisiera sólo tener recuerdos lindos.

Claro que eso también debe ser peligroso; es decir, si lo lindo es recuerdo, entonces, ¿el presente es una mierda? Obviamente la inferencia puede ser errónea. En todo caso, y pensándolo mejor, qué mierda importan los recuerdos; si hoy se vive una "felicidad", así los recuerdos sean un collage de sufrimientos, no hacen mella en el ánimo; si hoy se vive una soledad angustiante, así los recuerdos hermosos sirvan de paliativo para el alma, la soledad no deja de ser tal.

Marco dijo...

hambre... (pienso particularmente que tu estilo de redacción es muy bueno).

Inconclusa dijo...

para algunos es abril, para otros diciembre... pero septiembre en Buenos Aires tiene ese olor a nuevo, a pasto nuevo, agua, panes y mates... sol medido, brisa nueva... que no se condice con tanta oscuridad, panzas abiertas y mujeres arañadas ( pero claro es que la primavera nos pone frívolos)

(no parezco cohelo? mi edición de libros de autoayuda
próximamente en los kioscos)

Unknown dijo...

jaja....avisa...cuando salen tus libros de autoayuda....Eso sí acá Septiembre tiene el mismo olor, será por eso que prefiero otros aromas..