martes, junio 05, 2007

Santiago II


Anoche camine cuarenta y cinco minutos por Santiago. Como buen paceño, acostumbrado al clima seco invernal, dije el frío chileno no será peor que el de mi altiplano, además mis cachetes están curtidos por la altura, por lo que esto será pipoca. Sin embargo debo confesar que subestime al Mapocho y al CO2 que acá respiran como si fuera oxigeno y la caminata resulto una tortura de contaminación y heladera.

La verdad luego de caminar me pregunté, por que acá gastan una montonera de plata en campañas contra el pucho, si la gente no necesita comprarse cigarros, ya que tres respiradas con la boca bien abierta desde tu ventana en la mañana, son como fumarse un Camel sin filtro.

Al empezar mi caminata, tardé como 20 minutos en cruzar una rotonda, toreando autos y buses llegué a una avenida larga en un lugar llamado El Bosque, que me imaginaba sería un romántico paseo lleno de sauces en el que recordaría a mi musa paceña, pero nada, sólo me tope con un bosque de cemento y boliches. Luego conecté a la Avenida Providencia, una especie de Camacho sólo que 20 veces más grande. Ya metido en la noche, camine en el frío húmedo Santiaguino helándome aunque estaba hecho pomada decidí continuar, más por una cuestión de orgullo andino que de falta de dinero.

Al final, luego de casi una hora, llegue al lugar donde vivo, aunque no sin antes caminar en círculos las cuadras circundantes como cuatro veces, tratando de encontrar los puntos de referencia que había definido en mi partida matinal. Me di cuenta que eso de elegir el Mc Donalds de la esquina como punto de referencia no sirvió de nada, ya que tarde me percaté que cerca al departamento, había cinco 5 igualitos uno por cuadra. Pinches chilenos consumistas pensé, con lo feo que es ese cartón que le ponen a la hamburguesa en vez de carne y hay más Mc Donalds que sitios de empanadas de queso que acá son tan ricas. Con antojo terrible de anticucho y té con té para el frío, encontré luego de varias vueltas mi cuadra. Es que esto de caminar en línea recta y en plano para los paceños es complicado, ¿cómo orientarse sin arriba ni abajo, si todo buen paceño entiende que arriba esta la casa y abajo la oficina? o viceversa dependiendo de la posición dizque social que le toco vivir.

Eso sí, algunas cosas sin duda interesantes encontré en la caminata. Los autos no tocan la bocina de todo y de nada, puedes confiar a ciegas en los conductores y lanzarte por un paso cebra que frenaran en seco para dejarte pasar, los patrulleros son igualitos a los que dibuja Pepo en Condorito, ahí todo serios. Eso sí, no encontré ningún afiche de tome Pin y haga Pun a cambio conté como 100 de comida, perfumes, tiendas, ropa, discos, autos, mucho consumo para mi gusto.

Un tema que me llamó la atención fue el de los vendedores de discos piratas. Ellos tienen un método curioso de ofrecer la mercancía y hacer plata. Lo explico, usan una cartulina plastificada con las tapas de los discos ofertados fotocopiadas encima, la cual despliegan en la acera y esperan a los clientes ofreciendo a voz en cuello sus productos. Lo curioso es que el cliente llega, y mientras mira la oferta musical de moda, el cómplice que espera detrás de algún pilar bolsiquea al incauto cliente y le saca la plata. Si llega la policía “el gallo” ,como dicen acá, dobla ágilmente la cartulina y se hace pepa entre la multitud. Cuando pasa el peligro, a tres cuadras del punto inicial, despliegan la misma maniobra y engañan a otro gil, así van haciendo la noche en la que ganan unos buenos pesos y sólo venden dos discos mal copiados.

En fin, en esta caminata santiaguina, llegué a la conclusión de que el frío paceño es más agradable y el aire, aunque seco de la altura no tiene sabor a pucho. Me di cuenta que el comercio informal, igual se da modos en este espejismo con afanes primer mundistas, que los canillitas gritan más fuerte que minibusero en la noche y que en vez de El Extra tienen La Cuarta, que es igualita nomás. Los chilenos tienen su quiosco en las esquinas con su caserita vende dulces, sus micros latas de sardinas modernas, con gente colgada de la puerta igual que en La Paz y las marraquetas son fofas y sin sal, aunque las colisas están buenas..

En fin, el precio por la primera caminata invernal en esta ciudad, fue la congelada de cachetes y la irritación ocular, digna de Jamaiquino en fiesta reagee, ya hubiera querido yo que hubiese sido por culpa de un humito reilón y no del smog.

Conclusión, mañana tomo micro, que ya averigüé por que esquina pasa y me fumaré un puchito en mi cuarto, con tal me resultará más sano que respirar veinte cajetillas de Camel sin filtro directito del cielo, mientras camino de noche.

10 comentarios:

[i] Isabel La Fuente Taborga dijo...

No será mucho comparar Santiago con Madrid y/o New York (y a Madrid con New York)? Con todo y desarrollo sigue siendo latinoamerica. Eso nadie se lo quita. Pero tiene su encanto y su adrenalina. Su movida de rocky bandas. Y las grandes diferencias sociales, las puedes encontrar también en aquel cafe de la 21 en el que nos sentamos a conversar ;).
Y a todo esto... que andas haciendo por el que será mi hogar?

Unknown dijo...

las diferencias sociales están en todo lado en mi ciudad mucho más marcadas eso sí, acá la clase media es mayor. No comparo a Santiago con Madrid o Nueva York, el tema pasa por las infulas que algunos santiaguinos sobre todo esos pinochetistas se dan.
Pues estoy trabajando unas dos semanas aca. TU vienes a vivir a Santiago?

Vania B. dijo...

Como siempre una descripción tan cabal que (aunque no conczco Santiago) he caminado contigo y hasta me ha hecho ese frio húmedo y he imaginado el aire cargado de contaminación.

En lo de la ubicación espacial del paceño, es cierto eso de los arribas y los abajos. Yo, después de vivir casi 8 años en SCZ sigo "subiendo" al aeropuerto. Inevitable.

Un abrazo querido Paul.

Anónimo dijo...

Yo espero, admirado amigo mío, que en estas dos semanas de periplo capitalino logre de algún modo percibir algún encanto oculto (por muy oculto que sea) y pueda plasmarlo en sus crónicas.
No quisiera que esta sola impresión de una cara de la moneda se transmita a quienes le siguen como la lectura de la más oscura de las capitales de nuestro continente.
Puedo pensar que es por el poco tiempo que acá llevas, puedo creer que tal vez tu ciudad es una de las más bellas del mundo (que puede ser, por qué no), pero te pido un esfuerzo para no terminar tan solo en este negro diagnóstico.

Un abrazo, nos encontramos.

Unknown dijo...

Santiago tiene más de un encanto oculto, la verdad y hablaré de ello en próximas crónicas. Por cierto entre Providencia y Bellavista me quedo mil veces con la segunda. Por cierto tu ciudad me encanta...

Sakura dijo...

Realmente el smog debe ser fatal!!!, y lo cierto es que buscar puntos de referencias en una ciudad grande es bastante complicado, en especial cuando uno se da cuenta que el punto que se escogió se ha multiplicado en vez de mantenerse singular... grave!!!, pero ya encontrarás familiaridades para reconocer el camino y la cuadra... =)

Saludos y que tengas una estadía esplédinda en Santiago!!!

Anónimo dijo...

Un paseo delicioso...apacible y realmente hoy necesito eso...tranquilidad.

Beso.

rondeldia dijo...

DE SANTIAGO ME GUSTA LA JODA QUE TIENE EN LA PEATONAL QUE YA NO RECUERDO COMO SE LLAMA, Y LA AHUMADA ... BIEN DEL CENTRO , BIEN DE CIUDAD, BIEN DE PUTAS, CHORROS Y BANCARIOS... ESA PARTE ME GUSTA MAS...

UN ABRAZO,

R

La Vero Vero dijo...

Acá en Santiago fumar es más placentero, calma dos vicios:

El de la nicotina

y el de la rebeldía.

rober dijo...

Me encanta tu descripcion bastante realista.Pero por supuesto toda ciudad tiene su lado bueno y estoy seguro que nos contaras eso mas adelante, porque no a todos les habra gustado el analicis, un saludo.