lunes, marzo 20, 2006

Mixtura Paceña


La cita era para ver a Atajo, entramos en el lugar a esperar, era sólo cuestión de tiempo para que los personajes paceños llenaran el lugar. En mixturas de luz y sonido, el grupo empezó a tocar. La voz ronca se dejó suavizar con el acordeón, la percusión le dio el toque afro, mientras que la Fender, ese sonido Hendrix, matizando cada ritmo, desde kullawa a morenada; desde vallenato a ranchera, desde cumbia a reggae.

Las imágenes empezaron a gritar y la noche, al ritmo del grupo, nos dio una muestra de lo que significa fusión. Ahí estaban la Silvia en acullico, lanzando serpentinas y cohetillos, el Sacha en coctail, buscando hojitas verdes para su visa. Trescientas personas gritando y bailando, muy Cromagnon dijo alguien, muy paceño pero sin incendio, le replicaron.

Todos “se estaban”, bien mixturados los té con té en microondas coreano, los de la Alcaldía con poncho amarillo, midiendo el ruido paceño al lado del parlante, los gritos de acordeón en kullawa, de matraca en vallenato.

Los franchutes convulsionándose con la Saya como en alguna ficticia y grotesca danza tribal, tan chistosos, como guaraní con frac, con su bollo de coca y su baile de caricatura.Hoja verde de la coca, humo blanco del cigarro, coca boliviana, nuestra. Borracho estaba pero me acuerdo, homenaje repentino al Viscarra y a los muertos de Octubre, dando pie al grito de Goni nunca más. Campaña coca y soberanía, whipala en pecho rosado de holandesa en la mesa de enfrente.La cholita con manta amarilla bailando kullawa con un japucho de gorra.

La guitarra y el grito de mi pulso en cada acorde, esta pierna bailadora que no me deja escribir, y la policía donde está, le pusieron la hierba encima y la policía. El Marraqueta en marcha ecologista por la hojita de puntas, rapeando que la DEA no me vea que me causa estrés. El Pedro, en las tablas, hablando de teatro, de que es hombre de abrazo y sentires, jalándome la oreja, porque ya no escribo, dice.No te olvides, pues, de saludar a José, me dice el Pulga a la puerta del baño, me vende una pulserita mientras dos colombianas bailan saya en el escenario. Pulga presidente, Pulga presidente.

Me mira el geólogo y me hace salud, me cuenta que las canchas del poeta no sirven, no se puede domar a natura me dice, aunque trate el Juan.¡Atajo Sensashón! Viva La Paz con saya, coca y chelita. El show se acabó, los tambores invitaron a un último trance, mientras las luces se prenden, las caras rojas, las ropas mojadas, una sola imagen, paceña, boliviana, del mundo.

Me voy yendo, Cervecita y mixtura quiero que me echen, para que en este destino tenga más suerte, la promesa hecha con el Pedro, el que se muera primero bailará morenada, con los cachos apuntando a La Ceja, la música cortesía de Atajo.

La Prensa, 19/03/06

3 comentarios:

Soñadora Insomne dijo...

Nunca me ha gustado mucho Atajo. pero vale la pena marcharse y dejar bailando al alma una morenadita. Eso sí me encanta.

flacazul dijo...

morenada bailaré, morenada sí...
morenada cantaré, con alma, vida y corazón! hey hey!

gracias por el relato, me transportó un cacho por allá.
a.

Vero Mendizabal dijo...

creo que es esa fusión de la que hablas la que un día me enamoró tanto de La paz... no he visto ni escuchado mucho a Atajo, pero la verdad es que cuando los escucho me hablan de tu ciudad, bella ciudad...

saludos amigo,

vero