Esta es una pared negra, escondida detrás de una pantalla, en la que me expongo, me develo. Tu me hablas de los riesgos que entraña este asunto de mostrarse a pecho abierto, yo de la soltura que me produce desnudarme en palabras ante tus ojos.
Vuelves y me robas las palabras, miras el entorno y concluyes que el Deja Vu también fue un sueño. Hoy en la realidad del atardecer te acercas, te gusta jugar con la oreja izquierda, mientras estos dedos saltarines despiertan tu hombro y juegan a encontrar el mapa de Australia en algún lugar bajo el pantalón negro que te cubre.
Vuelves a las paredes, a mi cuerpo, a mi encierro a mis palabras, vuelves y eres bienvenida.
4 comentarios:
Que loco... nuevos dejavus... y más reconciliaciones...
Pero por qué borraste tu anterior post.. había ganas de leerlo una vez más...!!!
Saludos...
Yestimado gracias por los comments
el anterior post entro en reparación había unos errores de puntuación lo pondré de nuevo pronto
Un abrazo
Si desnudar el alma públicamente sirve para un grato retorno, voy a desnudar la mía más seguido. Honestamente, lo intenté hace un tiempo, pero no me dio resultado. Habrá que intentar con más ganas, me imagino. Un abrazo, hermano.
a veces funca, a veces tiene un efecto boomerang y tus palabras se vuelven en tu contra. No hay que exagerar con este recurso, puede pasar de ser una poética estrategia de conquista a una melosa forma de espantar a alguien..Ya te diré en este caso que efecto produce con la destinataria.
En todo caso como diría el sabio cuate de la Perez... si la queres que mierda, acaso es malo querer...cascale...!
Saludos
Publicar un comentario