miércoles, enero 24, 2007

La Fortuna

La vida en la calle sigue, la lluvia como cada enero me humedece los callos y el barro seca mis uñas. Jode, hermano jode, que querés que te diga es la vida, así es esto de girar y girar la ruleta de calles, de laderas y plazas. Desde que vivo acá, me pasa lo mismo cada 24, es como sí de pronto te golpeará la lluvia y algo de ganas de continuar volviera.

Me voy a las “Alasas”. A las 12 se abre el portal dicen, esa que comunica la realidad terrena olor a meo de perro con la fortuna de los andes. Luego, cuando sea de noche, volverá a empezar este gran circo, donde amuletos y fetiches harán realidad cualquier tipo de deseo, si lo creés, si le ponés huevos al asunto.

Todo está noche gira viejo, en vueltas y vueltas, en calesitas tímidas, en puestos de churros sangrando aceite guardado. La vida, mil deseos, mil faltas, todos juntos acá en estas calles. Así es como cada veinticuatro empieza la vida hermano, cuando te acordás que tiene sentido lo criollo, lo mestizo, la tradición que escondés en el armario, pero sacás a relucir con desespero este día. Que payaso este ritual, los presos producen en serie esfinges y camioncitos todo el año, empeñando los papeles de su celda, su negro futuro para recuperar la plata que llene la panza luego de febrero y con suerte comprar un catre más decente y 20 gramos de base. Otros, los de pinta fina, se matan por comprar euros, autos, pasajes para emigrar de este "país de indios", como dicen. Gallos y gallinas para su harem. Todo a las doce, familias enteras venderán en la Alasita el mismo producto, ejemplo de consumismo criollo y de poca creatividad dirán algunos. Fuerza viva de la tradición que nos alimenta dirán otros.

En fin, en todo caso esta Alasitas, yo sólo camino como tantas noches paceñas, con la rabia en los zapatos huecos como debe ser, buscando tabaco con historia, no el limpio cigarro de paquete importado, aquel pisado, besado por mas de una boca. Enciendo un L& M, de esos viejos a la mitad, olvidado o arrojado por alguna mina antes de subir al taxi, que se yo y camino hacia el mercado místico de miniaturas.

La Paz, esta ciudad tiene historias en cada centímetro, sólo hay que escucharla en su noche. Es así que es inevitable no acordarme de aquel amigo de mis epocas de bancario, aquel que hoy tiene la panza hinchada de tanto bicho que se mete por hurgar en la basura. El tipo era contador en el pasado y como son las cosas, era bajito, pequeño y regordete igualito al Ekheko, por eso cada enero lo cargaban con eso de Dios de la Fortuna. Cuando el pobre tenía 4 hijos y andaba acogotado de deudas. Era pobre de caricias, estaba jodido de plata, pero que rico era, en su mundo de bromas. Vivía esperando el primer seco de chela fría del viernes, el cacho con los amigos de contabilidad. Luego la misma rutina en la oficina, se lamentaba de lunes a jueves no poder dejar la cerveza. Como amaba el vaso el loco este, más que a sus hijos, lo amaba como a su propia muerte.

El Juan, así se llamaba, se fue hundiendo, regalandose al tibio veneno, empeñando pega e hijos, para de un trancazo acabar en la lona. Ahora vive bajo la luna, como tantos de nosotros, buscando algo de fortuna en la basura, peleando con los kiltros un pan duro. No se quitó nunca el bigote y cada 24 de Enero se lo iguala con una lata afilada y se fabrica una panza de papel. Le encanta regalar billetitos de periódico, gritando que viva la fortuna.


La Paz esta llena de historias a cada centímetro, sólo salí a buscarlas en los basureros, espiando las manos bailando en la oscuridad de un bus a las diez de la noche, en las discusiones y llantos en la Pérez. Sí ponés atención escucharás el ritmo de la mierda coqueteando las piedras en el Choqueyapu, jugando con el agua pura que va perdiendo la virginidad en una orgía de cajas, latas y pañales. Esa que luego acabará regando una lechuga en Río Abajo. La misma que te alimentará mientras comes una Burguer King o una hamburguesa de a luca en la esquina.

Es así viejo, esta ciudad tiene un aire tan duro, tan caótico como el orden de sus calles, así tiene que ser. Te lo digo yo que me acuerdo como era cuando estaba al otro lado, cuando vivía el orden de libros y de horarios, con la pilcha bien planchada y el coche lleno de nafta. Vivía el ruido, el estrés, los balances, las reuniones importantes, para temas importantes.

Hoy tu me mirás de reojo en esta esquina, desde el vidrio y gritás que no joda cuando te digo “Soy un titiritero, quijote de las laderas, ¿te lo hago un poemita para tu mina?, ¡te enseño unos pasos de tango?, sí querés también te lo canto uno de Gardel. Por cinco lucas te lo escribo lo que sentís debajo la corbata y del calzoncillo". Te veo y me acuerdo de la bronca que antes yo tenía a los mendigos, luego me cago de risa al ver como tee cabrea que te diga, regálame para un trago. Se nota, todavía vivís esa tu tensión de oficina, eso de tengo que sacarle el jugo a la minita antes de llegar a casa a bancarte a la gorda. Si, lo sé, te da arcadas mi presencia, cuando te muestro mis barbas ralas y blancas guiñandote mi ojo amarillo y mi bilis te dice somos lo mismo.

Estas atrasado y ni me reconocés, por que es viernes, por que la mina espera en el telo ese de Sopocachi, por que sólo hay dos horas y la vieja te hace laburando en el banco, el mismo que hace diez años me cansé de bancar y lo mande al culo. Te revienta mi cara sucia y mi hablar pausado, por que te suena a político, te suena a ti mismo, te sueno a tu espejo a la mirada de futuro. Pinche burguesito, Dorian Grey de a luca, dale viví tu fiesta privada y garpa el burdo sueño de tu “secre”. Al final sabés que en casa está ella, la real, la que te hará un asado con huevo y te escupirá un beso oliendo a grasa y luego, mientras roncás como vaca, se masturbará mentalmente pensando en los huevos que tuvo la esposa del Coronel ese para meterle tres tiros mientras dormia.

Sigo subiendo, me encanta la mixtura caótica que se forma en esta feria. El café con leche de pis y mierda que baja por su espalda de cemento me arrulla y el olor a anticucho me mueve la tripa. Me divierten los hijitos de papá de andar seguro que de un empujón me hacen a un lado, las minas de gambas todavía firmes jugando al futbolín sin tener ni puta idea de cómo se hace. Esos más jóvenes a su lado que viven un clásico paceño, “¡muera el Tigre Carajo”! ¡callá choli de mierda!, “cómo es sí te gano la manga, pagas 5 más?”.

Me encuentro un choclo y media chela tibia, luego una vieja de esas evangélicas me habla de Marcos 15:10 y me regala plata. Me siento a respirar la fortuna, para ver si llega algo de suerte en los gritos de júbilo de los niños que ganan peinetas y llaveros. La puta esos rifles de pueblo con el caño en espiral ,son la mejor mamada a la esperanza pienso, mientras miro dos caderas de manzana bamboleantes tratando de acertar a una argolla.


Los rifles de espiral, el gordo de la tómbola, las paredes con graffitis urbanos. ”Goní Asesíno vas a volver, El Gas es nuestro Carajo!!. Tanta esperanza rifada en esta tómbola y basura. Patrioteros, pedos falsos, como cuernos se come esto del cambio. ”La Paz necesitas un buen trago”, estoy reventado de que nos mamen tanto.

De pronto aparece ella, la dama de porcelana y me deja en silencio. La miro como cada año, se para, compra una rifa y dos plantas de hoja de Eva. Camina, cabello seco, rubor de seda y anemia rota a golpes, vestido lizo, pantaletas de escarcha. Se para y grita a la lluvia que venga, que moje su vida, zafada, pidiendo que el cielo le moje la memoria. Para que, si seca igual no se mueve, pienso. Fue bella y de carne firme, bella como la hija de sus sueños y ahora compra la misma pavada cada año. Marchitada pero siempre acá en la Alasita orando a la abundancia, con la piel escupiéndote la vida en tus solapas.

Subo, ya falta poco para el morfe en las velas, cuando de golpe lo veo, ¡Juanito, el gordo del Banco! ahí gritando, “panza hueca de la banca de la esquina”. ¡Gordo forro! le grito y me mira de reojo, con su pinta de Ekheko deshauciado, mientras regala fortuna a la gente como cuando era viernes de soltero en los 80. Entrega billetitos, hechos con papel del Loro de Oro, que aguante viejo, bancarte horas al sol y con el pulso sin trago durante tres semanas, recolectando periódicos y haciendo cientos de billetitos. Agarro uno, es una serpentina de presagios….”La Mansión, anal 2 x 150 bs.”, “todo lo que aguantes por 100 bs, foto real” “Angela Travestí Educada” “Se necesita electricista”, “Yong Fung Acupuntura china” “Yolanda Yung Terapeuta de Familia”. Todo mezclado en su bolsa de yute, labio con labio, teta contra teta, fibra con fibra. La vida juega en su bolsa a la fortuna.

Ocho de la noche, mitad de la Alasita loco, viejas vinagre, niñitas bien, oficinistas con ganas de chupar luego de un Api, changos prestos a rifar la vida en las canchas. Todos pasmados viejo y luego cagando de risa, mirando como el Juanito regala papelitos. Ekheko de bigote ralo y mirada seca....!Buena Fortuna…Buena Fortuna, Jallala a los achachis, que viva el MAS Carajo y el paro cívico!

Me mirá desde lejos y lo abrazó. Dale Juanito, estás cansado viejo, vení comamos un anticuchos con unas chelitas frías, una vieja me regaló diez lucas, dale viejo. Me mira y se alegra, luego me dice, vez cojudo, gaucho ridículo, bien sonso y terco eres no me quieres creer, el Ekheko no falla, ya te dije, la fortuna siempre llega viejo. Si Juanito, tenés razón, tenés razón, vamos a comer que la panza jode.

Oye gaucho ¿vas a venir mañana otra vez,?. Si viejo, mañana vuelvo. ¿Te animas a gritar fortuna por todos?, seguro que sí, mañana volvemos hermano. Ya de la puta entonces, gaucho incrédulo ya vas a ver como la fortuna nos regala algo, apurá que es 24 y todavía falta conseguir unas pichochas, pero primero buscaremos un trago que esto de gritar cansa.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Snif... que nostalgias, en especial cuando era changuito y me lo gastaba todo mi dinero, apostando y jugando canchitas, tenía que volver a pie a mi casa, pero me quedaba atrapado por la magia que sólo me llamaba a mirar, por que tanta gente en busca de fortuna... Pero una fortuna más profunda, una fortuna en el alma..

Saludos..

Unknown dijo...

Saludos hermano feliz Alasas

Anónimo dijo...

La Paz...

ke hariamos sin ella, es nuestra musa...

saludosss

Unknown dijo...

gracias viejo che, las alasas pues inspira...Veo que esta vez mis comas no te molestaron jeje..
Otro abrazo

Unknown dijo...

Como es Villegas! gusto verte, un abrazo también para ti, buen año!
que siga girando la rueda musical!1

Vania B. dijo...

Alucinante Ganjar. La Fortuna del Ekeko ilusiona e inspira a todos los estantes y habitantes de Chuquiago, claro que son contados los que pueden transformar esa magia en palabras tan precisas.

Anónimo dijo...

¡Braaaaaaavo! Aplaudo de pie, y si tuviera sombrero, me lo quitaría. ¡Fuerte! Qué gran texto, viejito. Repleto de imágenes. Me encanto la figura del río, sobre todo; es que es como la sangre que parte del corazón para volver a él, aunque sea en forma de lechuga. Maravilloso, Paul, has escrito una joyita.
Un abrazo, hermano

Anónimo dijo...

como es ganja

un abrazo men, y siempre leyendo...

Anónimo dijo...

La Paz... tan impactante en cualquiera de sus ingresos, tan polémica y ala vez tan pequeña... una sociedad en la que la interacción de unos influye en la vida de otros... aún sin ser conocidos!!!

El río... talvez la mejor metáfora de energía que se va a transformar en su curso...

Un texto genial...

Abrazos =)

Anónimo dijo...

Snif... que nostalgias, en especial cuando era changuito y me lo gastaba todo mi dinero, apostando y jugando canchitas, tenía que volver a pie a mi casa, pero me quedaba atrapado por la magia que sólo me llamaba a mirar, por que tanta gente en busca de fortuna... Pero una fortuna más profunda, una fortuna en el alma..

Saludos..