Recurriendo a las palabras ajenas otra vez, falto de creatividad ando en la azotea. Los versos secos tienen el ambar de otoño. Mi amigo editor me decía ayer que la temporada de libros es como la de naranjas. Entonces, la poesía es fruta de invierno, repliqué. De todas maneras la cosecha de nuevas frutas anda medio mala por estos días.
¿Será esta recurrencia, esta obsesión por agregar lo disgregado, como dice mi Editora, la que ha secado mi inspiración para nuevos versos?.
¿Será la mujer real y llena de embrujos y venenosos defectos que ocupa mi vida por estos días que anda escupiendo miel y ácido en mi cuerpo y mis palabras?
¿Será la ausencia de la que nunca estuvo del todo en mi vida la que me lleva a los homenajes póstumos?.
¿Será que ando divagando en homenajes, "confesionando" que hoy me dieron ganas de homenajear, de profetizar, de anticipar el futuro?
¿Será el futuro?o o que mierda. Ahí les vá este poemita del Cronopio Mayor
El Futuro (Julio Cortazar)
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noched
e los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes,
ni en los libros prestados ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes o una blusa.
Me enojaré, amor mío, sin que sea por ti,
y compraré bombones pero no para ti,
me pararé en la esquina a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré los sueños que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles y de puentes.
No estarás para nada, no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.
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