miércoles, mayo 21, 2008

Obrajes/Kañuma


Quien escribirá la historia de lo que pudo haber sido, yo que soñaba despierto, ya no sueño dormido, con quien estarás ahora quien te va a dar de comer en el día mundial de la mujer (A. Calamaro)

Anoche me he acordado, así suavito, en silencio de luna mordida, de tu risa de changuita, de tus sacadas de lengua en las peleas y el ají que ponías a tus gritos, esos con los que pinchabas mis silencios. Te he visto, guiñando el ojo, detrás de la cruz del sur, con tus pies fríos, tus labios de ventosa en mi oreja y tus manos de estuco hurgando mis piernas.

En este cerro grande y con barranco negro te he pensado y con humo en los pulmones mi corazón ahumado te ha llorado. Así suavito en el pasto, acariciando la humedad en mi espalda, una lagrimita ha salido y he mirado tu fantasma en esa cama a cuadros, abandonada y frágil. Entonces en recurrente evocación de tus cerezas rodando por el edredón de plumas, me he acordado que tu lunar está en el lado izquierdo.

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