miércoles, noviembre 16, 2005

Vivo en una pecera

Desde el lunes, soy parte del experimento denominado "homo burocratus", mi oficina se convirtió en una insoportable pecera de vidrio al ingreso del piso. Cuatro vidrios de 2 por 1.30 separados por maderitas pintadas de azul, son el telon donde se proyectan mis avatares administrativos y los de mi asistente.
Perdí la vista de mis cerros rojos y las laderas caprichosas con ladrillos antigravedad que me otorgaba el otro boliche. Perdí el calor insoportable y mi independencia a cambio de luz artificial y falta de oxigeno.
Diligente, ella la que grita a voces en el teléfono y escucha funk de los setenta, llenó el lugar de plantitas, dizque para dar vida, yo me encargue de delimitar claramante la frontera con mi mitad y de que no toque mis libros y las cosas de mi lado.
Hoy todos me miran al ingresar, al caminar por el pasillo, al recoger papeles de la impresora común. Algunos me sonrien, otros ponen una estúpida cara de pescado, los más me ignoran, suelo ser un tipo bastante insoportable cuando me lo propongo y eso ocurre la mayor parte del tiempo, aunque si quiero también puedo fingir ser agrabable y asistir a cuanta salteñada de cumpleaños se organiza cada semana.
El hombre que copia, me mira desde fuera, siempre dispuesto a una conversación, absorbe disciplinadamente la poesía que le paso de contrabando y disfruta al igual que yo del acto terrorista de usar papel oficial en literatura personal. Me recuerda a mí hace diez años, es chango, con muchos sueños. Uno que otro fin de semana, cuando archivo al burocrata, nos encontramos en algún bar under, todo ebrios nos tomamos una jarra de metanol y escuchamos a Fito, luego en la semana el otra vez a sus papeles y sus ganas de ser igual a mi, yo a ordenar a la burocracia. Dizque me admira, ja! , pobre men, no sabe que solo ve la imágen del circo y solo añora estar del otro lado de la pecera.
En fín, mi realidad es que vivo en esta pecera y solo por hoy, ignoraré a la gente, me aseguraré que los vidrios estén bien limpios y volveré a pegar el cartel de "no alimente a los peces" por el resto del día. Al final de cuentas son solo ocho horas de circo, luego volveré a las palabras y la música. Ah me olvidaba, vayan a ver Días de Futbol en el festival de cine europeo, cagarán de risa.

5 comentarios:

Inconclusa dijo...

que lástima que sacó el post de ayer, era realmente bueno

Anónimo dijo...

Que te impide ser mas ridiculo? ya todos eb UN saben como usas los medios oficiales, eres un don nadie, siempre tratando de ser igual o peor que el grillo, y si insoportable remedo de escribidor.

Vero Mendizabal dijo...

amigo!!! por que lo sacaste??? estaba increíble... me alegra haberlo leido a tiempo...

besos

Unknown dijo...

Anonimo, anonimo, lo divertido es que pese a todo lees la pagina

[i] Isabel La Fuente Taborga dijo...

"homo burocratus" que buena palabra! todos tenemos nuestras propias peceras, unas mas bonitas, otras mas feas, unas impuestas otrsa autoimpuestas... otras las llevamos colgadas a la piel... en todo caso la pecera no hace al pez... pero siempre, siempre s mejor vivir en el mar... nunca nada como la libertad!.

ojalá hubieramos sido compañeros de trabajo! me hubiera divertido contigo... aunque hubieramos peleado por quien usa mas papel y mas impresora para asuntos personales, yot ambien hago uso de esas prácticas terroristas... pero te imaginas esas reuniones a la hora del cafe?... dios sabe porque los amigos casi nunca trabajan en la misma oficina... no avanzarian :D