"Por favor no hagas promesas sobre el bidet, por favor no me habras más los sobres" (Charly García)
"...Caminábamos, con los pies para arriba y las manos cogidas, en el cuello de la botella. Ella se vestía casí exclusivamente de negro, salvo algunos toques de púrpura de vez en cuando..."(Henry Miller)
Este texto empieza con dos epígrafes disgregados, antagónicos o complementarios cuando se ponen frente a la mirada amarilla de la de furia lila. Recuerdo su tanga negra en la caida. Pétalo podrido, de sus caderas a sus rodillas. Lindas piernas, mejor aún cuando forman una X con sus dos rodillas, al verla sentada en el inodoro. Te mira con la chompa negra, te reverbera dos sandeces y eso de "tu no me tiras bola, sólo me tiras".
Era importante hacer caso a la rima barata que disfrazaba esa advertencia, antes de tirar la cadena del baño con ella sentada en él. En fín el des-madre tiene su precio. "Il ne couche pas avec ton paroles", hermano convencete, quiere diamantes no poemas.
No importa, por ahora basta de incoherencia y de recuerdos a sus orificios de lija. Si es cierto hacía promesas sobre el bidet (muy cursí fashión, muy gaucho) mejor te prometia pajas sobre la taza. Se vestía de negro, si es cierto y en pelotas era canela y en sus gritos tenía cara de pitón.
Ya fue y queda en la memoria la de cabello rojo que se niega a que le veas el culo, que le toques las caderas calibre 22. Ya fueron ambas y queda este dolor de cuello que me comprime. Flashes de la película "shutter" sólo que quien está sentado en mi cabeza es el gordo de la oficina del lado más que una flaca de ojos calavéricos.
Vuelvo de visitar el hueco negro de la mariposa, "de bolas la mina" buneas fotos, buen proyecto. Me quedo pensando en el lugar del puente ese donde se tomó las fotos. Paralelismo de imágenes en palabras y en fotografía, pechos con tibio cafe en aureola y lunar que apunta a mi púpila izquierda cuando hago zoom a la pantalla y esas cosquillitas en el jean que dan ganas de llamar a "Cruela de Ville" ja!
Si, Cruela de Ville ayer recibió las flores y movió su boca hinchada, sonrió con victoria y bronca , luego lanzó unas líneas al celular como agradecimiento Ella se rasura hasta el último pensamiento que muere en su vagina. La otra, la de las fotos, se muestra con selva despeinada. No importa a las tres de la mañana ambas se llaman lo mismo.
El dolor de cuello comprime las palabras el absurdo no es absurdo y el "Dadaismo" respira su muerte a 3,600 msnm.
¡Viva La Paz carajo!, mañana hay trabajo y que mierda me iré a tomar una cerveza solo al cerro con mis demonios y fantasmas...
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