“Vivir sin hacer daño, morirse de repente, son la envidiable vida y la envidiable muerte”, dice un cartel verde grande a mano derecha. Con este verso de Gregorio Reynolds, la Alcaldía mercadea la muerte, para recordar a los vivos que no se están portando bien.
Mausoleo a los Héroes del Chaco, en el nicho 47 yace quien murió un 7 de marzo. Entre sus huesos, como cenizas metálicas, esparcidas las esquirlas de metralla de pila. Me doy vuelta, el lugar forma una exacta línea paralela con el maestro rezador del puesto 7. Es que el más allá tiene sus códigos, la muerte sus mensajes, hoy es 17.
El héroe ya no habla, me deja sentir el sol que muerde mi nuca, el dolor en mis piernas, la sed de dos de la tarde, me regala este instante para recordar su guerra en mis huesos. Mi arrogancia, me asombra, me duelen las rodillas y pienso: Cuidado que me roben la gorra. Le hablo de su bisnieta y le muestro foto, le cuento de esa fuerza que me anda faltando este domingo; de su sable que ahora está lustrado en mi casa. Enojado le cuento de cómo el otro día el Nelson lo usó para perseguir a la Naira y tuve que botarlos de la casa.
Estás ahí, última fila, en la humildad, soportando, como decía, sonseras y pistolas de esos compañeros de caballería con que despotricabas en la Plaza Murillo. ¿Te acuerdas?, comías después un rico sándwich de chorizo en el Merland y la abuela te reñía por que no almorzabas. Ahí en esos huecos chiquitos y oscuros, recuerdan el infierno verde, sus carreras de pulgas en la trinchera, sus secos con orín de cantimplora, cual si fuera yungueñito; una que otra patada le dan al nicho, renegando por las sonseras que hacen ahora en nombre del gas. A ti estas palabras como memorial, como homenaje, frente a la morada que hoy te guarda.
Bajando las gradas, en línea recta hacía el cuartel 40 una mujer de buzo y lentes de sol chinos perfuma el pasillo y empaña nichos con su tufo. Le paga a una señora para que rece a su muertito. Ella anda cortando los claveles, siempre fiel en lo práctico, no tiene tiempo para rituales y rezos. Viene, no sabe por qué, a reñirlo tal vez, desde que se fue le falta plata, a reñirlo porque le había dicho tantas veces que no chupe y no hizo caso. Paga con desprecio 1,50, recibe una letanía monótona de Padre Nuestro memorizado a medias y dos Ave María, matizados con rezos aymaras. Acullico en verso, manta gastada, piernas de alambre es una rezadora. Camina buscando deudos y repite monótonamente algo que no entiende a muertos que no siente. Son espectros del cementerio, diría alguno. Una más de las formas de subempleo, diría otro por ahí.
Caminando hacia la derecha, cerca del Mausoleo del Pacífico, se me acerca de la nada, piel tibia, mira con ojos de pasa y me extiende la mano, busco y tengo los bolsillos vacíos, le digo que disculpe. Me mira, sonrisa silente, sin dientes, vuelco a verla, ya no está. Es que la muerte tiene su lenguaje, sus emisarios y hay que saber entender sus señales.De pronto el silencio se tiñe de risas, de helados de canela y bebés sonrientes. Una madre con pantalón camuflado y look gótico, entre risas distrae a su wawa con su piercing en la lengua. El abuelo, parece militar, deja rosas en una tumba de cerca negra y pasto sintético. Lanza un grito de impotencia a su hija de 16, para que alce al nieto. Ella coquetea con los ojos al que escribe.
De vez en cuando es necesario darse un baño de muerte, que te muestre la fragilidad e incoherencia de estar en pie. Dicen que en las cárceles se reproducen las sociedades en miniatura, parece que en los cementerios es igual. Hay muertos de penthouse de mármol, otros de tumba perpetua, unos en tumba de alquiler con aviso de moroso, otros desalojados luego de tres advertencias. Sí, acá también se reproducen diferencias, también las flores de plástico están secas y para los que no acatan, igual la muerte mata; hay un crematorio, funciona miércoles y viernes a las 11.
La Prensa, 8 de Octubre, 2006 ....Día del Che
7 comentarios:
bien rico el merlan... (abreviación del mercado lanza) (apología del "marilyn" confitería paceña de clases medio altas)...
que rico el helado de canela, me recordaste a mi abuelo en la guerra del chaco... orureño, músico de acordeón y concertina... sombrerero, comerciante, adivino (una ves le cayo un rayo y lo dividió en dos y al poco rato le cayo otro y lo unió... al menos eso decía él)...
saludos,
r
pues ese texto está dedicado a mi abuelo, el del Nicho 47, que murió un 7 y por cierto, la nota ayer salió en la pagina 7 de la prensa, la casualidad de ese numero.
En cuanto al Marilyn, mis reparos, por lo menos cuando yo iba a comer ahi en los 80 era un boliche más bien clase media, media.
Tenemos la sombra del Chaco en nuestras vidas y hay que recordar de tiempo en tiempo la lucha de nuestros abuelos
un abrazo
me corrijo, no de tiempo en tiempo, hay que tenerla presente siempre....
Lindo homenaje a nuestros abuelos héroes. Ya mis hijos tienen abuelos ex hippies psicodélicos y "nuevaoleros" que han librado otro tipo de guerras como la liberación femenina (dizqué), la dictadura y la UDP...
Yo creo que los cementerios son barrios habitados por gente que se jubiló de la vida; así, hay cementerios en el norte, en el sur, en la periférica, hasta cementerio de elefantes dice que hay, ¿no ve?
Ron tiene razón en lo del Marilyn. En sus inicios fue un boliche "high". Claro que luego, cuando la "gente bien" se trasladó al sur, el Marilyn quedó como una confitería/restaurante/cantina populacha, pues. Pero si te fijas bien (si es que aún están ahí) el boliche tiene, como prueba de su pasado jailón, unas griferías de lujo para servir cerveza en chop.
gracias por la aclaración...por suerte llegué ahí cuando era clase media
Y emprendimos la caminata por otros cerros,hacia el encuentro con la mujer que el Che cita en la última pagina de su diario:"Aniceto y Pablito fueron a casa de la vieja que tiene una hija postrada y una medio enana..."
"(...)fue el encuentro más emotivo.El hijo preguntaba por su padre y los compañeros de éste,y la enana se esmeraba en sus respuestas señalando lugares desde su óptica al ras del suelo...
Confío en la imaginación del lector para no narrar lo obvio;pero no sé si los(...)comprendieron el sentido de uno de sus poemas,en la despedida,cuando ernestico(el hijo del Che)se refirió a la posibilidad de un nuevo encuentro,y ella respondió señalando el lugar desde donde "San Ernesto de la higuera"protege a los pobres:-A ver que dirá él...(D.A.)
No solamente es triste ver la figura del Che reducida a un estereotipo -estrategia infalible y letal del sistema para recuperar el conflicto a su favor-,estampado su legendario rostro en una camiseta,o en unos pijamas,o en el brazo rechoncho de Maradona.Es también triste ver al Che convertido en "San Ernesto",un mito,etéreo,intangible,inasible,"concediendo" milagros...
El Che que yo entiendo es aquel de su primera llegada a La Paz en el 53 cuando hacía cola frente a un quiosco para comer un ají de fideo;o cuando desde la terraza del hotel sucre escuchaba entusiasmado el traqueteo de las metrallas a la aire o los estallidos de los cartuchos de dinamita que los mineros hacían explotar en su paso triunfal por el prado.El Che verdadero es el que en La Higuera fue encontrado por la muerte y se hizo ceniza...para siempre.El Che que murió.El Che del pueblo.Porque para los que no comen,o comen casi nada,o comen mal,todo lo demás estragedia...
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